Un operario que estuvo a veinte metros de un OVNI dio testimonio de su encuentro cercano. “Nunca lo conté a nadie, sólo a mi familia y quiero que la gente lo sepa, esto es algo que yo no voy a olvidar en mi vida. Tengo 72 años y esto es algo que existe”.
La frase pertenece a Roberto Moreira, un jubilado de la industria de las bebidas gaseosas, que se decidió a revelar con detalles su encuentro cercano con un OVNI a partir de una sucesión de episodios misteriosos en Jujuy, ocurridos en los últimos tiempos con avistajes múltiples. Una sospecha es que los objetos “estudian” el agua del lugar. Todo comenzó cuando el diario jujeño El Tribuno comenzó a publicar relatos de vecinos que aseguraban haber divisado luces en el cielo. Moreira leyó los artículos y pidió espacio para que trascienda su experiencia. “Cuando leí una nota de la señora Angela de Ponce me decidí a contar mi historia”, dijo el testigo y habitante de la localidad de Mariano Moreno.
“Es verdad, cuando la gente escucha el relato ríe o no cree que es cierto, pero esto que le voy a contar fue así. Si tendría una Biblia lo haría poniendo la mano sobre ella, yo no le voy a mentir a Dios”, dijo el hombre, explicando que una noche de verano, en marzo de 1997, estaba de turno en la planta de aguas gaseosas de barrio Norte. En aquella época, la fábrica realizaba el llenado de botellas y funcionaba una planta de efluentes, con una pileta de unos 20 metros de largo con entradas y salidas. Estaba próxima al río e iluminada. El dato no es menor, porque el testigo está convencido que la tripulación del objeto volador estaba interesada justamente en el agua.
“Eran cerca de las tres de la mañana, yo tenía que controlar el líquido, el nivel de PH. Cerca de la planta había una piletita en la que se preparaban las jarras con los líquidos. Salí con una en cada mano y antes de vaciarlas me hice para atrás, como estirándome y allí fue cuando lo vi. Era un plato volador y estaba ahí, a unos veinte metros, como decirte de acá a la casa de enfrente, a una altura de tres pisos más o menos. Era gris, gris medio oscuro, grande, de ancho casi como una casa o un poco más”, sostuvo Moreira.
En ese marco, el jubilado describió lo que sería una nave, sin ningún tipo de abertura ni luces, y que tampoco emitía ruido alguno. Estaba suspendida en dirección al puente Paraguay. “Miré para los costados para ver si no había algo más, lo primero que hice fue correr al teléfono y llamar al guardia, era un chico de apellido Huaranca, le dije que bajara urgente, que deje todo. Luego volví a salir y ya no estaba, habían pasado unos segundos, diez, quince, no sé. Huaranca me creyó, yo estaba agitado, como si hubiera corrido diez kilómetros. Te creo, me dijo”, contó. “Yo pienso que es por algo que vienen, les debe haber llamado la atención el agua, los aireadores de la pileta que hacían muchas burbujas, no sé. La pileta estaba iluminada. Creamos que esto existe. Es la primera vez que hablo de esto para que la gente lo sepa”, indicó el hombre.
El relato que disparó la revelación de Moreira fue el brindado, también al diario El Tribuno, por otra vecina, Angela Ponce. “Cuando alguna persona afirma haberlos visto, el que escucha el relato duda, ríe, o no cree que es cierto”, dijo la mujer al iniciar su relato de avistaje de posibles OVNIs en el barrio Kennedy.
La vecina indicó que desde hace más de dos años puede ver normalmente durante las horas del atardecer tres “estrellas en movimiento”, alrededor de las 19.30 o 20 y especialmente en otoño y verano, atrás del cerro que se encuentra cercano al barrio Cerro Las Rosas. En el lugar comúnmente conocido como El Cerro de la Cruz, primero surgiría una estrella gigante “muy bella y grande” según las declaraciones de Ponce, que avanza hacia el noroeste en dirección a la zona de la Cordillera de Los Andes.
Pasada la media hora de la aparición de esta estrella, aparece la segunda y finalmente una tercera. Según Ponce, todos los objetos son visibles y despiden rayos de luces de colores: azul, rojo, naranja, blanco y amarillo. “Pasan una atrás de la otra, y si se espera unos noventa minutos, se pierden de vista”, precisó agregando que el fenómeno ocurre diariamente en el mismo horario.
“Avisé de esta novedad a mis familiares, amigos, vecinos y a la gente que pasaba por mi vereda. Todos aprobaron que no se trataba de estrellas normales, y decían que no serían tampoco OVNIs, sino aviones… y lo tomaban por broma o error”, expresó Angela.
Cuando el cielo se encuentra poco iluminado por las luces de la ciudad, sería el momento preciso para observar este fenómeno, detalló Angela, agregando que cree que las luces llegan desde Los Alisos y se alejan hacia el Oeste, según sus averiguaciones se trataría de posibles OVNIs que buscan agua en el dique.
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