Desde hace años, Mallorca está acostumbrada
a recibir a gente de otras culturas que viene de vacaciones o a
labrarse el porvenir que no encuentra en sus países de procedencia. Pero
existen otros visitantes con las agallas necesarias para abandonar sus
lugares de origen y acomodarse en entornos desconocidos. Viven en el
fondo del mar, el gran territorio sin fronteras, y su presencia en las
aguas baleares es un indicativo de que algo está cambiando en el clima
global. Y es que desde hace varias décadas tanto los pescadores como los
científicos vienen constatando la presencia cada vez más elevada de
peces y otras especies marinas que nunca antes se habían visto en el
Mediterráneo y que, gracias al calentamiento global, amplían su zona de
influencia más allá de las aguas cálidas que siempre habían constituido
su único hábitat.
Los expertos hablan de la
"tropicalización" del mar Mediterráneo para explicar este fenómeno que
va modificando lentamente las condiciones de nuestros fondos marinos, ya
sea por la incorporación de especies totalmente nuevas o por la
adaptación de las especies existentes a la nueva situación climática.
Los peces que hasta hace poco tiempo eran inéditos en Balears tienen una
procedencia meridional, tropical o subtropical y penetran en el
Mediterráneo por las dos únicas entradas naturales del ´Mare Nostrum´:
Gibraltar o el Canal de Suez. No obstante, son mayoría los que proceden
del Atlántico oriental y llegan a Balears por el sur de la península
Ibérica. Hasta la fecha, solo se ha detectado una especie de pez natural
del océano Índico que haya llegado a nuestras aguas desde el
Mediterráneo oriental, el llamado ´pez trompeta´ o ´lessepsian sprinter´
por la facilidad con la que recorre la distancia entre el canal de Suez
y las costas ibéricas. Estos peces son los que los biólogos denominan
´especies lessepsianas´.
Por ahora, las especies de peces de
presencia excepcional en aguas de Balears "presentan poblaciones casi
irrelevantes", según explican fuentes del departamento de Medio Rural y
Marino de la conselleria de Medio Ambiente. Sin embargo, creen que es
necesario estudiar su evolución. Por este motivo, el Govern ha puesto en
marcha un registro continuo de especies raras capturadas tanto por los
pescadores recreativos como por los profesionales, a quienes Medio
Ambiente solicita su colaboración para que comuniquen a la
Administración cualquier captura de especie rara y faciliten fotografías
del ejemplar o, en el mejor de los casos, el propio pescado congelado.
Xisco
Riera, biólogo de la conselleria de Medio Ambiente, explica que la
recopilación de muestras de especies extrañas es habitual en los últimos
años gracias a la colaboración de los pescadores y a las propias
campañas de seguimiento de las reservas marinas que realizan los
técnicos. "Fue a mediados de los años 80 cuando empezamos a darnos
cuenta de los cambios que se producían en la fauna marina de Balears,
con la presencia cada vez mayor de especies procedentes de aguas más
cálidas", apunta. Una de las primeras pruebas fue la aparición de
juveniles de cherna, un tipo de mero blanco que "en un principio no
conocimos" y que solo era posible ver en aguas muy profundas.
Por
otra parte, analizando las estadísticas pesqueras, los expertos
constataron también que otras especies que antes eran habituales en el
Mediterráneo habían desaparecido, como la llamada ´amploia´ (sprattus
sprattus), una especie de sardina, el pez ´guitarra´ o el ´pez ángel´.
El fenómeno de la tropicalización de las aguas no afecta solamente a los
peces, ya que también han empezado a proliferar tipos de alga y de
invertebrados inéditos hasta hace poco tiempo en aguas baleares. Entre
estos últimos, uno de los casos más conocidos es el del cangrejo
´percnon´, un ejemplar de gran rareza. Sin embargo, en los peces es más
fácil estudiar los cambios climáticos que mediante el análisis de otros
animales marinos.
Uno de los ejemplares de pescado que proceden de
otras latitudes y se ha adaptado con normalidad al clima mediterráneo
es el pez globo. "Se hizo muy común en los años 90, pero ahora no lo es
tanto y apenas se capturan algunos ejemplares". La primera presencia de
una especie de pez globo en el Mediterráneo fue citada en Mallorca en
los años 80. Algunas variedades de esta especie son tan extrañas que
solo se han detectado en una sola ocasión en las islas. Una curiosidad
relacionada con esta especie es que el carácter venenoso que tiene en
otras latitudes no se reproduce aquí porque el veneno se genera en
función de los alimentos que consume.
También han empezado a
aparecer otras especies que son primos lejanos de peces habituales en
Balears, como las ´servioles´. Es el caso de la ´fasciata´ y la
´rivoliana´, dos tipos de ´serviola´ que se han adaptado al
Mediterráneo. Del mismo modo, se han detectado especies de jurel o de
raboa que hasta hace pocos años no eran habituales en estas aguas.
Algunos
hallazgos todavía son recordados en los medios científicos de la isla
por su rareza. Es el caso del único bacalao detectado en aguas
mediterráneas, hace unos años. "Era un ejemplar que llegó en muy malas
condiciones, muy delgado, estaba ovulando y los huevos se habían vuelto
malos", recuerda Xisco Riera.
Otro caso que se localizó en el Port
d´Andratx tuvo como protagonista a un ejemplar del llamado ´pez remo´ o
´rey de los arenques´, una hembra de casi diez metros de longitud que
se estampó contra las rocas porque un grupo de machos la perseguía a
toda velocidad. Un trozo de este pez óseo se conserva en formol en el
laboratorio biológico de la conselleria.
En otra ocasión, un
pescador llamó a Medio Ambiente informando de que había atrapado una
castañuela (llamada ´tuta´ en Mallorca) de cuatro kilos, aunque
finalmente se trató de un ´Lobotes´, una especie extraña en las aguas
baleares.
De momento, no se conoce ninguna interacción importante
entre las nuevas especies y la fauna autóctona de las islas, aunque los
científicos creen que el fenómeno tendrá algunas consecuencias todavía
difíciles de determinar.
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