El reciente escándalo en el que se ha visto implicada la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y las organizaciones de control y vigilancia se ha extendido a nivel mundial, creando una gran controversia a nivel social. La gravedad de la cuestión ha dado pie a la cuestión de la existencia del Gran Hermano, el cual interviene las líneas telefónicas, las torres de telefonía móvil e Internet. Pero curiosamente, el escándalo público ha tenido otro tipo de efecto en las personas, una compra masiva de la novela clásica escrita por George Orwell titulada “1984”, aumentado un 6.021 por ciento en 24 horas.
George Orwell fue la primera persona en acuñar la famosa frase “Gran Hermano”, refiriéndose a un gobierno que todo lo ve y todo sobe de la su sociedad más que controlada. El libro, que fue publicado por primera vez en 1949, se ha convertido en un auténtico libro profético que describe nuestro presente y, por desgracia, también nuestro futuro.
Además de ser una obra maestra de la literatura, la legendaria novela “1984″ de George Orwell es más que una historia. Segun los conspiranoicos, se trata de la profecía y la visión de lo que los Illuminati han planeado para todos nosotros. La fuerza dominante, Gran Hermano, no es más que un símbolo para el Nuevo Orden Mundial que lo controlará todo. Y al igual que los que están detrás de Gran Hermano, nunca vamos a saber quién está detrás de esta obra maestra de la conspiración. Lo que es aún más aterrador es que los Illuminati incluso crean movimientos de falsa resistencia diseñada para acabar con los disidentes, tal y como dice el libro.
Este libro describe cómo los Illuminati se pronunciarán una vez que tengan el control total. Pero curiosamente, no explica cómo van a lograr su ascenso al poder, lo que sí deja claro es que lo van a controlar absolutamente todo. Aunque ya se conocía la existencia de este control a la sociedad, el hecho de que sea público también es parte de los planes deliberados de los Illuminati para conquistar el mundo. Mediante la promoción de la profecía como ficción, pueden trabajar en el “control mental” de las personas. Esta novela, al volver a tener cierta fama, también proporciona a los Illuminati una fuente aparentemente ilimitada de respuestas y opiniones acerca de lo que las personas piensan sobre la “visión” de Orwell en la actualidad.
A raíz de la controvertida noticia sobre la violación de nuestra intimidad por parte de los gobiernos, muchos cosnpiranoicos han vuelto a recordar las aterradoras tecnologías con los cuales nos espían:
ECHELON es el nombre que recibe el sistema de redes de señales de recopilación y análisis de datos a cargo de los Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. ECHELON fue creado durante la Guerra Fría para controlar las comunicaciones militares y diplomáticas de la Unión Soviética y sus países satélites. Tras la caída del telón de acero, se utiliza para controlar las comunicaciones terroristas, información sobre los cárteles de las drogas y otras actividades ilegales. Se desconoce las ubicaciones exactas de los puestos de escucha ECHELON, pero es probable que se encuentren por todo el mundo con el fin de aumentar la gran tela de araña que componen el área del programa de cobertura. ECHELON se cree que es capaz de recoger prácticamente cualquier forma de comunicación, incluyendo llamadas telefónicas, faxes, correos electrónicos y otros datos de tráfico mediante la interceptación de las transmisiones por satélite, enlaces de microondas y redes telefónicas públicas conmutadas, así como aprovechar las redes de fibra óptica.
Pero España también tiene su propio control de comunicaciones, el Sistema Integral de Interceptación de Comunicaciones Electrónicas (SITEL), creado por el fabricante Ericsson para el Gobierno de Aznar durante el año 2000, fue presentado como la última gran tecnología espía. Esta tecnología que permite al Gobierno capturar comunicaciones de todo tipo en España, así como conocer la identidad del usuario, el operador telefónico, el punto geográfico exacto en el que se encuentra, además de otro tipo de informaciones. Aunque el Gobierno Español ha declarado públicamente que este sistema necesita de una orden judicial previa para ser utilizado, la realidad es otra, el control constante de la población.
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