Esta noche se abre la puerta que nos introduce al conocimiento del futuro y a las dimensiones mágicas de la realidad. Es la noche en que los entierros arden, el Diablo anda suelto y los campos son bendecidos por el Bautista. La noche anterior dos han sido los eventos más importantes: el baile del fuego y las pruebas… La noche y el amanecer están dedicado a San Juan en un esfuerzo por cristianizar las numerosas fuerzas que se manifiestan en esta mágica jornada, en la que todas las sociedades tradicionales de Europa ponen en marcha numerosos rituales de antiguo origen y profunda funcionalidad cultural. La fiesta no es específica de localidades concretas, sino que se extiende por toda Europa con diversas variantes. La Noche de San Juan, la de las tradiciones mágicas, se caracteriza por la multitud de hogueras que iluminan la noche. Los ciudadanos arrojan a la hoguera antes de su encendido pequeños objetos, conjuros, deseos e incluso apuntes del curso, con el objetivo de hacer desaparecer los malos espíritus.
Fuego y Demonios en la Noche de San Juan
Son innumerables los rituales propios de la Noche de San Juan, que se conmemora la víspera del 24 de Junio, pero todos giran en torno a la glorificación del fuego. De hecho, este es el festival del fuego por excelencia. Para agradecer y al mismo tiempo para atraer la bendición del Sol sobre hombres, animales y campos, se encendían en esa noche grandes hogueras, tradición que ha perdurado hasta nuestros días. También se ha asociado esta festividad, desde siempre, con los rituales destinados a obtener pareja, o bien a conservar la que ya se tiene. En otras palabras, se la relaciona con la fertilidad y la fecundidad, amorosa y de todo tipo.En algunos pueblos o localidades de la isla arden los nueve fuegos (’foguerons’) que saltan las personas o parejas para pedir salud, amor y fertilidad. En otras, se quema un viejo muñeco (’es jai’), que representa todo lo viejo y negativo. La fiesta se ve realizada, en muchas ocasiones, por la presencia de grupos de ‘diablos’ o ‘malos espíritus’, que en medio del estallido de cohetes y fuegos artificiales, bailan alrededor del fuego.
¿Por qué San Juan Bautista?
San Lucas narra en su Evangelio que María, en los días siguientes a la Anunciación, fue a visitar a su prima Isabel cuando ésta se hallaba en el sexto mes de embarazo. Por lo tanto, fue fácil fijar la solemnidad del Bautista en el octavo mes de las candelas de junio, seis meses antes del nacimiento de Cristo (el 24 de diciembre celebramos el nacimiento de Jesús).
En el Evangelio de San Lucas se cuenta que su padre, el sacerdote Zacarías, había perdido la voz por dudar de su mujer, Isabel, estuviera en cinta. Sin embargo en el momento de nacer San Juan, la recuperó milagrosamente, como se lo había predicho el ángel Gabriel. Rebosante de alegría, la tradición religiosa dice que encendió hogueras para anunciar a parientes y amigos la noticia. Cuando siglos después se cristianizó esta fiesta, la noche del 23 al 24 de junio se convirtió en una noche santa y sagrada, sin abandonar por eso su aura mágica. Cuando el portavoz de la Redención nació, y Zacarías escribió en una tablilla: “Su nombre es Juan”, el sacerdote recuperó inmediatamente el habla y entonó el hermoso himno de amor y agradecimiento conocido como “Benedictus
Cientos de hogueras o foguerons arden en la noche del 23 al 24 de junio, fiesta de Sant Joan, en una de las tradiciones mas tipicas y mejor conservadas (aunque en Eivissa haya ido decayendo en los ultimos años) tanto en las Pitises como en el ambito de los Paisos Catalans. La tradicion y la magia se entremezclan para dar la bienvenida al solsticio de verano, bajo el signo de Cancer. Y es que al dia mas largo del año ha de corresponderle la noche mas corta y, a la vez, la mas hermosa y la noche magica por excelencia, en la que todo parece posible, en la que las cosas parecen adquirir otra dimension. Cuando mas tiempo el sol permanece en el horizonte es en el solsticio de verano, del 21 al 23 de junio. Y corresponde a la vispera de Sant Joan, fiesta de los fuegos. A partir de ese momento, el sol cesa de elevarse en el horizonte, como si perdiera fuerzas.
Desde los tiempos del Neolitico o de las primeras civilizaciones, ya se habian llevado a cabo observaciones sobre este fenomeno astronomico, lo cual pudo dar lugar a determinadas ceremonias a base de fuego para conferir fuerzas al astro que parecia estar perdiendolas. Estas ceremonias, estos ritos, se han mantenido con sorprendente persistencia a lo largo de los tiempos. Hubo un tiempo, todavia de forma general a principios de este siglo, en que Europa entera era, en la Nit de Sant Joan, una multitud infinitamente repetida de hogueras encendidas con las que las gentes rendian homenaje a la maxima plenitud del astro solar, leales a la antiquisima tradicion indoeuropea de celebrar el solsticio.
En nuestros dias, las antiguas fiestas del fuego han perdido gran parte de su funcion ritual, pero sobreviven como elemento ludico y, en muchas zonas de España o de otros paises europeos, como signo de identidad. Y en concreto, las Islas Baleares, Catalunya o el Pais Valencia, celebran Sant Joan compartiendo un mismo elemento: la seduccion mediterranea por el fuego y la noche.
El antropologo George Frazer explica en ‘La Rama Dorada’ que los ‘fuegos del gozo’ estaban relacionados con la muerte del dios de la vegetacion y presididos por el deseo de otorgarle vida y energia. Tambien estan intimamente relacionados a esta creencia el culto al roble de los pueblos ctlticos (de los que en las Pitises conservamos todavia no pocas tradiciones) y los ritos purificadores del fuego, que aleja y destruye males y enfermedades en humanos o animales, preserva de maleficios y es, ademas, un claro rito de fecundidad. Cada pueblo tiene una forma de sentir la fiesta, celebrando ritos neopaganos y cristianos de acuerdo a su folclore, cultura, creencias y tradiciones. En general, estos ritos son de tres clases: ritos de fuego (hacer hogueras, saltarlas, quemar en ellas ropas o muebles viejos…), ritos de agua (lavarse, bañarse, beber de distintas fuentes…) y ritos vegetales (recoger hierbas, plantas medicinales, hacer enramadas…)
Cuando se cristianizo esta fiesta, se puso bajo la advocacion de Juan el Bautista por un doble motivo. En relacion al agua, porque fue este santo quien bautizo Jesus. Y en relacion al fuego, dice el Evangelio de San Lucas que su padre, el sacerdote Zacarias, habia perdido la voz por dudar que su esposa Isabel estuviera encinta. Pero cuando nacio Juan (pretendidamente, seis meses antes que Jesucristo, en junio) la recupero milagrosamente, como le habia predicho el arcangel Gabriel. Lleno de alegria (cuenta la tradicion religiosa), Zacarias encendio hogueras para anunciar la gran noticia a parientes y amigos. Pero los ritos del fuego llegaron a causar gran inquietud entre algunos padres de la Iglesia. Asi por ejemplo, en el siglo VII, San Eloy advertia a los fieles: “No creeis en las hogueras y no os senteis cantando, porque todas estas practicas son obra del demonio. No os reunais en los solsticios y que ninguno de vosotros dance, ni salte, ni cante canciones diabolicas el dia de la fiesta de San Juan, ni de otro santo”. Afortunadamente, ni sus contemporaneos ni los nuestros le hicieron demasiado caso, mas bien todo lo contrario. Otros antropologos han querido resaltar el caracter sexual de estos festejos; por ejemplo, en muchos lugares, como en Irlanda, parejas de novios saltan sobre el fuego para asegurar la fecundidad y pasan tambien el ganado sobre las brasas con parecida intencion y para librarles de posibles enfermedades o dolencias varias. En otros lugares se relacionan de tal modo fuego y fecundidad que las muchachas saltan sobre las llamas para asegurarse, si estas no las tocan, relaciones sexuales sin consecuencias no deseadas.
Por su parte, el malogrado Julio Caro Baroja indica en sus obras que el culto a las aguas tiene en Sant Joan una de sus manifestaciones mas brillantes: el agua del mar, del rocio, de las fuentes, se cree que posee virtudes especiales en esas fechas. Lavarse la cara a medianoche con una de esas aguas era, para las chicas casaderas, señal de obtencion de belleza. Y en el mar, poner los pies en remojo curaba enfermedades y los viejos pescadores, al despuntar el dia, saludaban a las rocas de la costa pasando ante ellas con los remos en alto, invocando su proteccion contra tormentas y temporales. Y en nuestros dias, los rituales para la recogida de distintas hierbas o su preparacion bajo determinadas circunstancias son comunes. En Eivissa, sin ir mas lejos, cabe recordar que el fameliar (duende tradicional de la isla) solo puede capturarse esa noche, yendo a recoger ciertas hierbecitas que crecen bajo el Pont Vell de Santa Eulria.
Solsticios y equinocios se han concebido desde siempre como ‘puertas’ que se abrian para dar paso a la comitiva solar en su desplazamiento a lo largo del año. La mision del fuego es iluminar el itinerario nocturno del sol. Pero asimismo, por la ley de correspondencias y contrastes, tambien se suponia que en tales ocasiones, quedaban asimismo abiertas las ‘puertas del mas alla’, a traves de las cuales podian hacerse presentes, en nuestro mundo, toda clase de extrañas criaturas: demonios, hadas, espiritus, duendes… el folclore de todo el mundo recoge apariciones de esos seres en esas fechas concretas, para bien o para mal. Por ello, el fuego era un elemento crucial para alejarlos o, cuanto menos, ‘mantenerlos a raya’.
Y es que, como ya se ha dicho antes, en la Nit de Sant Joan todo puede ocurrir.
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