El derretimiento de los glaciares en la Antártida estan revelando pirámides

¿Como podría cambiar nuestra manera de entender la historia descubrir que la Antártida fue poblada intensamente por una civilización en los albores de la humanidad? ¿Sería eso posible? Todas estas preguntas asaltan la cabeza de la comunidad científica internacional debido al reciente descubrimiento de tres pirámides antiguas en la Antártida por un equipo de científicos formado por europeos y americanos.

Sin necesidad de utilizar mucho la imaginación al ver la foto anterior rápidamente podemos recordar la no aleatoria configuración de las pirámides de Giza, la famosísima alineación según Orion.

Así pues, ¿de dónde han salido estas pirámides? ¿Cuando han sido descubiertas y porque como lector posiblemente aún no había oído hablar de ella? Los primeros informes sobre las pirámides fueron mostrados en los medios de comunicación occidentales a lo largo del año 2012. Rápidamente, surgieron en paralelo comentarios y ensayos de diversos estudiosos afirmando que las extrañas estructuras podrían servir de prueba de que el continente cubierto de hielo solía ser lo suficientemente caliente como para haber tenido una antigua civilización antigua viviendo allí.
Sobre el origen de las pirámides árticas, a día de hoy poco se sabe de su origen o significado, de hecho, su difícil situación geográfica hace extremadamente difícil su acceso para estudio (de hecho a día de hoy, la Antártida sigue siendo el lugar más remoto de la tierra y acceder hasta allí se plantea muy complicado y lo que es peor mantenerse a salvo una vez allí resulta casi igual de complicado). Así que de momento poco se conoce en relación a las majestuosas estructuras, de hecho, la comunidad científica se mantiene cautelosa sobre el descubrimiento. La única información fiable proporcionada por los científicos era que se esta planeando una expedición al sitio para investigar más a fondo y determinar con pruebas fehacientes si las estructuras son artificiales o naturales. A decir verdad, la misión no se presenta fácil, de hecho, para poder investigar a fondo la localización se necesita cierto material y medios, puesto que la base de las pirámides sigue sepultada en nieve y hielo. Es tanto así, que el problema a nivel logístico se plantea tan complejo que a día de hoy no existe fecha ni presupuesto para realizar tal viaje.

¿Que clase de sentido tendría encontrar unas pirámides perdidas en la Antártida? ¿Como una civilización pasada pudo sobrevivir y asentarse perennemente en tales condiciones adversas? Puede parecer una auténtica locura, sin embargo, no sería tan descabellado como parece, de hecho, en 2009 científicos de la comunidad internacional descubrieron que el clima en la Antártida pudo no haber sido siempre tan frío. Esta afirmación se basa en el descubrimiento en el hielo profundo de partículas de polen, que posiblemente podría afirmar que hubo una época en que árboles crecieron en la Antártida y las temperaturas de verano llegaron incluso a alcanzar los 21ºC. En adición recientemente se ha demostrado que varios lagos sumergidos y sellados por miles y miles de años contenían vida, uno de los casos de éxito ha sido el protagonizado por los científicos del Instituto de Investigación del Desierto de Nevada, quienes identificaron 32 especies de bacterias en muestras de aguas del Lago Vida en la Antártida oriental.

¿Así pues, si hubo vida tendría sentido también pensar que pudo haber una civilización humana viviendo allí? Sería innegable pensarlo, el ser humano se ha diseminado desde su más tierna infancia biológica distribuyéndose por lo largo y ancho del globo, llegando a lugares tan remotos como las islas del pacífico.

 

También es notable que la estructura encontrada sea una pirámide. ¿Porqué es esto relevante? Dejando de lado el posible significado que cada uno quiera atribuir a una pirámide, esta estructura se ha repetido en varias de las civilizaciones más antiguas que han poblado la tierra. Posiblemente la explicación de porque este diseño se ha replicado en lugares tan remotos de la tierra sea simplemente por su simplicidad. Parece coherente pues pensar que una desconocida y misteriosa civilización pudo vivir en el ártico y crear pirámides para honrar a sus dioses o para mostrar su grandeza en algún punto olvidado de la historia.
Sin lugar a dudas, este descubrimiento si se corrobora con el trabajo de los investigadores y se prueba que las pirámides del ártico son estructuras hechas por el hombre podría resultar en un paso de gigante en la aventura de desgranar la historia perdida de la humanidad. Y lo que es más importante, sí efectivamente fueran pirámides enterradas bajo el permafrost ártico, ¿Que otras estructuras u objetos podrían estar ocultos sobre suelo ártico? Lo más terrorífico del asunto, es que si el calentamiento global continua su tónica, quizás hallemos la respuesta a estas preguntas, y quizás entonces sea demasiado tarde para la humanidad.