Desde el comienzo de la historia de la humanidad, las muñecas siempre
han sido consideradas como el juguete favorito de los niños y de algunos
adultos. Pero a pesar del placer y de la diversión que proporcionan,
algunas muñecas también tienen uno oscuro pasado. Y la verdad es que en
algunos casos en concreto, los ojos de las muñecas parecen tener una
mirada diabólica, como si estuvieran esperando el momento oportuno para
volver a la vida.
Cuando estas muñecas combinan las maldiciones con los espíritus, asumen
un nivel totalmente distinto de lo sobrenatural. Hay muchas muñecas
supuestamente malditas o embrujadas en todo el mundo, lo pudimos
comprobar con el “Muñeco Robert”, “Annabelle” o en la “Isla de las Muñecas”,
pero quizás uno de los casos más extraños es la de una muñeca de Japón,
poseída por un espíritu y con un pelo que no para de crecer.
La historia de la conocida muñeca Okiku comenzó en 1918, cuando un
joven de 17 años llamado Eikichi Suzuki compró una muñeca a su hermana
Kikuko, de 2 años, como recuerdo durante su visita a la exposición
marina de Saporro, en la isla japonesa de Hokkaidō. La muñeca media unos
40 cm de alto y vestía con un kimono tradicional japonés. Sus
ojos parecían perlas negras dentro de una cara blanca de porcelana
hiperrealista, y con un pelo negro hasta el hombro de corte
tradicional. Eikichi inmediatamente supo que esa muñeca era para su
hermana y cuando la vio la compró de inmediato.
Y así fue, la niña
disfrutaba con su nueva muñeca, y jugaba con ella todos los días,
incluso le puso un nombre, Okiku. Los dos eran inseparables, iban juntas
a todas partes hasta que la tragedia llegó a la familia. La pequeña de
la casa se puso muy enferma y murió al poco tiempo debido a
complicaciones con la gripe y la fiebre. En memoria de su pequeña hija,
la familia colocó su amada muñeca Okiku en un altar.
Pero no pasó mucho tiempo hasta que la desconsolada familia comenzara
a notar algo extraño en la casa. El pelo negro azabache de la muñeca,
que había sido recortado hasta los hombros con un estilo tradicional,
comenzó a crecer y a despeinarse misteriosamente. En poco tiempo, el
pelo había crecido hasta las rodillas de la muñeca, lo que causó que la
familia creyera que el espíritu de Kikuko estaba de alguna manera en la muñeca.
Incluso cuando volvieron a cortar el pelo de la muñeca, este volvía a
crecer inexplicablemente y siempre parándose en las rodillas.
Debido
al comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939, la familia Suzuki
decidió trasladarse a la Isla de Sajalín. Y aunque que creían que el
espíritu de su hija se encontraba en el interior de la muñeca, no
estaban dispuestos a llevársela con ellos, por lo que decidieron
llevarla al templo Mannenji, en la ciudad de Iwamizawa, Japón. La
familia explicó al sacerdote del templo las cualidades sobrenaturales de
la muñeca, sin embargo, él aceptó cuidar de la muñeca. Todos los monjes
del templo comprobaron con sus propios ojos como el pelo de la muñeca seguía creciendo. Cortar
el pelo a la muñeca se convirtió como una tarea habitual en el templo, y
los monjes colgaban como adorno las fotografías de la muñeca con el
pelo de diferentes medidas.
A día de hoy, la muñeca continúa
estando en el templo Mannenji, custodiada dentro de una modesta caja de
madera, y su pelo sigue creciendo. La muñeca embrujada Okiku es conocida
en todo Japón, una historia que con el paso del tiempo se convirtió en
novelas, películas u obras de teatro.
A
día de hoy no está claro el porqué del inusual crecimiento del cabello
en la muñeca Okiku. Nadie ha sido realmente capaz de explicar cómo puede
ser que su cabello siga creciendo de manera continuada durante casi un
siglo. Muchos son los científicos que han analizado las muestras de pelo
de la muñeca embrujada Okiku, determinando que el pelo es de origen
humano, pero nadie tiene una explicación científica para este fenómeno.
¿Es este un verdadero fenómeno sobrenatural o algún tipo de engaño? ¿Qué
está pasando con esta muñeca? ¿Es esto una especie de truco o existen
fuerzas paranormales que no entendemos que hacen crecer su pelo
perpetuamente?
Por el momento, cualquier persona que desee ver a
la muñeca poseída Okiku lo puede hacer en el templo Mannenji. Continúa
estando en su caja, vestido con su kimono, con su pelo creciendo
continuamente, y con la mirada fija en todos los visitantes, tal vez
para buscar una forma de regresar a la vida.
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