sábado, 17 de mayo de 2014

Hoy en Asesinos en Serie: Manuel Blanco Romasanta



El Hombre Lobo de Allariz

Es el primer psicópata criminal del que existen pruebas documentales en España. Era un ser inteligente, culto, podía tener la formación de un clérigo de aldea en la Galicia del siglo XIX, pues leía mucho y era un seductor que enamoraba a las mujeres con poemas.
El año de 1839 es clave en la vida de Romasanta ya que según sus declaraciones es cuando aparece la maldición, la fada que le transforma en hombre lobo. Galicia, Portugal y Castilla son sus principales destinos. En 1843 se ve involucrado en un extraño suceso. La muerte del alguacil de León, Vicente Fernández. El agente sale al paso de Manuel Blanco para embargarle la tienda por una deuda de 600 reales. Nadie ve al alguacil pero el 25 de agosto aparece el cadáver de Fernández. El 10 de octubre de 1844, el Juzgado de Primera Instancia de Ponferrada condena a Manuel a 10 años de presidio. Éste, en paradero desconocido, es declarado en rebeldía. Comienza aquí la negra historia de Romasanta que, oliendo el peligro, regresa a Orense. A principios de 1844 se instala en Rebordechao, tierras de Vilarde Barrio. Aquí se hace querer y pronto goza de la estima del pueblo. No se pierde una misa e incita a todos a rezar; es el perfecto devoto. Continúa con su oficio de buhonero pero acaba siempre regresando a Rebordechao. Es un hombre tímido y reservado. Nadie podía sospechar que tras ese aspecto inocente se escondiera una bestia. Durante su estancia en Rebordechao, Blanco sería responsable de al menos nueve homicidios: siete mujeres y dos varones.
blanco-romasanta-loboAprovechando que viajaba con frecuencia, Manuel se ofrecía como guía de aquellos que quisieran emigrar a la ciudad. Algunos le siguieron y ninguno volvió a ser visto vivo.
Manuel regresaba de sus viajes con cartas y buenas nuevas, el hecho de que sólo llegaran noticias por su mano, alertaron a vecinos y familiares. Desde la desaparición de Josefa, los rumores se disparan. De todos era conocido que en Portugal Manuel vendía grasa, una especie de medicina popular, cotizada a peso de oro. Se dedicaba con total tranquilidad a despellejar y vaciar a sus víctimas para vender su manteca y sus pertenencias, sólo por dinero. Y después dedicaba los restos al gaznate de los lobos del lugar, era porque formaba parte del personaje que fingía ser en aquella sociedad supersticiosa e ignorante de entonces.
Y cada vez son más aquellos que apodan a Manuel "sacamantecas", convencidos de que había asesinado a sus conocidos y vendido la grasa. A mediados de 1852 se encuentra en Nombela, provincia de Toledo, dedicándose a la siega. Y es en estas tierras donde finaliza la fada que le convierte en hombrelobo. Según Manuel, la maldición concluye el 29 de junio de 1852, día de San Pedro. Romasanta vuelve a ser un hombre normal.
En agosto de 1852 comienzan las investigaciones. Ya en Galicia, Blanco se desmorona y confiesa; una confesión que rebasó fronteras, fue recogida en los periódicos de la época y originó apasionados debates jurídicos en salas abarrotadas. Y es que no todos los días se detenía a un hombre lobo. El caso levantó tanta expectación que incluso la Reina de España, Isabel II, tuvo que intervenir en el devenir de los acontecimientos.
Los detalles del proceso están recogidos en La Causa 1788, del Hombre Lobo. Las más de dos mil páginas, divididas en cuatro piezas, dos rollos y un extracto descansan en el Archivo Histórico del Reino de Galicia, en La Coruña.
blanco-romasanta-lobosSegún declaraciones de Blanco, las transformaciones ocurrían esporádicamente sin que él pudiera evitarlo. Manuel se revolcaba en el suelo y cambiaba de aspecto convirtiéndose, en hombre lobo. Daba muerte a su víctima con manos y dientes y después se la comía. Siempre eran presas fáciles: mujeres y niños.
Pero, ¿qué fue de Manuel Blanco tras el juicio? No hay respuesta. El hombre lobo de Allariz desaparece en 1854 tras la última sentencia. No hay constancia de su muerte, enterramiento o posible liberación. La imaginación popular echó alas y la leyenda del hombre lobo ya no paró de crecer. Existen tres versiones:
Primera. (La oficial). Manuel falleció de muerte natural al poco tiempo de ingresar en prisión.
Segunda. Blanco murió a manos de algún carabinero ansioso de comprobar cómo se transformaba en lobo. Para sorpresa de todos, no resultó inmune a los disparos.
Tercera. La que se cuenta al calor de la lumbre a medianoche. Manuel escapó de la cárcel y, hoy en día, el hombre lobo de Allariz vaga por los bosques buscando nuevas presas.

jueves, 15 de mayo de 2014

El Pentágono elabora un plan detallado para detener un apocalipsis zombie

El Pentágono elabora un plan detallado para detener un apocalipsis zombie
En el año 2012 el mundo se vio sacudido por una serie de eventos que se escapaban a cualquier explicación lógica. En Miami, un hombre que gruñía y tenía un comportamiento inusualmente agresivo se comió la cara de un vagabundo. En Maryland, un estudiante universitario, mató y descuartizó a otro hombre. En Nueva Jersey, un hombre de 43 años se apuñaló 50 veces, arrancándose sus intestinos y lanzándolos a la policía. En Miami, George Salgado mordió a otro hombre en el cuello mientras gruñía como un animal. Una mujer de Maryland fue atacada por un grupo de mujeres que la mordieron en la espalda y en las piernas. En España, tres adolescentes fueron atacados por una vecina que entró trepando por el canalón del patio interior mientras gruñía como un animal.

Podríamos continuar escribiendo la gran cantidad de casos que alertaron al mundo sobre una mas que posible “epidemia zombie”. Y aunque oficialmente dijeron que su origen estaba en una droga llamada “sales de baño”, esta idea no contentó absolutamente a nadie ya que los casos ocurridos en todo el mundo no tenían relación directa con las drogas. Es por este motivo que los teóricos afirmaron que se trataba de un experimento de algún tipo de virus y bacteria que afectaba a los humanos transformándoles en “zombies”
 
Pero lo que parecían ridículas teorías conspirativas ahora parecen hacerse realidad, ya que el gobierno federal de los EE.UU. tiene un plan de contingencia en contra de los zombies y su invasión en todo el país.


Según un informe publicado en la revista Foreign Policy, el Departamento de Defensa, mediante un presupuesto de más de $ 500 mil millones, elaboró un documento de preparación ante desastres llamado “CONOP 8888”, que en realidad es un plan de supervivencia zombie. Fue desarrollado para entrenar a los comandantes en el arte de la elaboración de estrategias para una gran catástrofe. Este informe es una “forma de guiar a los planificadores militares” para tratar de salvar a la población de un ataque de muertos vivientes.
La ofensiva zombie forma parte de lo que el Departamento de Defensa llama “guía de planificación de contingencia de ficción” que pide los comandantes militares tener un plan para “preservar los humanos supervivientes de la amenaza planteada por una horda de zombies”, según informa la revista Foreign Policy citando un documento no clasificado del Pentágono.
Y aunque muchas personas puedan pensar que esto es absolutamente ridículo, la realidad es que no se trata de ningún broma, ya que el informe llamado “Counter-Zombie Dominance” añade una nota en la cual indica que no fue en diseñado como una broma. “El escenario es la peor amenaza en todos los casos”, según el documento oficial, “y la transmisibilidad sería muy alta con las legiones de muertos vivientes infectando rápidamente a los humanos, con poca forma de contrarrestar y multiplicándose rápidamente las hordas de zombies”.
Según varios medios de comunicación, las estrategas militares asignadas al Comando Estratégico de EE.UU. escribieron el controvertido documento en abril de 2011, como parte del plan para proteger a los ciudadanos contra cualquier tipo de amenaza.
apocalipsis zombie El Pentágono elabora un plan detallado para detener un apocalipsis zombie

Según Foreign Policy, CONOP 8888 está diseñado para “establecer y mantener un estado defensivo de alerta destinado a proteger a la humanidad de los zombis”, según detalla el informe, “y si es necesario, llevar a cabo operaciones dirigidas a erradicar las amenazas de la seguridad humana”. Por último, el plan proporciona una guía para “ayudar a las autoridades civiles en el mantenimiento de la ley y el orden y restablecer los servicios básicos durante y después de un ataque zombie”.
Otros de los puntos controvertidos del plan, es que añade la posibilidad que de la amenaza zombie proceda desde el espacio exterior; una especie de virus extraterrestre con la capacidad infectar rápidamente a todos los humanos. Para finalizar el documento detalla a la perfección los procedimientos a seguir: “la forma para disuadir y aprovechar toda iniciativa para dominar, estabilizar y, finalmente, restaurar la autoridad civil”.
Rápidamente un portavoz del Comando Estratégico de EE.UU. ha comunicado que el plan zombi era una “herramienta de formación” que utiliza un “escenario ficticio de formación”.
Aunque la realidad es bien otra, ya que los gobiernos de todo el mundo parecen estar preparados para hacer frente a la amenaza zombie. A finales del 2012, el Gobierno Británico reveló que estaba preparado para responder a un apocalipsis zombi “proporcionando apoyo militar a las autoridades civiles”. Y también en el 2012, cientos de militares estadunidenses, policía y personal medico formaron parte de un simulacro de ataque zombie. Entonces, ¿los gobiernos se están preparando para el inminente apocalipsis zombie? ¿Estás preparado?



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Hoy en Nuestros relatos: La encomienda

Nunca antes había visto caer tanta agua, parecía que nunca iba a dejar de llover o por lo menos no esa noche. En los pocos metros que corrí desde el auto hasta la vieja casa, la ropa se empapó y se me pegó al cuerpo en segundos. Abrí la puerta de madera y alambre mosquitero y golpeé la puerta de entrada pensando que no solo a ésta si no a toda la vieja posada le hacia falta desde hacía años una buena mano de pintura.
El viejo que me atendió estaba tan ajado como su casa. Tendría unos setenta años y el desgaste del trabajo en el campo. Le mostré el diario mojado que traía en la mano.

 Según el diario usted tiene una habitación para alquilar…hablé por teléfono con una señora...
--- Si…pase, pase que se va a enfermar ahí afuera.
Entré y me quité el saco. La sala de estar hacia juego con el exterior y me hizo pensar que la habitación en alquiler tendría características similares pero el precio de alquiler era demasiado bajo para pensar en comodidades, mas aún cuando mis reservas comenzaban a escasear.
Lo más llamativo era sin duda un pequeño altar iluminado por velas que contenía innumerables imágenes de santos, y personajes de otras religiones. Curiosamente el lugar central del altar estaba ocupado por una estatuilla de Anubis, el dios con cabeza de chacal de los egipcios.
--- Tengo pensado quedarme solo dos noches.
--- No hay problema, en esta época y con este clima nunca hay gente que quiera alquilar… ¿usted viene por trabajo?
--- Algo así, en realidad vine a traer unos documentos a un estudio jurídico y tengo que llevar otros papeles de vuelta.

 ¿Es abogado?
--- No, lo mío son las encomiendas. O por lo menos hasta que encuentre algo mejor… ¿y usted?… ¿le gusta la cultura egipcia? ---dije señalando el altar.
El viejo me miró como si le hubiese hablado en otro idioma. Tal vez ni siquiera sabía quienes eran los egipcios. Meneo la cabeza y se encogió de hombros.
--- Son cosas de mi hermana, ella es muy religiosa ¿vio? es la curandera del pueblo, bah, en el pueblo tienen una doctora pero acá en el campo…
--- Bueno, cada cual en lo suyo ¿no?
Por un momento se produjo un silencio bastante incómodo.
--- La verdad es que me gustaría poder cambiarme de ropa y secarme--- le extendí el dinero que había acordado por teléfono. El viejo hizo desaparecer los billetes con un zarpazo de una mano retorcida por la artritis.
--- Siga por ese pasillo que está al final--- señaló.
Levanté el bolso que había dejado haciendo un charco en el piso.
--- ¿Tiene ahí todo lo que precisa ?--- inquirió el viejo ---…mire que de noche la puerta va a estar cerrada y no se puede salir.
Me reí. Pero el viejo parecía hablar muy en serio.
--- Tenía pensado salir mas tarde para conocer el pueblo. No se, tomar un café.
--- Esta noche no se puede salir y si sale vuelva mañana a la mañana si es que pasa la noche ---la voz sonó muy imperativa y provenía del fondo del pasillo, detrás de mí.
Me dí vuelta y vi a una anciana de unos ochenta años que por la forma en que sostenía una biblia y un rosario supuse era la hermana del hombre. Su rostro parecía un mapa de arrugas y tenía los pómulos altísimos merced a la falta de piezas dentales.
---Perdón señora, pero no entiendo porque no se puede salir…
---Porque aunque esté escondida por la tormenta esta noche hay luna llena --- sentenció la vieja.
El viejo levantó la mano tratando de apaciguarla.
---Basta Marta, ya hablamos de eso, al señor no le interesan esas historias de viejas santurronas ---el viejo continuó dirigiéndose a mi--- hace unas semanas atrás unos perros cimarrones atacaron a una persona que venía del pueblo y usted sabe como es la gente del campo para estas cosas. Parece que los perros aprovechan la luna llena para salir a hacer desmanes pero con la tormenta no creo que salgan, además deben estar bien comidos porque ayer le desaparecieron a un vecino dos corderos.
--- Le habían dicho que no anduviese de noche ---la mujer asentía con la cabeza mientras hablaba--- pero la gente de la capital cree que se las sabe todas.
---Bueno señora, no se preocupe. Voy a ir en auto y si no llueve. Ahora me voy a cambiar ¿y el tipo que lo atacaron los perros, lo lastimaron mucho?
--- Se lo comió entero ---afirmó la vieja--- asintiendo con la cabeza.
---En realidad no encontraron mucho del hombre --- señaló el viejo--- pero si vieron las huellas de lo que calculan eran mas de diez perros--- dijo mirando a su hermana.
--- ¡Uf! pobre tipo.--- dije sin más y caminé a través del pasillo hasta mi cuarto.
Me acomodé en la habitación lo mejor que pude, después me dí un baño caliente y mientras me vestía pude ver a través de la ventana que ya no llovía.
Me tiré en la cama y me puse a revisar el bolso donde traía la encomienda buscando los cigarrillos. Saqué un sobre papel madera y una caja también envuelta en papel madera. Cuando la deposité sobre la cama sentí el tintineo característico del choque de metales entre sí. Su contenido no me despertó mayor curiosidad.
El sobre no estaba cerrado y por puro aburrimiento le di una mirada a su contenido. No eran más que formularios y declaraciones con sellos y firmas, salvo por la nota escrita de puño y letra que decía:

El encargue que me pediste está en la caja, salieron caras pero te las pude conseguir.

Dejé todo otra vez en el bolso pensando en ir al pueblo para cenar.
Salí de la habitación y me encaminé hacia la cocina olfateando el olor a humedad de las paredes.
El viejo estaba sentado en una banqueta limpiando una vieja escopeta Lupara de dos caños. Una reliquia italiana que en otro tiempo y en otro lugar hubiese sido usado por algún matón de la mafia.
--- ¿Es vieja no?--- le dije.
--- Si --- el viejo sonrió --- yo también pero le sigo acertando.
--- ¿Y se consiguen cartuchos y municiones para esa escopeta?
--- Yo mismo hago los cartuchos, y las balas. Las municiones no me sirven, la última vez que cacé una liebre me rompí un diente cuando la comí en estofado.
Tuve que resistir a la tentación de mirar las manos del viejo y contar si aún tenía cinco dedos en cada una.
--- Voy a ir a cenar al pueblo, no vengo muy tarde.
El viejo puso cara de resignación.
--- Bueno, pero no se baje del auto ni de ida ni de vuelta.
Yo salí meneando la cabeza, me subí al auto y me dirigí al pueblo. Lo único que pude ver de camino fueron vacas y alambrados, algún molino, pinos y sauces llorones.
Alguna que otra luz lejana de alguna chacra vecina y nada más.
El pueblo no tenía más de quince cuadras a la redonda, una sola avenida asfaltada y un solo restaurante. Detuve el coche frente a la fonda, me bajé y caminé hasta la entrada. Miré a la avenida que estaba desolada y entré. Tenía unas seis mesas, estaba mal iluminado y a excepción del tipo corpulento parado de tras de la barra y del mozo, el lugar estaba vacío. Me senté en la primera mesa que encontré y me dispuse a esperar. Siendo el único cliente el mozo me atendió rápido. Le pedí algo sencillo y fácil de digerir previendo que iba a ser difícil conciliar el sueño ya que no iba a dormir en mi cama.
Mientras esperaba la cena me puse a pensar que dado lo poco importante del pueblo, no sería difícil encontrar al abogado al que debía darle la encomienda. Seguramente sería el único.
El mozo era alto, delgado y pelirrojo. Tenía profundas ojeras y un feo arañazo en la mejilla izquierda. Quince minutos después cuando me trajo la cena también llegaron las preguntas obligadas merced a mi calidad de forastero.
--- ¿Usted no es de por acá no?
--- No, estoy de paso.
--- ¿Y donde está parando?
--- En la casa que está detrás de los silos. Sobre la cuarta calle saliendo a la ruta… la verdad es que no se como se llaman los dueños, son dos personas mayores que alquilan una habitación muy barata.
El mozo asintió y volvió a la barra. La comida que no era mala y el hambre que yo tenía hacían una buena combinación. Unos minutos después mientras comía observé como el pelirrojo se acercó al gordo que estaba en la caja y le preguntó:
--- ¿Jefe me puedo ir? No va a venir nadie mas con esta noche y a esta hora, mañana vengo más temprano si quiere.
El gordo lo miró con cansancio.
--- ¿Otra vez? ¿Quién se te enfermó ahora?...bueno andá y vení con más ganas de trabajar mañana.
El mozo dio la vuelta, extrajo una vieja campera de jean del perchero situado detrás de la barra y sin mirar a nadie salió por la puerta del frente con evidente apremio.
Media hora más tarde cuando hube terminado la cena, le pagué al gordo en la caja mientras me hacía un comentario desanimado sobre lo difícil que era encontrar buenos empleados en esta época, salí y me subí al auto. Decidí recorrer un poco el lugar, noté que excepto yo nadie más transitaba las mal iluminadas calles. Nadie caminaba en las aceras. El pueblo parecía dormido, o más bien escondido a juzgar por la cantidad y el grosor de las rejas que protegían puertas y ventanas. Imaginé que el índice de criminalidad no sería muy alto, pero a pesar de eso las casas parecían refugios. Otra característica de las rejas me llamó la atención, su altura en las propiedades con jardines en el frente. Era como si en vez de querer evitar que un ladrón entrara, pretendiesen impedir que las saltara un tigre. Y donde no había rejas, reinaba el alambre israelí con sus temibles y desgarrantes púas o los fragmentos de botellas asomando en los tapiales. Podría jurar que algunas líneas de alambre eran acompañadas por un fino cable llevando electricidad. Retomé la avenida, llegué a la ruta y me dispuse muy despacio a buscar la cuarta calle para volver a la casa. Me tomó unos veinte minutos hallarla y cuando lo hice giré a la izquierda. Unos treinta metros mas adelante los faros del coche iluminaron en la noche cerrada y las pequeñas crestas de barro del camino lo que parecía ser un perro muerto. Disminuí la velocidad a paso de hombre, lo rodeé con el auto y a unos pocos metros mas vi a otros dos perros que estaban despanzurrados.
También los esquivé y volví a toparme con el cadáver desentrañado de otro perro. Y ya iban cuatro.
Detuve el auto, puse las luces altas y descendí consternado.
--- ¿Que pasó con estos bichos?--- dije para mi. Me agaché y apoyé la mano sobre el lomo de uno de los perros que todavía estaba tibio. Caminé unos cinco metros y comprobé que hasta donde alumbraban los faros podía ver a tres perros más en el mismo estado.
Me volví despacio para dirigirme al auto y el corazón casi se me detuvo.
Frente al auto, circundado por las luces del auto vi a un perro monstruoso de largas patas musculosas y de un color entre negro y rojizo. El animal se incorporó a medias sobre sus patas traseras elevando las patas delanteras del suelo y flexionando unos largos dedos garrados, mostrando un contorno casi humano. Parecía mirarme directamente a los ojos, dio unos pasos vacilantes hacia mí y emitió un gruñido grave y bajo. Yo cerré los ojos y exhalé.
Se dice que el tiempo es relativo. No es un continuo absoluto sino que, al igual que el espacio, es relativo al punto de observación. A mayor velocidad el tiempo transcurre mas lentamente, o bien pongámoslo de esta manera: Si pasás unos cuantos minutos con una mujer hermosa en la cama puede que ese tiempo te parezca terrible y amargamente efímero, pero si pasás el mismo período de tiempo tomando el mango de hierro de una sartén que reposó varias horas al fuego, ese mismo lapso se te va a volver una eternidad. ¿Simple no? Yo debo haber permanecido unos pocos segundos sin respirar, se me heló la nuca, me sudaron las manos y me pareció que pasé mil años ahí parado.
El disparo hizo que abriera los ojos. Provenía desde más allá de mi espalda. Hizo que el animal se sacudiera y golpeara con su flanco izquierdo el frente del automóvil haciendo estallar un faro. El segundo disparo me dejó un persistente silbido en el oído derecho e hizo que el pelaje del animal se viera mas rojo cuando la bala le impactó el muslo derecho. La bestia aulló de dolor y desapareció del cono de luz que proyectaba el único faro sano con un rápido movimiento.
Parado detrás de mí, el viejo que horas antes me había alquilado al habitación estaba recargando la escopeta.
--- ¡Le dije que no se bajara del auto!
Yo tenía el corazón desbocado.
--- ¿Que mierda era eso? ¡Eso no era un perro!
--- Vamos al auto… ¿Lo mordió, lo arañó?
--- No, ni siquiera me tocó…
--- Volvamos a la casa…
Subimos al auto. De camino, mientras manejaba noté que las manos me temblaban a buen ritmo. El viejo se mantenía calmo y yo evitaba mirarlo a lo ojos.
--- ¿Qué hacía solo en el camino? ¿Y con la escopeta?
--- Un vecino sintió ladridos y vio que tenía alborotados a sus caballos. Corrió hasta casa ya que no pudo ensillar a ninguno y me dijo que los perros cimarrones podían estar cerca y salí a ver si podía ahuyentarlos.
Lo miré directamente y luego bajé la vista a la escopeta que descansaba en su regazo. Pensé en las largas laceraciones que tenían los perros muertos. Podía jurar que no eran agujeros de balas o perdigones.
--- ¿Usted le disparó a esos perros?
El viejo pensó por un momento, buscando una respuesta.
---No. No fui yo. Debe haber sido el animal que se acercó a usted que los atacó a ellos. Tal vez está rabioso, no sería la primera vez…
Me reí nervioso y encantado por el vano intento del viejo de querer hacerme creer que lo que yo había visto era otro perro.
---Ese animal era mucho mas que un perro…se parecía a una persona cuando se paró en dos patas.
Esta vez el que se rió fue el viejo.
--- Usted ya está hablando como mi hermana, oiga es de noche y usted debe estar cansado por el viaje. Puede que la vista le haya jugado una mala pasada.
Llegamos a la casa, detuve el auto y nos bajamos. El viejo hurgó en el bolsillo del pantalón, extrajo las llaves y abrió la puerta. Una vez dentro dejó la escopeta sobre la repisa y giró sobre sus talones.
--- ¿Vio que todavía le sigo acertando? Esta escopeta era de mi padre. La trajo de Sicilia y mucho antes de que la usara la mafia para sus guerras las Luparas eran usadas por los campesinos de las montañas para defenderse de los lobos.
--- Bueno, cumple bien su cometido…--- un escalofrío me recorrió el cuerpo--- voy a dormir un par de horas y salgo temprano a la mañana para el pueblo a dejar la encomienda. No voy a volver, puede quedarse con el pago de la segunda noche. No voy a esperar el paquete que tengo que llevar a Bs. As.---
El viejo se encogió de hombros. Yo caminé por el pasillo hasta mi habitación. Me dejé caer en la cama sin siquiera quitarme los zapatos embarrados. Traté en vano de conciliar el sueño. La cabeza me daba vueltas a pesar de que el chillido que me había dejado el disparo había desaparecido. Un par de veces dormité por unos minutos pero me despertaba sobresaltado indefectiblemente, así que me mantuve fumando las horas que restaban hasta el amanecer vigilando la ventana a la espera de los primeros rayos de sol que me dieran luz verde para salir de ahí. Por nada del mundo hubiese manejado de noche en ese estado de nerviosismo. Aunque a decir verdad me daba pánico la sola idea de volver a transitar el camino de tierra hasta la ruta. Comenzó a llover nuevamente y los cigarrillos comenzaron a volverse humo denso e intangible.
Tuve tiempo suficiente para hacer un racconto de todos mis temores infantiles y me vino a la memoria la época en que pensaba que un monstruo habitaba debajo de la cama durante la noche. Durante varios meses me costó dormirme hasta que una noche cansado de ser acechado decidí asomarme y enfrentarlo. Entonces me convencí definitivamente que los monstruos no existían. Acababa de enfrentarme con uno que no estaba escondido debajo de mi cama, sangraba cuando le disparaban, y era capaz de enfrentarse a una decena de bravos perros silvestres. ¿Realmente los monstruos no existían? Imagino que este no se iría aunque prendiera la lámpara sobre la mesa de noche. Aunque fuese la luz el arma mas eficaz contra los monstruos infantiles
A la mañana siguiente empaqué las pocas cosas que había traído en el bolso y salí de la casa con lastimosa urgencia. El viejo estaba afuera esperándome.
---Mire jefe…sobre lo que pasó anoche es mejor que no diga mucho allá en la capital, este es un pueblo tranquilo y no queremos que anden curiosos molestando por algo que podemos manejar nosotros.
--- No se preocupe…no quiero ganarme fama de loco.
--- Usted no está loco sabe, pero en la capital no le van a creer.
--- Bueno, gracias por todo y por su ayuda especialmente.
Le tendí mi mano a modo de despedida pero el viejo ni siquiera me miró y se metió dentro de su casa.
--- Que pueblo de mierda. --- dije por lo bajo.
Caminé hasta el auto, subí y dejé el bolso en el asiento del acompañante. Encendí el motor y salí despacio por el camino de tierra que llevaba a la ruta. A medio kilómetro encontré a una patrulla y a una pick-up de caja abierta. Dos oficiales y un tercer hombre de civil cargaban los cadáveres laxos y húmedos por la lluvia de los perros en la caja de la pick-up.
Pasé despacio y saludé con la mano a uno de los oficiales que me miró con gesto adusto y no me respondió. Ser mal educado y parco parecía ser el deporte local.
Llegué a la ruta unos minutos después y me encaminé al pueblo. Metí la mano en el bolsillo del saco para tomar el paquete de cigarrillos y recordé que ese paquete se había vaciado durante la noche. Sin dejar de manejar metí la mano derecha en el bolso tratando de llegar al fondo donde estaba el paquete de auxilio que todo fumador debe tener. Cuando lo encontré retiré bruscamente la mano de la bolsa y arrastré con ella el sobre papel madera que dejó caer su contenido en el piso del lado del acompañante.
Detuve el auto en la banquina y me dispuse a juntar todo, levanté la nota que había leído la noche anterior y la volví a leer una vez más.
Entonces la idea me golpeó como si fuera un rayo. Extraje la encomienda del bolso.
Sacudí la caja y el golpeteo metálico se produjo con más intensidad que la primera vez. Decidido rompí el envoltorio de papel madera y removí la caja de cartón. Dentro había una hoja de papel prolijamente plegado escrito en una pequeña letra manuscrita que decía:

No necesitas hacerlas bendecir como pretendías, los crucifijos que hice fundir ya estaban benditos. El armero pensó que yo estaba loco pero cuando le mostré el fajo de billetes que me mandaste se puso a trabajar sin hacer mas preguntas. Vos sabés muy bien que yo no creo en estas cosas pero espero que no las tengas que usar nunca.
Aceptá mi consejo y volvé a la capital, dejá ese pueblo antes de que pase algo malo y te veas involucrado. Sos abogado y acá conseguís trabajo enseguida. Pensalo.

Volví a mirar dentro de la caja con la certeza de saber lo que iba a encontrar. Había por lo menos unas cincuenta balas calibre 38. Tomé una y la examiné. La cápsula era corriente pero el proyectil brillaba de una manera muy distinta al plomo. Saqué la llave del tambor de encendido haciendo que el motor se apagara y rasqué el proyectil haciendo que salieran unas finas virutas plateadas y relucientes.
Y todo se hizo tan claro como espantoso. No faltaba nada. El conocimiento oculto del viejo y el temor reverencial de su hermana. La estatua del dios con cabeza de chacal representando a la monstruosidad que habitaba el pueblo. Las casas protegidas por sus moradores que también sabían y temían. La escopeta tradicionalmente usada para defenderse de los lobos. La urgencia del mozo de pelo rojizo por salir antes que yo. La existencia de los perros cimarrones como un accesorio del argumento y a modo de excusa frente a cualquier incauto que no fuera del pueblo y visitara el lugar, como le ocurrió a la víctima anterior. La extraña carta y la nota previa y por supuesto, las benditas balas de plata.
Balas que eran para alguien cuyo miedo lo había llevado a requerir algo más que rejas y alambres electrificados. Un miedo de magnitud similar al que sentí momentos antes de asomarme para ver debajo de mi cama cuando era un niño y comprobar que no habitaba allí ningún monstruo.
Me pregunto si mañana el pelirrojo mozo irá a trabajar o se pasará el día tratando de sacarse las balas que el viejo le disparó con la Lupara.
¿Realmente los monstruos no existen?


Autor:  Walter Pohl

miércoles, 14 de mayo de 2014

Hoy en Misterios de Siempre: EL KRAKEN

El Kraken, fue un monstruo, una criatura marina que asomaba y con frecuencia mataba a los marineros. Era una criatura híbrida entre la fantasía y la realidad causante de multitud de desgracias nada fantásticas. Era un monstruo de múltiples brazos que atacaba los barcos y los arrastraba a las oscura profundidades, sesgando así las vidas de los marineros. Pero el Kraken, no era únicamente un animal mitológico... de hecho, hay una especie de calamares que podría corresponder con este monstruo marino... que podría.


En 1942, el  teniente Arne Gremanrnikov, volvía a su casa después de participar en la Segunda Guerra Mundial cuando le sucedió uno de los acontecimientos marinos más asombroso de la historia.  Su barco, con tropas a bordo, fue hundido por un barco alemán en el atlántico sur. Él y parte de la tripulación que sobrevivió al ataque de los alemanes y después al ataque de los tiburones, pudo subirse a una balsa ligera y construída de forma rudimentaria con la intención de escapar de los tiburones y de la hipotermia.
Estuvieron varios días a la deriva, esperando la ayuda que se demoraba. Una noche calmada y luminosa, surgió de las profundidades un gran tentáculo que se enrolló sobre uno de los marineros y de un fuerte tirón lo arrastró a las profundidades. Todos en la balsa temblaron de miedo, el ataque fue sigiloso y únicamente se dieron cuenta cuando el desafortunado marinero, ya presa pedía ayuda y soltaba un grito ahogado.
A las pocas horas, volvió a suceder lo mismo. Otro tentáculo atrapó al teniente Arne, pero en este caso los marineros ya estaban esperándolo y con los palos, clavos, y otras herramientas consiguieron que este soltara al teniente.

En 1752 en obispo de Bergen ( Erik Pontoppidan ), escribió la historia de Noruega y describió al Kraken como una gran isla flotante de casi 2 km de distancia y dijo que con el tentáculo más pequeño de la bestia puede hundir al hombre más grande y más fuerte que jamás existiera.

El imaginario colectivo marinero está lleno de historias de este tipo. Cientos de barcos, quizá miles son hundidos por el peso de los tentáculos del Kraken. El Kraken hundió el barco de Jack Sparrow, pero también atacó el submarino Nautilus en la novela "20.000 leguas de viaje submarino" escrito por Julio Verne.En Wikipedia aparece el ejemplo de un calamar visto en Noruega en 1903 que medía casi 50 metros de largo.

Quitando los mitos y las historias podemos sacar un dato curioso.: se han encontrado enormes marcas de tentáculos en cachalotes que han debido mantener un duro enfrentamiento para no pasar de cazador a cazado, ya que el Cachalote caza grandes calamares. De hecho, el diámetro de las marcas de los tentáculos eran de hasta 40 cm. Con estas marcas, los cálculos de los expertos aseguran que pudiera tratarse de un calamar de 28 metros de largo.

Algunos han llamado al Kraken la bestia flotante, porque según describen, cuando esta bestia marina descansa se queda en la superficie. Algunos marineros se han acercado al ver lo que parecía un barco boca abajo, varado flotando a la deriva y, al acercarse han visto una enorme joroba. Cuando se acercaron más aun, han visto un gran ojo que los miraba bajo la superficie y después, en un movimiento rápido para su tamaño, la bestia ha desaparecido en la profundidad del océano.
Esto coincide con lo descrito en la antigua mitología nórdica... sucede que por las costumbres alimenticias del kraken se puede confundir al Kraken con una pequeña isla ya que, según se dice, va alimentándose durante varios meses seguidos y luego durante varios meses seguidos se dedica a expulsar los excrementos mientras descansa en la superficie. La expulsión de su digestión al ser tanto y con un olor especial, atrae a cientos de peces. Cuando el Kraken lo considera oportuno baja de la superficie y se vuele a alimentarse de los peces que se han confiado.


La especie más grande conocida es (Mesonychoteuthis hamiltoni) conocida como Calamar Colosal. Pero según creen los expertos, la especie del Kraken no corresponde a ninguna conocida. Al igual que otra, el supuesto Kraken posee pesados brazos con grandes tentáculos con garfios que se adhieren a la presa y desgarra la piel si esta trata de escapar. Pero el tamaño de este es superior al de cualquier calamar encontrado o conocido.





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martes, 13 de mayo de 2014

Sombras, gritos y fenómenos inexplicables en Chocholá

MÉRIDA, Yuc.- Desde hace varios años, las diversas administraciones  que han laborado en el Palacio Municipal de Chocholá –específicamente los policías porque ellos laboran las 24 horas- han reportado “situaciones extrañas”.
Chocholá es una población de poco más de cuatro mil habitantes que se ubica al poniente del estado, en el llamado “Camino Real” que va hacia Campeche.
He acudido a realizar varias investigaciones, y son los policías los que mayormente han reportado las presencias fantasmales, tanto en el interior del Palacio como en el campo que se ubica enfrente.
La primera ocasión que fui a corroborar los reportes, fue en 2005; un sábado, a la una de la mañana llegué este sitio con el fin de entrevistar a los protagonistas de las apariciones.
El primero en hablar fue el comandante en turno Renán Valencia: “Aquí en el Palacio han sucedido muchas cosas extrañas desde hace varios años, y desde que estamos nosotros en esta administración (hace poco más de un año) hemos visto varios casos”.
“Por ejemplo, en una ocasión era de madrugada y estábamos nosotros dentro de la comandancia y se escuchó un grito muy fuerte como de una persona, que provenía del campo que está junto a la iglesia, en donde se hacen charlotadas.
Enigmas ha acudido varias veces a escuchar testimonios de policías de Chocholá; según los agentes, suceden 'cosas extrañas' en el Palacio Municipal. (Jorge Moreno/SIPSE)
Salimos enseguida, pues estábamos junto a la puerta, y no había nadie; no era posible que se guardara (escondiera) pues toda esa parte es una explanada.
“En otras, ocasiones hemos visto cómo se mueven cosas como las sillas o se escuchan pasos de personas en el techo y cuando vamos a ver, no hay nadie”.
Estos sucesos no son nuevos, se vienen dando desde hace varios años: policías de anteriores administraciones también han podido ser testigos de casos similares y hasta peores, pues según nos comentó un exagente que estuvo ahí hace seis años, pudieron ver una sombra que traspasó una de las gruesas paredes del calabozo.
La posible explicación de estos fenómenos está relacionada con la muerte de varias personas, ya que según nos dijo el comandante Valencia, en el calabozo (ubicado a lado de la comandancia) han muerto al menos dos personas; por si fuera poco, a menos de 30 metros de ahí se encuentra un corredor que por años funcionó como sala de autopsias; además, una de las camionetas que se estacionan ahí, es la que sirve para trasladar muertos y heridos en accidentes que ahí suceden.
En cuanto a esto último, el entrevistado dijo que sí han muerto algunas personas en condiciones trágicas, mayormente en la carretera, y recordó un caso en donde una persona fue aplastada por un pesado tráiler.
Actualmente, el sitio en donde estaba la sala de autopsias fue demolido y justo ahí se construyeron varias oficinas, entre ellas las del Presidente Municipal.
Por cierto, ahí en los patios también se encuentra una piedra maya labrada que nombran “guerrero maya” que data de varios siglos y que originalmente estaba en un cenote del poblado, pero como unas personas intentaron robarlo, las autoridades trasladaron la reliquia al Palacio, en donde se encuentra desde hace más de una década.
Afirman que la piedras se mueve por las noches o que las energías que tiene por ser un objeto sagrado son en parte lo que ha propiciado todo lo anterior.



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lunes, 12 de mayo de 2014

Hoy en Leyendas Urbanas: La Picadura de la Araña

Andrea y Juan disfrutaban de una maravillosa luna de miel en las paradisiacas playas de Vietnam. Estaban alojados en un complejo turístico de lo más exclusivo: con playas de arena blanca, aguas cristalinas y a pocos metros de la jungla. Era uno de los pocos lujos que se habían podido permitir al celebrar su boda pues en estos tiempos de crisis, más que nunca, había que tratar de ahorrar o los gastos de la boda se podían disparar. Pero los padres de ella habían insistido y asumido más de la mitad del precio del viaje, por lo que Juan y Andrea se aventuraron a cumplir su sueño de viajar a Asia y disfrutar de las que serían las mejores vacaciones de su vida.

Los días transcurrían a toda velocidad, como suele suceder siempre que uno se divierte, y no podían haber imaginado un destino mejor, vivían a cuerpo de rey sin tener que pagar nada. La “pulserita” que habían contratado con el pack de alojamiento les daba derecho a comer, beber y entrar en todos las discotecas totalmente gratis. Era un sueño hecho realidad del que dentro de poco tendrían que despertar para volver a su monótona rutina de trabajo en la ciudad.
Cuando quedaban sólo dos días para tener que regresar, se hicieron amigos de un guía local que les prometió llevarles a una cascada que pocos turistas llegaban a conocer. El viaje no era muy largo pero debían adentrarse en la jungla a pie, una caminata de unos veinte minutos cruzando la frondosa selva. La mañana siguiente salieron junto al guía que con un machete en la mano iba abriendo camino entre lianas, hojas del tamaño de un paraguas y la vegetación más exótica y espectacular que los recién casados habían visto nunca.
Pero no todo era idílico, los mosquitos eran realmente insistentes e incluso con el cuerpo “bañado” en repelente siempre había alguno lo suficientemente voraz como para atreverse a picarles. El guía les ofreció un ungüento local que a todas luces fue mucho más efectivo que el repelente que habían comprado en la farmacia, olía a rayos pero ni un solo insecto les molestó desde que lo usaron.
Al llegar a la cascada Andrea y Juan se quedaron con la boca abierta por la belleza del lugar, una pequeña laguna con el agua más limpia que habían visto era adornada por una caída de agua de unos cuatro metros de altura. El canto de los pájaros, la selva rodeándoles en todas direcciones y un cielo con el azul más intenso que podían imaginar… era lo más parecido al paraíso que habían conocido.
El guía les dijo que regresaría en un par de horas, les aconsejó que no se alejaran del lugar, pues la selva podía ser muy peligrosa y era muy fácil perderse. No quería molestarles en su último día, mucho menos cuando estaban recién casados y, la verdad, es que ellos también preferían estar solos. Situaron sus toallas y bolsas al lado de la laguna y comenzaron a juguetear en el agua, nadaban, se reían y se besaban sabiendo que probablemente sería la última vez que estuvieran en un lugar como ese.
Media hora después, cansados de tanto juego decidieron comer y descansar sobre la toalla y, casi sin darse cuenta, Andrea se quedó medio dormida, pero un fuerte pinchazo en el cuello la despertó de su sueño… De un manotazo apartó un bicho negro que rápidamente se metió entre la vegetación sin que la mujer tuviera tiempo de ver qué era.

Juan le examinó el cuello y vio una pequeña marca que había enrojecido la zona. Extendió nuevamente el ungüento que les había dado su guía sobre el cuerpo de su mujer y pensó que había sido un descuido no volverse a proteger de los insectos después de bañarse. No le dieron más importancia al tema porque la picadura no molestaba demasiado y en pocos minutos llegó el guía a recogerles. Les enseñó un par de lugares más por las inmediaciones y les acompañó al hotel donde por desgracia tuvieron que comenzar a preparar las maletas.
Al día siguiente y con mucha tristeza tuvieron que embarcarse de nuevo a casa, un viaje en avión tan largo y pesado que a mitad del vuelo ya se habían acabado de leer las revistas que habían comprado. Por suerte consiguieron dormir unas cuantas horas y el tiempo pasó un poco más rápido.
En el aeropuerto esperaban las familias de ambos y todos fueron a comer a la casa de los recién casados, donde entre risas y bromas contaban las anécdotas que les habían sucedido y enseñaban fotos y vídeos de su luna de miel.
Andrea sentía un leve picor en el lugar de la picadura, pero no fue hasta una semana después que comenzó a hincharse y se puso de un rojo casi carmesí. El picor se había convertido en dolor y casi no podía ni tocar la zona, sentía fuertes punzadas cuando la trataba de apretar.
Sin dudarlo Juan llevó a su mujer al médico, quien les dijo que parecía que Andrea tenía una fuerte infección en la zona. Avisó a una enfermera para que le trajera su material quirúrgico y les explicó que sería preciso practicar una incisión para dejar que brotara el pus y por supuesto comenzar con curas en la zona, además debería tomar un antibiótico al menos durante siete días.
Andrea era muy miedosa y la idea de que la cortara en el cuello con un bisturí le daba auténtico pavor, pero una frase del médico la paralizó de inmediato: “si no te estás quieta, corres el riesgo de que te corte en la yugular”. Inmóvil por el miedo, sintió como el doctor comenzaba a abrir la zona. Pero algo imprevisto sucedió… el doctor pegó un salto hacia atrás al realizar el corte y en sus ojos se pudo ver auténtico terror.
Andrea sentía como la sangre se deslizaba por su cuello, pero había algo más, podía notar algo que parecía subirle hacia la boca ¿Cómo era posible que la sangre subiera y se extendiera por todo su cuello y hacia su nuca? ¿Por qué el médico se mantenía a distancia?
Segundos después la enfermera entró de nuevo en la sala, había salido a petición del doctor para traer más gasas, al mirar el cuello de Andrea comenzó a gritar desesperada y salió de la habitación pegando un fuerte portazo
En un movimiento reflejo se llevó la mano al cuello y pudo notar como lo que ella pensaba que era sangre le comenzaba a trepar sobre sus dedos. Al mirar su mano se bloqueó del miedo antes de desmayarse del susto ¡Decenas de pequeñas arañas manchadas de sangre y pus se movían desesperadas entre sus dedos y muchas más trataban de escapar por el agujero recién abierto en su cuello!

domingo, 11 de mayo de 2014

El fenómeno del sueño compartido

En 2011, el director Christopher Nolan introdujo el concepto de compartir lo sueños con su película “Origen (Inception)”. Dentro de su mundo, era posible que un grupo de hackers entraran conscientemente en la mente subconsciente de un individuo y así poder extraer cierta información. Sin embargo, antes de esta controvertida película de Nolan, el concepto del sueño compartido ya había sido expuesto muchas veces antes. En la saga de “Pesadilla en Elm Street” su director Wes Craven nos detalla el lado más oscuro de este fenómeno, mientras que en la película de 1980 “Dreamscape” protagonizada por Dennis Quaid y Kate Capshaw acceden al mundo de los sueños para rescatar a un presidente cuya mente estaba atrapada allí.
El fenómeno del sueño compartido
 Como hemos podido comprobar, compartir los sueños es un fenómeno que es muy recurrente en el mundo de las películas y los libros, ¿pero es posible en el mundo real?

“Este extraño suceso tuvo lugar hace muchos años cuando mi hija tenía unos cuatro años”, explica Laura. “Nos acababan de regalar un cachorro que le llamamos oso. Una noche tuve un soñé muy vívido en el que oso se escapó. Mi hija y yo estábamos destrozadas por su perdida. Antes de despertar, abro la puerta de casa y oso estaba ahí, moviendo su pequeña colita. Sentí un alivio indescriptible. Esa misma mañana, después de salir de la ducha, me encontré a mi hija tendida en el suelo del pasillo, esperándome muy inquieta. Ella me miró y me dijo: “Estoy tan contenta de que oso regresara”. Nunca he olvidado ese día, me quedé paralizada por lo que me dijo, casi atónita. Le pregunte a que se refería y me contestó que fue por el sueño de la noche anterior. Nuestros dormitorios están en diferentes niveles de la casa, así que no tengo explicación para esto”.
 Esto simplemente es una de los miles de experiencias que personas en todo el mundo afirman tener. Los expertos no se ponen de acuerdo, dando paso a acalorados debates, sobre todo porque nadie sabe realmente de lo que nuestras mentes son capaces o si realmente tenemos acceso a otras dimensiones. Lo que está claro es que el “sueño compartido”, también conocido como “sueños mutuos”, describe un fenómeno en el que dos personas experimentan el mismo sueño al mismo tiempo.


Según las experiencias reportadas por una gran cantidad de personas en todo el mundo, dentro de los sueños compartidos o mutuos, las personas pueden experimentar dos etapas distintas.
Los sueños no lucidos: Este tipo de sueños son típicamente incoherentes en el que cada persona en el sueño manifiesta eventos revelados. Aunque las personas que comparten el sueño son conscientes de la presencia del uno y del otro, no se llegan a comunicarse en el sueño, y ni siquiera saben en el momento que están experimentando el sueño compartido.
Sueños lucidos: En este tipo de sueño compartido, ambos soñadores son conscientes de la presencia de la otra, pueden interactuar, y son conscientes de que están en un estado de sueño. En un sueño lúcido, los soñadores mantienen una capacidad lógica y funcional, que operan en un nivel consciente en oposición a un nivel subconsciente.
sueno compartido El fenómeno del sueño compartido


Aunque se han realizado estudios para investigar el fenómeno del sueño compartido, la ciencia siempre se ha mostrado muy escéptica sobre su existencia. Según algunos científicos, la mejor explicación para los “sueños mutuos” es que se debe a las conversaciones, reuniones u otras actividades compartidas de las dos personas y que simplemente son procesadas en sus sueños a la siguiente noche. Pero esta teoría no acabaría de explicar cómo personas que no han compartido experiencias ni tampoco las vivencias diarias comparten sueños, y mucho menos recordarlos o interactuar en ellos.

Esta es una pregunta que creo que todos nosotros nos hemos preguntado por lo menos una vez. Muchos expertos sugieren que los sueños compartidos únicamente se pueden realizar por “almas gemelas” ya que tienen una conexión muy profunda, incluso cuando no están juntos físicamente. También cabe destacar que esta conexión en los sueños con nuestra alma gemela podrá efectuarse incluso si no la conocemos, estaríamos compartiendo el sueño ya desde muy pequeños.

Podríamos hablar largo y tendido sobre los sueños compartidos, pero lo que hemos querido mostrar es la realidad de uno de los fenómenos más misterios e inexplicables de todos los tiempos. Desde un punto de vista científico el sueño compartido es posible pero con una advertencia muy específica. Cuando dos o más personas comparten una habitación, si una de esas personas habla en su sueño sobre los acontecimientos en el sueño, es posible que las personas de la misma habitación puedan interpretar inconscientemente lo que se dice en un sueño, lo cual produce un sueño similar a la persona que habla del sueño.
Pero desde un punto de vista más elevado, los sueños compartidos van mucho más allá de cualquier explicación racional, es la experiencia de nuestro ser.




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