Durante los peores días de nuestra historia, la Primera Guerra
Mundial fue el inicio de sangrientos conflictos y tensiones políticas
que azotaron a todo el mundo. Soldados separados de sus familias
obligados a servir en las fronteras para satisfacer la codicia política.
Y uno de los peores escenarios que se recuerdan en la Primera Guerra
Mundial fue la batalla de Mons, donde hubo una verdadera orgía de sangre
y muerte que costó alrededor de 5.600 muertos y heridos entre el bando
británico y alemán.
Y entre tanta desgracia, muchos soldados explicaban historias que desafiaban a toda lógica.
Algunos hombres afirmaron ser testigos de la aparición de ángeles en
los cielos para salvar a la humanidad, mientras que otros explicaban
sorprendentes historias de vampiros y despiadados demonios que se
llevaban las almas de todo aquel que se encontrara a su paso.
Pero en medio de todas estas leyendas sobrenaturales, hubo una historia
escalofriante que durante años atormentó a los residentes de la pequeña
ciudad de Mons, la aparición de una misteriosa criatura misteriosa
durante los intensos combates de la batalla de Mons.
Según cuenta la historia, la batalla de Mons fue llamada así por el
pequeño pueblo belga de Mons, que se convirtió en el escenario de una
feroz batalla entre las fuerzas británicas y alemanas. En 1914, las
tropas alemanas ocuparon Mons y los británicos, en lo que fue su primera
batalla durante la Primera Guerra Mundial, marcharon valientemente
para tratar de liberarla. La batalla degeneró en una guerra de
trincheras mediante fuego de artillería, baterías de ametralladoras, y
el combate cuerpo a cuerpo entre el barro de las trincheras.
Y mientras los soldados británicos y alemanes combatían en la batalla de Mons, otro peligro acechaba entre tanta barbarie. Una misteriosa bestia demoníaca daba caza soldados británicos y alemanes por igual; un enorme perro que llegó a ser conocido como “el sabueso de Mons”.
La historia del “sabueso de Mons”
fue dada a conocer públicamente por el veterano de guerra canadiense
F.J. Newhouse en 1919. La crónica fue publicada en el periódico Ada
Evening News de Oklahoma, pero pronto todos los medios de comunicación
se hicieron eco de la aterradora historia que tuvo lugar en la batalla.
Según el relato, el primer avistamiento de esta criatura infernal tuvo
lugar cuando el Capitán Yeskes y cuatro soldados británicos desafiaron
los peligros en la tierra de nadie (la zona intermedia entre las
trincheras de las dos bandos), con el fin de llevar a cabo una misión en
la zona. Pero la patrulla nunca regresó.
Esto no es de extrañar
debido a que se estaba librando una sangrienta batalla, pero cuando
encontraron los cuerpos de los hombres días después, descubrieron que algo les había desgarrado la garganta,
aunque los más aterrador fue que encontraron marcas de grandes
colmillos en la cadáveres. Días después de este extraños suceso,
soldados de ambas partes afirmaron escuchar un aullido monstruoso que
emanaba de la oscuridad en la tierra de nadie. El aterrado aullido causó
que algunos soldados que habían sobrevivido a días de batalla se
retiraran inmediatamente.
Los altos mandos ordenaron que partieran
más patrullas hacia la tierra de nadie para que investigaran lo que
estaba matando a los soldados, pero el resultado era el mismo: eran
encontrados mutilados en circunstancias similares, con las gargantas
degolladas por alguna enorme bestia. Y los gritos de terror de los
soldados alemanes indicaban que estaban sufriendo ataques similares. Los
misteriosos aullidos nocturnos aumentaron en frecuencia y algunos de
los soldados dijeron haber visto una enorme criatura parecida a un perro de color gris merodeando entre las sombras del abismo de las trincheras.
Durante
los siguientes dos años, la criatura parecía haberse hecho amo y señor
del campo de batalla de Mons, con una larga lista de víctimas e
infundiendo terror entre las tropas. Pero un día, la criatura despareció
y los ataques cesaron.
Evidencias de la existencia del “sabueso de Mons”
Newhouse
estaba convencido de la existencia del sabueso de Mons, y no solo
afirmó que la criatura era real, también dijo que era el resultado de retorcidos experimentos militares alemanes con el objetivo de fabricar
armas biológicas. Según escribió el propio Newhouse, un científico
alemán llamado Dr. Gottlieb Hochmuller llevó a cabo un experimento con
el objetivo de insertar la mente de un psicópata a un perro. Newhouse
escribió el siguiente fragmento en agosto de 1919 en el periódico Oklahoman:
“La
muerte del Dr. Gottlieb Hochmuller en los recientes disturbios en
Berlín ha sacado a la luz los hechos relativos a la perversa habilidad
de este científico alemán que han asombrado a Europa. Pero el perro de
Mons no fue un accidente, un fantasma, o una alucinación, era el
resultado deliberado de uno de los experimentos científicos más extraños
y repugnantes que el mundo jamás haya conocido.”
Según
Newhouse, el Dr. Hochmuller buscó en todos los manicomios de Europa al
peor psicópata para saciar su odio a Inglaterra. Al encontrar el
candidato perfecto, el doctor alemán consiguió extraer quirúrgicamente
el cerebro y lo implantó en el cuerpo de un gran lobo siberiano. La
criatura fue entrenada y luego soltada en el campo de batalla. Otras
versiones afirmaban que la criatura había sido alterada para ser más
grande y mucho más violenta.
Newhouse dijo que se habían
encontrado documentos sobre la muerte del Dr. Hochmuller que exponían
exhaustivamente todo el experimento, así como los deseos del médico para
dar rienda suelta a la bestia entre las tropas aliadas, y que quedaba
totalmente probado que los experimentos fueron reales.
Pero
también cabe destacar que la publicación de Newhouse estuvo rodeada de
polémica ya que al parecer no se encontraron registros que demostraran
la existencia del Dr. Hochmuler. De hecho tampoco se encontraron
registros que demostraran que alguna vez hubiera un capitán llamado
Yeskes en las filas británicas, lo que sin duda ocasionó un escepticismo
sobre el informe en cuestión, lo que hace preguntarse: ¿Existió
realmente el perro infernal modificado quirúrgicamente o incluso
genéticamente? ¿O solamente se trató de la fantasía de un escritor?
Algunos historiadores han sugerido que la criatura era realmente perros salvajes atraídos por los muertos de los caídos en la batalla, y que eran vistos por los soldados como sabuesos sobrenaturales del infierno.
Pero
por otra parte, muchos soldados que estuvieron presentes en la batalla
de Mos afirmaron escuchar los aterradores aullidos y afirmaron que no
correspondían a ninguna criatura conocida. Entonces, basándonos en el
testimonio de los soldados que sobrevivieron, la criatura conocida como “el sabueso de Mons” sí que pudo existir. Aunque tampoco hay que descartar la posibilidad de que la criatura fuera una aparición demoníaca con la única intención de alimentarse de las almas de los soldados que estaban combatiendo.
Dejando
aparte si la criatura fue real o no, por desgracia, el sabueso de Mons
ha acabado formando parte de los muchos mitos y leyendas en los antiguos
campos de batalla.
http://www.mundoesotericoparanormal.com/
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