En Anfípolis, a unos 600 kilómetros al norte de Atenas, se descubrió
una especie de pared de mármol de unos 500 metros de largo y tres de altura, que
los arqueólogos suponen podría contener una tumba real.
El hallazgo en la región griega de Macedonia de un complejo funerario del
siglo IV antes de Cristo ha desatado las especulaciones sobre la posibilidad de
que allí se encuentre la tumba del rey Alejandro Magno.
El sepulcro se encuentra cerca de Anfípolis, a unos 600 kilómetros al norte
de Atenas, y en él se descubrió una especie de pared de mármol de unos 500
metros de largo y tres de altura, que los arqueólogos suponen podría contener
una tumba real.
Según la arqueóloga responsable, Katerina Peristeri, aunque es irresponsable
afirmar en estos momentos que se trata de la tumba de Alejandro Magno, el
descubrimiento en sí es relevante, pues se trata de un complejo funerario muy
antiguo.
Pero hasta ahora, no es más que eso. “Aún no hemos empezado a excavar dentro
del complejo, por lo que no podemos afirmar nada”, argumentó.
Alejandro Magno murió en el año 323 a.C. en Babilonia. Sus restos mortales
fueron depositados en un mausoleo en Egipto, pero desde finales de la Edad
Antigua se perdió el rastro de la tumba. En las últimas décadas, arqueólogos e
investigadores la buscaron sin éxito en Alejandría, Uzbequistán e incluso el
norte de Australia.
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