Nació el 20 de enero de 1959, y como sus
padres eran menores de edad, fue adoptado cuando tenía tres semanas de
vida por el matrimonio formado por Ben y Jeanne Rifkin. Su llegada
alegró tanto a la pareja que, unos tres años más tarde, adoptan a otro
hijo, esta vez una niña.
Joel mantenía una relación estrecha con
su madre y los dos disfrutaban con la fotografía y las artesanías. En la
escuela fue un alumno regular, a pesar de su aguda inteligencia (128 de
coeficiente intelectual). Se mostraba reservado, ya que era el centro
de todas las bromas crueles de sus compañeros, su personalidad se
transformó en taciturna y reservada, y no tenía amigos.
Al graduarse, en 1977, intentó conseguir
trabajo, pero durante doce años nunca pudo permanecer en ningún empleo
por mucho tiempo. A esta inestabilidad laboral se sumaba una relación
amorosa con una joven depresiva, que no ayudaba mucho a Joel para salir
adelante.
El
gran golpe de su vida llegaría en febrero de 1987, cuando su padre,
víctima de un cáncer, decide quitarse la vida. Esta situación lo
trastornó. Meses después comienza a relacionarse con prostitutas, es
detenido, pero el hecho no fue importante. Paralelamente comienza a
interesarse por todo tipo de literatura relacionada con asesinos
seriales. Su ya turbada mente se alimentaría con esas atrocidades
criminales y es a partir de allí que comenzará a emular a sus héroes de
papel. Entre 1989 y 1990, mata a dos prostitutas que jamás fueron
encontradas ni identificadas, puesto que Rifkin las mató, descuartizó
los cuerpos y arrojó los pedazos en los canales de Manhattan. Ataca
nuevamente en 1991, esta vez la desafortunada es Barbara Jacobs, a quien
estrangula y luego coloca en una bolsa de plástico y en una de cartón.
Su cuerpo apareció flotando en el río Hudson el 14 de julio de ese año.
El 23 de septiembre también aparece, en el East River, el cuerpo de otra
prostituta, doblado y colocado en una caja. La misma suerte corrió Mary
Ellen De Lúea, que trabajaba en las calles, y Lorraine Oviedo, que fue
golpeada hasta la muerte y arrojada en Coney Island.
Rifkin no utilizaba siempre las mismas
herramientas para ejecutar a sus víctimas: Jane Doe (una mujer no
identificada) y Maryann Ho-lloman recibieron golpes mortales realizados
con un recipiente de pintura. Tampoco desechaba los cuerpos de la misma
manera y cuando estrangula a Iris Sánchez, en abril de 1992, la esconde
debajo de un colchón y allí la encuentra la Policía. En mayo de ese
mismo año atrapa a Anna López y arroja su cuerpo en el bosque de
Brewster. Su próxima "presa" fue Jenny Soto, quien trató
desesperadamente de defenderse y rasguñó la cara de su agresor, ante lo
cual Rifkin le quebró el cuello. Tres meses después asesinó a Leah Evens
y dejó su cuerpo en North-ampton.
El fin de sus carrera asesina llegó
durante la madrugada del 28 de junio de 1993. Rifkin manejaba una
camioneta a gran velocidad y es interceptado por la Policía. Al
acercarse a la parte posterior, los oficiales descubren un envoltorio de
plástico, atado con cuerdas, largo y delgado, que contenía un cuerpo de
mujer en estado de descomposición. Joel Rifkin ayudó a la
identificación: era Tiffany Bresciani, una prostituta con quien había
tenido sexo, según él, y que luego asesinó. Su intención era arrojar el
cuerpo cerca del aeropuerto. Una vez arrestado confesó la autoría de 17
asesinatos. Con el permiso de su madre allanaron su cuarto y allí
encontraron docenas de tarjetas de conducir, una cadena con sangre
humana, asimismo, los vecinos aseguraron que era habitual que hubiera
olores fétidos provenientes de la casa de los Rifki pero que normalmente
eran atribuidos a los fertilizantes que Joel usaba en sus trabajos de
jardinería. En realidad, eran de los cuerpos que el asesino muchas veces
llevaba primero a su casa y luego tiraba. En la cárcel, Joel explicó al
psiquiatra que tenía visiones, que sabía que moriría a los 64 años de
edad, igual que su padre, y que cuando mató a la última víctima, esa era
la última porque era la número 17, y él tenía 34 años, el doble. Su
gusto por matar prostitutas se debía a que no quería que su padre
estuviera sólo, entonces las mataba para que le hicieran compañía.
A pesar de declararse inocente fue
sentenciado a 203 años de reclusión, condena que cumple en la prisión
correccional de Attica, Nue York.
http://dns2.pasarmiedo.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario