Durante la Guerra Fría la Fuerza Aérea de EE.UU. “adquirió en secreto” aviones de combate soviéticos, cedidos por Israel, y los puso a prueba en el Área 51, revelan nuevos documentos desclasificados.
En agosto pasado la CIA reconoció la existencia de la misteriosa base en el desierto de Nevada, utilizada para realizar pruebas de programas aéreos secretos. Uno de esos programas fue la evaluación de múltiples cazas soviéticos MiG.
El primer modelo puesto a prueba fue el MiG-21, originalmente obtenido por Israel en 1966 y dos años más tarde cedido a la Fuerza Aérea estadounidense. Según la información, EE.UU. utilizó ese modelo para evaluar las características técnicas de la aviación soviética y trabajar en el desarrollo de armas más eficaces para contrarrestarlas.
Evaluaciones similares se llevaron a cabo más tarde con el MiG-17, además de otras pruebas. Sin embargo, los detalles de esos programas no han sido desclasificados.
El Área 51 también fue utilizada para poner a prueba los sistemas de defensa antiáereos de la Unión Soviética, para lo cual se construyó un complejo similar a los soviéticos, donde los pilotos estadounidenses aprendieron a esquivarlos.
Los documentos desclasificados (1961 a 2009) del Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, pueden ser consultados aquí:
Es sabido que las mal llamadas “teorías de conspiración” apuntan al Área 51 como un lugar estrechamente relacionado con entidades alienígenas y trabajos de ingeniería inversa aplicada a naves recuperadas.
Por mucho tiempo los debunkers del tema OVNI/ET han esgrimido, entre otras elucubraciones, que el fenómeno OVNI tiene un origen totalmente terrestre y que la hipótesis extraterrestre no es más que una cortina de humo para encubrir proyectos militares secretos.
Sin embargo, este movimiento de “desclasificación” y “liberación” por parte del gobierno de EE.UU. es un ejemplo de exactamente todo lo contrario; es decir, proyectos militares secretos son utilizados para encubrir el origen extraterrestre de algunos OVNIs y el hecho que estamos siendo visitados.
Todo esto se condice con cierta lógica, no se puede encubrir un asunto con severas implicaciones como visitas extraterrestres a nuestro planeta, con algo de pocas implicaciones (lo que no le quita importancia) como proyectos y programas secretos que popularmente se da por hecho que existen.
Los documentos desclasificados “por derecha” pocas veces han aportado datos significativos a la investigación OVNI, y aparentemente siguen por el mismo camino.
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