viernes, 3 de octubre de 2014

Hoy en Asesinos en Serie: Richard Speck (Nacido para traer el infierno)

El protagonista de hoy suele encasillarse como uno de los asesinos en serie más brutales de la historia americana; aunque, si bien es cierto, sólo mató en una noche a ocho chicas estudiantes de Enfermería. De todos modos su hazaña no desmerece como para no relatar su cruel matanza...

Nuestro amigo nació el 6 de diciembre de 1941 en Kirkwood, Illinois, donde vivió sus primeros años hasta que su familia se mudó a Dallas, (Texas). El 7º de ocho hermanos, sufre la pérdida de su madre con tan solo 6 años. El ambiente familiar no es el más propicio para su desarrollo pues su padre, hombre de bien pero alcohólico perdido, no sería buena influencia para nuestro chico. En su adolescencia fue arrestado 10 veces por robos y alteraciones del orden. Gamberro, busca broncas y pequeño delincuente, no tardó en abandonar la escuela técnica para trabajar como jornalero, carpintero y basurero.
Se casa a los 20 años con Shirley Malone de 15. Tuvieron una hija que quedó bajo la custodia de su madre en 1966 tras la separación solicitada, como no, de Shirley, tras continuos abusos tanto a ella como a su madre. Se presumía que duraría poco el matrimonio pues estuvo largo tiempo en prisión.
En julio de 1966 se establece en Chicago para buscar ayuda en su hermana y encontrar trabajo en un barco que partiera a Nueva Orleans. Su hermana le da 25 dólares y lo lleva al departamento de contrataciones de la Unión Marítima. Durante 4 años intentó sin éxito conseguir trabajo en un barco.
El departamento de contrataciones de la Unión se encontraba muy cerca del 2319 de la calle 100, donde ocho estudiantes de Enfermería vivían en una casa perteneciente al Hospital de la Comunidad de Chicago. Una de las estudiantes, Cora Amurao, estaba en la cama cuando golpearon en la puerta de su habitación. Abrió la puerta y se encontró cara a cara con nuestro hombre, Richard Speck, apuntándole directamente con un arma.
La joven filipina, estudiante de intercambio, junto con sus dos compañeras, fue llevada hasta una habitación trasera con otras tres enfermeras. Speck les aseguró a las chicas que no tenía intención de agredirles pues solo quería dinero para llegar a Nueva Orleans. Las chicas rápidamente cumplieron con lo pedido.
El hombre armado habló deliberada y claramente, pero apestaba a alcohol. Speck les dijo a las chicas que se acostaran. Metódicamente, ató a cada una, mano con pie, con sábanas despedazadas. Mientras tanto les aseguraba: "No se asusten, no voy a asesinarlas".
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Richard Speck desató los tobillos de Pamela Wilkening y la sacó de la habitación. Al poco tiempo, Mary Ann Jordan y Suzanne Farris llegaron y se les hizo unirse a sus compañeras enfermeras.
Las dos últimas fueron retiradas de la habitación. La próxima en salir fue Nina Schmale. Pasaba un período de 20 a 30 minutos entre la ausencia de cada chica y la vuelta de Speck. Durante uno de estos períodos, Cora Amurao rodó debajo de la cama para esconderse, cosa que salvó su vida.
Merlita Gargullo, Valentina Pasion, Patricia Matusek y Gloria Davy fueron llevadas individualmente fuera de la habitación. Mientras tanto, Cora Amurao estaba acostada en silencio debajo de la cama, totalmente aterrorizada mientras escuchaba los sonidos de violación y asesinato. Finalmente, el silencio se apoderó de la casa.
A las seis de la mañana Cora Amurao escapó de su escondite. Saltó los cuerpos de sus compañeras hasta un alféizar al ras del piso que iba a lo largo del frente de la casa. La señorita Amurao gritaba: "Ayúdenme, ayúdenme. Todo el mundo está muerto. Soy la única viva en el barco". En su estado de terror, pensó por un momento que estaba de vuelta en Filipinas.
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La extraña visión de una chica gritando histérica, pronto atrajo a un transeúnte a la casa del horror. Cora Amurao era la única de las nueve chicas que sobrevivió a Richard Speck. Sus ocho compañeras estaban muertas, todas violadas y acuchilladas o sofocadas hasta morir.
La trágica escena de las víctimas mostraba a Gloria Davy desnuda y atada con unos nudos demasiado perfectos, con un paño alrededor del cuello y su cabeza colgando del sofá, en sus nalgas habían rastros de semen. Patricia Matusek desnuda en el baño, sus braguitas blancas bajadas mostraban el vello púbico. Nina Schmale en la habitación junto a las demás, había tanta sangre derramada que apenas se les reconocían, su vestido levantado hasta el pecho con las mismas ataduras y nudos de iguales características, algo profesionales. Pamela Wilkening de 18 años, amordazada y apuñalada en corazón, cuello y pecho, su cuerpo yacía en el reguero de sangre. Mary Ann Jordania con tres apuñaladas en el pecho, cuello y ojo. Valentina Paison de 24 años, tumbada hacia abajo, con profundos cortes en su garganta y sobre ella, como si de una muñeca se tratase, se lanzó a Merlita Gargullo, apuñalada y también estrangulada.
richard-speck-cora-amauroCora describió a Speck a la Policía, alto, rubio y con voz cansina del meridional. Su descripción y los detalles de los asesinatos múltiples recibieron mucha publicidad. Veinte minutos después de que el informe fuera entregado a los patrulleros, la Policía supo que un hombre que cuadraba con la descripción había dejado dos bolsos en una gasolinera. Había mencionado que estaba buscando trabajo en la Unión Marítima Nacional. Un chequeo con la Unión confirmó que un tal Richard Speck estaba buscando una litera en un barco que saliera para Nueva Orleans. La fotografía de Speck estaba fichada con la Guardia Costera de EEUU. Cora escogió una foto de un grupo de retratos de la Policía.
El FBI comunicó a la Policía de Chicago el detalle del brazo izquierdo de Speck , tatuado con las palabras "Born to raise hell" . Sus huellas digitales concordaban con varias huellas tomadas de la residencia de las enfermeras.
Speck logró juntar los 90 centavos para quedarse en el hotel Starr en la calle West Madison en el distrito Skid Row de Chicago. Se registró como B. Brian. Allí, Speck leyó un recuento de los asesinatos y, enseguida, se cortó su muñeca derecha y su codo izquierdo. Mientras su sangre caía sobre el piso, gritó a través de las delgadas paredes al hombre de la habitación de al lado: "Ven a verme, tienes que venir a verme. Hice algo malo".
El vecino no respondió. Speck salió arrastrándose de la habitación, chorreando sangre. Un empleado llamó a la Policía. Speck fue llevado inmediatamente al Hospital Cook County.
El doctor LeRoy Smith miró la lista de pacientes, B. Brian y pensó que se parecía bastante al fugitivo del que todos hablaban que había matado a ocho enfermeras. El doctor lavó un poco la sangre seca que cubría el tatuaje. Descubrió las palabras "Born to raise hell". El doctor Smith se acercó y preguntó: "¿Cuál es su nombre?". Obtuvo la tenue respuesta: "Richard Speck". Así es como se dio caza a nuestro asesino.
Richard Speck se recuperó para presentarse a juicio por ocho cargos de asesinato. A un jurado de Illinois sólo les costó 46 minutos para hallarlo culpable por los ocho cargos. Fue sentenciado a muerte.
En 1972, cuando la pena de muerte fue prohibida momentáneamente en EEUU, Speck estaba sentenciado a morir. Fue sentenciado nuevamente de 400 a 1.200 años en prisión.
El 5 de diciembre de 1991, Richard Speck murió en prisión por un ataque cardíaco. Como nadie reclamó su cuerpo, fue quemado por los oficiales de la prisión.



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