jueves, 11 de septiembre de 2014

El misterioso perro infernal de la Primera Guerra Mundial

Durante los peores días de nuestra historia, la Primera Guerra Mundial fue el inicio de sangrientos conflictos y tensiones políticas que azotaron a todo el mundo. Soldados separados de sus familias obligados a servir en las fronteras para satisfacer la codicia política. Y uno de los peores escenarios que se recuerdan en la Primera Guerra Mundial fue la batalla de Mons, donde hubo una verdadera orgía de sangre y muerte que costó alrededor de 5.600 muertos y heridos entre el bando británico y alemán.
Y entre tanta desgracia, muchos soldados explicaban historias que desafiaban a toda lógica. Algunos hombres afirmaron ser testigos de la aparición de ángeles en los cielos para salvar a la humanidad, mientras que otros explicaban sorprendentes historias de vampiros y despiadados demonios que se llevaban las almas de todo aquel que se encontrara a su paso.
 
El misterioso perro infernal de la Primera Guerra Mundial
Pero en medio de todas estas leyendas sobrenaturales, hubo una historia escalofriante que durante años atormentó a los residentes de la pequeña ciudad de Mons, la aparición de una misteriosa criatura misteriosa durante los intensos combates de la batalla de Mons.

Según cuenta la historia, la batalla de Mons fue llamada así por el pequeño pueblo belga de Mons, que se convirtió en el escenario de una feroz batalla entre las fuerzas británicas y alemanas. En 1914, las tropas alemanas ocuparon Mons y los británicos, en lo que fue su primera batalla durante la Primera Guerra Mundial,  marcharon valientemente para tratar de liberarla. La batalla degeneró en una guerra de trincheras mediante fuego de artillería, baterías de ametralladoras, y el combate cuerpo a cuerpo entre el barro de las trincheras.
Y mientras los soldados británicos y alemanes combatían en la batalla de Mons, otro peligro acechaba entre tanta barbarie. Una misteriosa bestia demoníaca daba caza soldados británicos y alemanes por igual; un enorme perro que llegó a ser conocido como “el sabueso de Mons”.
La historia del “sabueso de Mons” fue dada a conocer públicamente por el veterano de guerra canadiense F.J. Newhouse en 1919. La crónica fue publicada en el periódico Ada Evening News de Oklahoma, pero pronto todos los medios de comunicación se hicieron eco de la aterradora historia que tuvo lugar en la batalla. Según el relato, el primer avistamiento de esta criatura infernal tuvo lugar cuando el Capitán Yeskes y cuatro soldados británicos desafiaron los peligros en la tierra de nadie (la zona intermedia entre las trincheras de las dos bandos), con el fin de llevar a cabo una misión en la zona. Pero la patrulla nunca regresó.
Esto no es de extrañar debido a que se estaba librando una sangrienta batalla, pero cuando encontraron los cuerpos de los hombres días después, descubrieron que algo les había desgarrado la garganta, aunque los más aterrador fue que encontraron marcas de grandes colmillos en la cadáveres. Días después de este extraños suceso, soldados de ambas partes afirmaron escuchar un aullido monstruoso que emanaba de la oscuridad en la tierra de nadie. El aterrado aullido causó que algunos soldados que habían sobrevivido a días de batalla se retiraran inmediatamente.
Los altos mandos ordenaron que partieran más patrullas hacia la tierra de nadie para que investigaran lo que estaba matando a los soldados, pero el resultado era el mismo: eran encontrados mutilados en circunstancias similares, con las gargantas degolladas por alguna enorme bestia. Y los gritos de terror de los soldados alemanes indicaban que estaban sufriendo ataques similares. Los misteriosos aullidos nocturnos aumentaron en frecuencia y algunos de los soldados dijeron haber visto una enorme criatura parecida a un perro de color gris merodeando entre las sombras del abismo de las trincheras.

Durante los siguientes dos años, la criatura parecía haberse hecho amo y señor del campo de batalla de Mons, con una larga lista de víctimas e infundiendo terror entre las tropas. Pero un día, la criatura despareció y los ataques cesaron.
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Evidencias de la existencia del “sabueso de Mons”
Newhouse estaba convencido de la existencia del sabueso de Mons, y no solo afirmó que la criatura era real, también dijo que era el resultado de retorcidos experimentos militares alemanes con el objetivo de fabricar armas biológicas. Según escribió el propio Newhouse, un científico alemán llamado Dr. Gottlieb Hochmuller llevó a cabo un experimento con el objetivo de insertar la mente de un psicópata a un perro. Newhouse escribió el siguiente fragmento en agosto de 1919 en el periódico Oklahoman:
“La muerte del Dr. Gottlieb Hochmuller en los recientes disturbios en Berlín ha sacado a la luz los hechos relativos a la perversa habilidad de este científico alemán que han asombrado a Europa. Pero el perro de Mons no fue un accidente, un fantasma, o una alucinación, era el resultado deliberado de uno de los experimentos científicos más extraños y repugnantes que el mundo jamás haya conocido.”
Según Newhouse, el Dr. Hochmuller buscó en todos los manicomios de Europa al peor psicópata para saciar su odio a Inglaterra. Al encontrar el candidato perfecto, el doctor alemán consiguió extraer quirúrgicamente el cerebro y lo implantó en el cuerpo de un gran lobo siberiano. La criatura fue entrenada y luego soltada en el campo de batalla. Otras versiones afirmaban que la criatura había sido alterada para ser más grande y mucho más violenta.
Newhouse dijo que se habían encontrado documentos sobre la muerte del Dr. Hochmuller que exponían exhaustivamente todo el experimento, así como los deseos del médico para dar rienda suelta a la bestia entre las tropas aliadas, y que quedaba totalmente probado que los experimentos fueron reales.

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Pero también cabe destacar que la publicación de Newhouse estuvo rodeada de polémica ya que al parecer no se encontraron registros que demostraran la existencia del Dr. Hochmuler. De hecho tampoco se encontraron registros que demostraran que alguna vez hubiera un capitán llamado Yeskes en las filas británicas, lo que sin duda ocasionó un escepticismo sobre el informe en cuestión, lo que hace preguntarse: ¿Existió realmente el perro infernal modificado quirúrgicamente o incluso genéticamente? ¿O solamente se trató de la fantasía de un escritor?
Algunos historiadores han sugerido que la criatura era realmente perros salvajes atraídos por los muertos de los caídos en la batalla, y que eran vistos por los soldados como sabuesos sobrenaturales del infierno.
Pero por otra parte, muchos soldados que estuvieron presentes en la batalla de Mos afirmaron escuchar los aterradores aullidos y afirmaron que no correspondían a ninguna criatura conocida. Entonces, basándonos en el testimonio de los soldados que sobrevivieron, la criatura conocida como “el sabueso de Mons” sí que pudo existir. Aunque tampoco hay que descartar la posibilidad de que la criatura fuera una aparición demoníaca con la única intención de alimentarse de las almas de los soldados que estaban combatiendo.
Dejando aparte si la criatura fue real o no, por desgracia, el sabueso de Mons ha acabado formando parte de los muchos mitos y leyendas en los antiguos campos de batalla.




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