La noche del 22 al 23 de junio seremos testigos de una Superluna, más grande, más brillante y que tendrá el mayor acercamiento del año con la Tierra, encontrándose a 30.000 kilómetros más cerca que cuando está en su punto más lejano. Pero además de ser un gran espectáculo a simple vista, muchos expertos afirman que esta inusual luna es el preludio de grandes desastres naturales, como terremotos, tsunamis, inundaciones, tifones y ciclones, que podrían tener lugar dentro de los siguientes catorce días. Y es que algunos de los mayores desastres naturales de la historia reciente han tenido lugar durante las Superlunas, como el terremoto de Japón de 2011, el tsunami de Indonesia de 2005 y las inundaciones del Medio Oeste de los Estados Unidos en 1992 y 1993. Pero según los expertos, esta Superluna es mucho más peligrosa que las anteriores, ya que tendrá lugar en la noche de San Juan, una de las noches con más poder energético, amplificando cualquier efecto que pueda tener en la Tierra.
La Superluna tiene lugar cuando la luna está en el punto más cercano de su órbita a la Tierra. El punto más cercano de la Luna a la Tierra se conoce como “perigeo”, que además si coincide con la luna llena, la luna parece más grande de lo habitual. En su máximo acercamiento a la Tierra, la Luna está a una distancia de aproximadamente a 363.104 kilómetros. El término “Superluna” no fue acuñado por astrónomos, sino por un astrólogo llamado Richarch Nolle, quien lo definió como “una luna llena que se encuentra a menos del 90% de la Tierra en una órbita determinada (perigeo). En resumen, la Tierra, la luna y el sol están en una línea, con la luna en su aproximación más cercana a la Tierra”.
La Luna llena se observa desde la Tierra un 14 por ciento más grande y un 30 por ciento más brillante que la Luna llena común. La distancia entre la Tierra y la Luna varía porque la Luna traza una órbita elíptica alrededor de la Tierra. La Superluna del domingo tendrá lugar dos días después del solsticio de verano (21 de junio), el día más largo del año en el que el Sol alcanza su punto más al norte de la línea ecuatorial, marcando el comienzo oficial del verano en el Hemisferio Norte.
Según los astrólogos expertos, esta Superluna puede desencadenar una gran cantidad desastres naturales, incluidos tsunamis, grandes tormentas, peligrosas mareas costeras, terremotos inusuales y erupciones volcánicas. Para apoyar esta teoría, los expertos han descrito una serie de desastres naturales que han tenido lugar en épocas de la Superluna, por ejemplo, el 22 de febrero de 2011 donde tuvo lugar un terrible terremoto en Nueva Zelanda, el huracán y las peligrosas mareas de Texas en septiembre de 1900, el terremoto de Hawke’s Bay, Nueva Zelanda, en febrero de 1931, el huracán de Nueva Inglaterra en 1938, el ciclón Tracy de Australia en 1974, la erupción del volcán Pinatubo en junio 1991, el huracán Katrina en 2005, el tsunami de 2005 en Indonesia, el tsunami de Japón en 2011, incluso el hundimiento del Titanic el 15 de abril de 1912. Y todos estos grabes desastres sucedieron en cuestión de días y en un máximo de dos semanas después de la Superluna.
Todos estos desastres serian debido a que la Tierra parece estar más expuesta a los desastres naturales dentro de los siguientes catorce días o incluso en el mismo momento de la Superluna. Y aunque la NASA ha declarado que no existe ninguna relación entre los desastres naturales y las Superlunas, algunos los científicos afirman que existen evidencias científicas que apoyan la conexión entre este fenómeno y los desastres naturales. Y es que al parecer, hay una pequeña correlación entre las Superlunas lunas y la actividad sísmica debido a que la fuerza de las mareas son más fuertes de lo habitual por la alineación del sol y la luna. Esto supone una presión adicional sobre las placas tectónicas, causando eventos como los terremotos y causando una aumento de los océanos.
Existe un vínculo entre los cambios mentales y la Superluna que es totalmente desconcertante desde la perspectiva científica del análisis de causa y efecto. A lo largo de la historia se han realizado investigaciones científicas que detallan ciertas evidencias entre las personas y las Superlunas. Estos estudios no publicados detallan un aumento en las incidencias de ingresos hospitalarios mentales, homicidios y crímenes, que sugieren una cierta manipulación en el cuerpo, el cerebro y los centros emocionales de las personas. Estos efectos darían paso a personas que se encuentran en sus lugares de trabajo y se vuelven completamente locos, las familias enloquecen acabando en discusiones sin sentido, o incluso las mascotas tiene comportamientos inusuales.
En algunas partes del mundo, departamentos de policía amplían sus plantillas en las noches de las Superlunas, algunos hospitales añaden personal adicional durante este tiempo, algunas clínicas veterinarias se colapsan con animales enfermos o con comportamientos agresivos que la propia ciencia no puede explicar. Según algunos expertos, estos cambios a nivel de los seres vivos seria debido a causa de unas energías que nuestra ciencia moderna no quiere entender. Estas son las energías que los primeros filósofos, sacerdotes, hombres sabios y oráculos conocían aprovechando en sus prácticas ocultistas. Pero el problema con el que nos encontramos en la actualidad, es que el planeta se encuentra en una fase muy complicada de su historia, donde están ocurriendo grabes desastres naturales y que ha esto le debemos sumar los eventos que pueden tener lugar por esta inusual Superluna. Como siempre no hay que preocuparse en exceso, pero sí que hay que estar en alerta.
Interesante e inquietante artículo, espero que no sea así...
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