El pasado 15 de febrero un meteoro explotó sobre los cielos de Chelyabinsk, Rusia, justo después de entrar en la atmósfera
terrestre, hiriendo a más de 1.000 personas. Según los expertos de la NASA,
estimaron que la explosión tuvo una fuerza mayor a 30 bombas nucleares de
Hiroshima, y la onda de choque fue tan poderosa que “viajó dos veces por
todo el mundo”. Muchas personas al otro lado del continente afirmaron haber
“sentido” la explosión, aunque no pudieron determinar su origen. En
principio, los medios de comunicación trataron la noticia como un simple
fenómeno anecdótico, pero las últimas investigaciones dicen todo lo contrario.
Recientemente, investigadores españoles analizaron la trayectoria del meteoro
llegando a la conclusión de que podía tratarse de un fragmento desprendido de un
gran asteroide de 656 metros de ancho llamado EO 2011 40, conocido como el
asteroide Apollo. Pero este asteroide formaría parte de un grupo de asteroides
que representan una grave amenaza para la Tierra, siendo corroborado por un
reciente estudio anunciado en la conferencia Goldschmidt en Florencia, el cual
apunta que el meteorito de Chelyabinsk chocó contra otro cuerpo del sistema
solar o se acercó demasiado al Sol antes de que cayera a la Tierra. ¿Estamos en
peligro? ¿Los expertos no nos advierten de todos los peligros espaciales?
El profesor Carlos de la Fuente Marcos y su hermano Raúl, dos astrónomos de
la Universidad Complutense de Madrid, dirigen la investigación del meteorito de
Chelyabinsk, quienes han logrado trazar el camino de la enorme bola de fuego que
atravesó el cielo por encima de Chelyabinsk en Rusia en febrero de este mismo
año. Los dos investigadores afirman que han sido capaces de encontrar evidencias
fiables sobre la existencia de un grupo de asteroides peligrosos para la
Tierra.
La roca espacial en cuestión pesa 10,000 toneladas y mide unos 55 metros de
diámetro. Este asteroide es el llamado asteroide Apollo, que cruza regularmente
la trayectoria de la Tierra a medida que orbita alrededor del Sol, y ha sido
clasificado como un asteroide potencialmente peligroso. Lo alarmante es que los
científicos creen que el asteroide se está desfragmentando
debido a un impacto con otro objeto.
Este hecho causó que un fragmento de roca se desprendiese y se precipitase
contra la Tierra, dando lugar a la dramática bola de fuego de meteoros o
superbólido. Los profesores Carlos y Raúl en unas declaraciones dijeron que
“las órbitas de estos objetos son muy perturbadoras ya que experimentan
encuentros cercanos no sólo con el sistema Tierra-Luna, sino también con Venus,
Marte y Ceres”. Otro dato que aportaron fue que el grupo de asteroides no
puede tener más de unos 20.000 o 40.000 años.
Casualmente, el impacto del meteorito en la atmósfera de la Tierra se produjo
apenas unas horas antes de que un asteroide de 164 metros de ancho, llamado 2012
DA 14, pasara cerca de la Tierra, provocando el temor en la población del
peligro de un mayor impacto. Sin embargo, los científicos se apresuraron a
señalar que los dos eventos fueron una mera coincidencia, ya el camino de los
dos objetos eran totalmente diferentes. Pero esto dio paso a muchas críticas y
dudas sobre la comunidad científica ante su incapacidad de detectar
objetos potencialmente peligros.
Ahora, los últimos hallazgos de los científicos españoles han confirmado que
los dos eventos ocurridos en febrero no estaban relacionados. Los dos
científicos combinaron datos de observación de la lluvia de meteoros de Rusia
con simulaciones por ordenador para encontrar posibles candidatos para
determinar su origen. Se identificaron 20 posibles candidatos en un grupo de
asteroides que han llamado a la familia de asteroides
Chelyabinsk. Este grupo incluye varios asteroides pequeños y dos
relativamente grandes, el 2007 BD 7 y 2011 EO 40. Aunque análisis posteriores
han sugerido que el más peligroso para la tierra pueda ser el 2011 EO 40.
Los profesores de la Fuente Marcos, dicen que la única manera de demostrar de
manera concluyente los orígenes de la lluvia de meteoros en Chelyabinsk seria
preparar una misión espacial para recoger muestras del asteroide 2011 EO 40 para
su posterior análisis.
Según informaron un equipo de científicos rusos en la conferencia Goldschmidt
en Italia, el meteorito de Chelyabinsk chocó contra otro cuerpo o se acercó
demasiado al Sol antes de que cayera en nuestro planeta. Los investigadores del
Instituto de Geología y Mineralogía en Novosibirsk han analizado algunos
fragmentos del meteorito que cayó en el fondo del lago Chebarkul cerca de
Chelyabinsk el 15 de febrero de 2013. A pesar de que todos los fragmentos están
compuestos de los mismos minerales, la estructura y la textura de algunos
fragmentos muestran que el meteorito había sido sometido a un proceso intensivo
de fusión antes de que recibiera temperaturas extremadamente altas al entrar en
la atmósfera terrestre.
Esto significa que hubo una colisión entre el meteorito Chelyabinsk y otro
cuerpo en el sistema solar. En base a su color y estructura, los investigadores
han dividido los fragmentos de meteoritos en tres tipos. Los fragmentos más
ligeros son los más comúnmente encontrados, pero los fragmentos oscuros se
encuentran en un número creciente a lo largo de la trayectoria del meteorito,
con un mayor número que fueron encontrados cerca de donde impacto. Los
fragmentos oscuros incluyen una gran proporción de material de grano fino, y su
estructura, textura y composición mineral muestra que se formaron por un proceso
de fusión muy intensiva, probablemente por una colisión con otro cuerpo o por su
proximidad al sol. Este material es distinta “corteza de fusión”, la
capa delgada de material en la superficie del meteorito que se funde, que a
continuación, se solidifica a medida que viaja a través de la atmósfera de la
Tierra.
Para muchas personas estas últimas revelaciones parecen mostrar un claro
mensaje, la población no esta siendo debidamente informada sobre las posibles
amenazas a la que se encuentra sometida la Tierra. Y esto mismo que parece ser
otra teoría conspirativa sin fundamentos, lo dejó claro el mismísimo jefe de la
NASA Charles Bolden en marzo, quien aconsejó como actuar en el caso
de que un asteroide potencialmente peligro se dirigiera hacia la Tierra:
“Rezar”. Esta fue la palabra que utilizó Bolden ante
la “negación” de los gobiernos para alertar a su población de asteroides
desconocidos y meteoritos.
El meteorito de Chelyabinsk fue un punto de inflexión para muchas personas,
ya que pudieron ver con sus propios ojos como un simple meteorito podría haber
causado grandes daños a la población, y como los científicos se escudaron en dar
explicaciones sin sentido por no haber alertado a sus residentes. Muchos países
del mundo no cuentan con un plan específico ante este tipo de peligros, pero los
gobiernos están altamente protegidos. Por esto mismo, no está de más prepararse
para un evento catastrófico imprevisible, ya que quienes tienen que alertarnos,
han dejado bien claro su postura: no decir absolutamente nada.
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