El 01 de febrero 1975 la ciudad de São Paulo, Brasil, se despertó con
una gran tragedia. Uno de sus edificios más emblemáticos se convirtió en
“el coloso en llamas”. De los 756 residentes del edificio, más
de la mitad sufrieron graves heridas, y 188 almas fallecieron en el
terrible incendio. Pero este terrible suceso solo fue el final a un
terreno con 400 años de historia, que según dice la leyenda comenzó con
las almas malditas de trece colonos jesuitas y terminó con la llegada de
trece santos.
Aunque la realidad es que posteriormente al gran incendio, un gran
número de testigos afirman haber sido testigos de extraños fenómenos que
se escapan a cualquier explicación racional, convirtiendo el edificio
Joelma en un lugar excepcionalmente embrujado. ¿Existe algún tipo de
maldición en el lugar? ¿Qué es el misterio de las 13 almas? ¿Continúan
los informes de apariciones fantasmales u otros extraños sucesos en la
actualidad? Bienvenido al edificio Joelma…
El viernes 1 de febrero de 1974 los 25 pisos del conocido edificio
Joelma estaban completamente en llamas. A las 8:50 de la mañana un
vecino de un edificio adyacente se dio cuenta de las llamas y
rápidamente informó a los bomberos. En menos de media hora todo el
edificio estaba envuelto en llamas, dejando a cientos de personas
atrapadas en su interior.
Para muchos no era de extrañar lo que
estaba ocurriendo, ya que desde su construcción el edificio carecía de
los sistemas mínimos para evitar este tipo de circunstancias. No
disponía de alarmas contra incendio, rociadores, luces de emergencia o
de salidas de emergencia, y los sistemas de aire acondicionado habían
mostrado gran cantidad de averías desde su instalación. Y fue esto
último lo que originó el infierno en el propio edificio. Un aparato de
aire acondicionado en el piso doce se recalentó y posteriormente comenzó
a arder.
Eso solo
fue el inicio de una verdadera pesadilla para todos aquellos que
estaban en el edificio. Aunque más de 500 personas lograron escapar,
muchas salidas de emergencias fueron bloqueadas por el fuego, el calor y
el humo que ascendía rápidamente por la única escalera del
edificio. Cerca de 170 personas llegaron a la azotea, pero el humo y el
calor del fuego impedían que los helicópteros de rescate pudieran llegar
a los sobrevivientes. Lo que pasó a continuación con todos aquellos que
se mantenían con vida fue una escena procedente del mismísimo infierno.
Algunas
personas se suicidaron, otros intentaron descender por las ventanas de
un piso a otro con el objetivo de alcanzar las escaleras de incendios,
llagando únicamente a la planta número 15 (casualmente el fuego del
hueco de la escalera sólo llegó hasta esta planta). Muchas personas
murieron en esos intentos, al igual que todos los que intentaba
sobrevivir saltando desde las ventana. Todo el que intentaba una caída
libre desde la azotea acababa muriendo.
Hacia
el mediodía el incendio finalmente se dio por extinguido y el personal
de rescate, la policía y los bomberos fueron capaces de acceder al
edificio en busca de sobrevivientes, y para contabilizar todos los
muertos. Según informaron las autoridades, había cuerpos esparcidos por
todas partes y, finalmente, la cifra oficial de fallecidos era de 188.
A
medida que los equipos de bomberos y de rescate pasaban de un piso a
otro y de una habitación a otra para evaluar los daños, se encontraron
con un ascensor completamente sellado. Los bomberos tuvieron que hacer
un gran esfuerzo para abrir las puertas, pero lo que encontraron fue una
escena dantesca; una masa de cuerpos carbonizados apilados en el suelo y
en las paredes.
El calor en la caja metálica del ascensor había
hecho que muchos de los cuerpos se fusionaran, lo que hizo que tardaran
un buen rato en contabilizar a las 13 víctimas. Los cuerpos eran
irreconocibles y nunca se pudo identificar los 13 cuerpos.
Pero lo más sorprendente fue que nadie reclamó su desaparición. Fueron
enterrados en el cementerio junto a San Pedro, y la tumba fue conocida
como las “13 Almas”.
Aunque una de las peores historias
ocurridas en el terreno tuvo lugar mucho antes de la construcción del
propio edificio. En 1948, un químico de 26 años llamado Paul Campbell
vivía en una casa en esos mismos terrenos con su madre y sus dos
hermanas. Una noche, sin ninguna razón aparente, Paul asesinó a su
familia, arrastrando los cuerpos al exterior de la casa antes de
suicidarse.
Muchas
personas desconocían este hecho o no le daban tampoco mucha
importancia, pero después del incendio uno de los bomberos se infectó de
alguna manera por un cadáver, muriendo al día siguiente. Fue en este
punto cuando los locales estaban más que seguros que la tierra donde se
erigía el edificio estaba maldito. El barrio donde estuvo la casa de
Campbell, y más tarde el edificio Joelma, fue conocido como “La Casa del Mal”.
Después
del incendio, el edificio Joelma estuvo cerrado durante varios años
debido a las labores de remodelación, rebautizándolo como “Praça da
Bandeira”. Había esperanzas entre los locales de que el nuevo edificio
haría olvidar la terrible tragedia. Pero muy a lo contrario de lo
esperado, el nuevo edificio presentó gran cantidad de actividad paranormal. Sobre
todo las plantas superiores de la decimoquinta, que parecen ser las
anfitrionas de una serie de apariciones fantasmales en las escaleras que
hacen disparar las alarmas de incendios constantemente y que provocan
un mal funcionamiento en los ascensores.
Los psíquicos que entran en el edificio para contactar con las almas de los fallecidos en el gran incendio dicen que hay muchas energías que vagan por la parte superior de la planta decimoquinta,
aunque muchas de ellas son presencias amigables. Sin embargo, también
han afirmado que existen presencias oscuras realmente enojadas.
Y no podemos obviar que algunos lugareños dicen que las tumbas de las 13 almas perdidas del edificio Joelma tienen cualidades milagrosas.
Según se dice, cuando alguna persona gravemente enferma pasa delante de
sus tumbas a los pocos días es curada milagrosamente, sobre todo
personas con quemaduras. Eso dio paso a un peregrinaje de muchas
personas, quienes viajaban de todo Brasil para obtener el cumplimiento
de sus milagros. Aunque la iglesia nunca ha reconocido oficialmente los
milagros de las trece almas, los residentes de São Paulo y de muchas
partes del país reconocen las tumbas de los 13 como un lugar sagrado en el que los enfermos se curan y los deseos se hacen realidad.
En
el momento del incendio, Joelma tuvo el mayor número de muertes
atribuidas a una tragedia en un edifico. Este macabro registro sólo fue
superado cuando las torres del World Trade Center se derrumbaron en la
ciudad de Nueva York el 11 de septiembre de 2001. En la actualidad el
antiguo edificio Joelma tiene docenas de habitaciones vacías, y continúa
el intento de librar al lugar de los espíritus. Las historias que
rodena el viejo edifico siguen siendo uno de los grandes misterios de la
época moderna, y aunque algunos son escépticos en cuanto a la presencia
de actividad paranormal en el edificio, otros están completamente
convencidos de que todos los fenómenos son una realidad.
http://www.mundoesotericoparanormal.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario