Pero esto no fue una neurosis del primer presidente de los Estados Unidos. En España por ejemplo, no se podía enterrar a un muerto hasta pasadas las 48 horas desde su muerte y la expresión "Salvados por la campana", viene de una costumbre de la Edad Media, donde a los enterrados se les dejaba un cordel en el ataúd y si despertaban bajo tierra, podían tirar y avisar haciendo sonar una campana que comunicaba con el exterior.
Y es que sí han habido evidencias de gente enterrada viva. Pero por supuesto, esto se ha sabido después de desenterrarlas. Después de ver las caras descompuestas de terror, de incomprensión, claustrofobia y locura.
Encontrarse, despertarse dentro de un ataúd a 3 metros bajo tierra, sin
luz, sin oír nada excepto los gusanos moviéndose, y la progresiva falta
de aire que te ahoga, producen un miedo imposible de aguantar, un miedo
que te lleva directamente a la locura. Despertarse enterrado vivo, es peor que la muerte.
En algunos lugares, a los muertos se le enterraban con un arma. Así, si
despertaban, podían quitarse la vida. (yo personalmente prefiero el
método de la campana).
Pero dejando los posibles efectos que produce despertarse enterrado, el
siguiente paso sería preguntarse: Si siempre ha dado tanto miedo, ¿cómo
puede ser que la gente se equivoque y sea enterrada aun viva?
Pensamos que esto es algo del pasado, que ahora no hay equivocaciones y
nadie es enterrado vivo. Pero sin ir más lejos, se sabe que en 2010
falleció un ciudadano chino, y fue enterrado vivo. Este hombre al
despertar empezó a gritar y a gritar y casualmente la "difunta"
pudo oír la tenue voz de ultratumba y ordenó que pararan de echarle
tierra. Gracias a que convenció a la familia pudo desenterrar a su
esposo que realmente sí estaba vivo. Aguantó 3 horas. Pero muchos no
corren la misma suerte. Algunos despiertan tarde.
Los expertos piensan que pudo sufrir una de las enfermedades más cercanas a la muerte: la Catalepsia o "Muerte Aparente".
El proceder de esta enfermedad es verdaderamente espeluznante (no se lo deseo ni al peor enemigo).
De repente, el paciente que sufre Catalepsia se paraliza. Él aun está
vivo, sigue escuchando y sus ojos aun ven. Pero no se mueve, los
músculos se quedan rígidos como los muertos, el corazón reduce las
pulsaciones al máximo, la respiración es casi inexistente, el
metabolismo baja y el cuerpo se enfría. Aparentemente está muerto y para
cualquiera que no tuviera mucha experiencia, lo estaría... incluso para
algunos médicos. Pero el paciente sigue oyendo y sabiendo lo que pasa a
su alrededor, pero no puede moverse, tampoco puede gritar... y es
testigo de como le lloran sus seres queridos, de como le introducen en
el ataúd y como la oscuridad y el silencio mortal le van envolviendo.
En la mayoría de los casos el enfermo se despierta (o mejor dicho se
puede mover y gritar) cuando ya está enterrado... entonces es demasiado
tarde. La poca esperanza que recupera al poder moverse y gritar se
desvanece cuando se da cuenta que no puede hacer nada.
Una curiosidad: Se sabe que la experiencia es un grado de
sabiduría. En algunos velatorios, antes de enterrar al muerto, la abuela
pinchaba el pie del enfermo de Catalepsia con una aguja de coser. Si
emanaba sangre de la herida, como a cualquier vivo, se le volvía a hacer
exámenes médicos y se le permitía permanecer un par de días sin
enterrar.
http://misteriossinresover.blogspot.com.es/
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