jueves, 9 de abril de 2015

La misteriosa Esfera Betz: ¿Artefacto extraterrestre o dispositivo del juicio final?

Desde tiempos inmemorables, muchas personas han descubierto misteriosos objetos que parecen ser evidencias de visitas de civilizaciones extraterrestres, viajeros del tiempo o civilizaciones perdidas como la Atlántida. Incluso en algunos casos parecen demostrar que algunos pueblos antiguos eran mucho más avanzados de lo que nos pensamos. Pero sea cual sea la respuesta no es difícil quedar atrapado ante el misterio y la intriga de estos desconcertantes y a menudo extraños objetos antiguos, la mayoría de los cuales simplemente no pueden ser explicados por la ciencia moderna.
Un ejemplo de esto tuvo lugar en 1974, cuando una extraña bola de metal se convirtió en el centro de interés de los principales medios de comunicación de los Estados Unidos. Conocida como la “Esfera Betz”, el objeto nunca pudo ser explicado por expertos, aunque se ofrecieron diversas teorías, incluyendo que se trataba de un artefacto de origen extraterrestre o incluso un arma apocalíptica.

La misteriosa Esfera Betz: ¿Artefacto extraterrestre o dispositivo del juicio final?
El 26 de mayo de 1974, Terry Mathew Betz, un estudiante de medicina de 21 años, encontró el extraño objeto después de que un incendio forestal destruyera una gran zona de un bosque cercano cerca de su casa en Jacksonville, Florida. La bola metálica de unos 20 centímetros de diámetro, estaba en perfecto estado y solo contaba con una sola marca, un triángulo alargado impreso en un lado. En un principio, la familia pensó que se trataba del resto de un satélite o un equipo militar caído, sin embargo, no había ningún cráter causado por el impacto o cualquier otro signo de daños en el alrededor. En lugar de ello, la familia simplemente se quedaron el “orbe metálico” como recuerdo, sin darle mayor importancia.

Sin embargo, la “Esfera Betz” comenzó a hacer cosas extrañas dos semanas después del descubrimiento. Un día Terry estaba tocando la guitarra en su habitación con la esfera cuando comenzó a vibrar y comenzó a emitir un extraño sonido palpitante en respuesta a ciertas notas. El perro de la familia también tenía un comportamiento extraño, como si el objeto estuviera emitiendo una especie de onda de alta frecuencia fuera del rango auditivo de los seres humanos.
Pero estos no fueron los únicos extraños sucesos relacionados con la bola metílica, los Betzes descubrieron que si empujaban el orbe por el suelo, cambiaba de dirección, y luego regresaba al punto inicial. También afirmaron escuchar una especie de sonido de baja frecuencia, como si hubiera “un motor en su interior”. De hecho, los Betzes estaban tan preocupados por el movimiento independiente de la esfera, que decidieron dejarla encerrada en una habitación por las noches.

Frente a tantas preguntas inexplicables, los Betzes decidieron informar a los medios de comunicación en un intento de encontrar una explicación a algunas de las enigmáticas habilidades de la bola. Sus afirmaciones fueron corroboradas por un periodista del St. Petersburg Times (el actual Tampa Bay Times), Lon Enger. Aunque el periodista decía ser escéptico con la historia de los Betzes, Enger explicó lo siguiente:
“La Señora Betz me dijo que lo pusiera en el suelo y que le diera un empujón”, explicó Lon Enger. “Rodó un rato y se detuvo. ¿Y qué? Ella dijo que sólo tenía que esperar un minuto. Resultó que por sí mismo rodó hacia la derecha unos metros y se detuvo. Luego regresó de nuevo y giró a la izquierda a unos dos metros y medio, hizo un gran arco y volvió justo a mis pies.”

Después de esto, la Marina de los Estados Unidos y la NASA contactaron con la familia Betz para solicitar una investigación de la esfera. Los Betzes se negaron, ya que no estaban dispuestos a confiar a nadie. Pero no pasó mucho tiempo antes de que la historia diera otro giro inesperado. Los Betzes informaron de extrañas perturbaciones sobrenaturales, incluidos el extraño sonido de un órgano por la noche y portazos cuando todos estaban todos durmiendo. Frente a esto, finalmente entregaron el orbe a la Marina de los Estados Unidos.

La misteriosa Esfera Betz
La familia entregó el orbe a la Estación Aérea Naval de Jacksonville, cuyos expertos realzaron pruebas de rayos X a la esfera. Inicialmente, los investigadores no consiguieron resultados concretos ya que sus equipos de rayos X eran incapaces de penetrar en la esfera.
“Nuestros primeros intentos de pruebas de rayos X no nos llevaron a ninguna parte”, dijo Chris Berninger, portavoz de la Marina de los Estados Unidos. “Vamos a utilizar una máquina más poderosa y realizaremos pruebas de espectrógrafo para determinar de qué metal está hecho… Ciertamente es muy extraño.”
Los científicos fueron capaces de determinar ciertas características, como que era de unos 20 centímetros de diámetro y pesaba unos 9 kilos. También dedujeron que el orbe estaba cubierto por una placa metálica de tres centímetros de espesor y que podía soportar una gran presión. Estaba hecha de acero inoxidable, más específicamente aleación ferrosa 431.

El equipo de la Marina utilizó eventualmente un potente equipo de rayos X para penetrar el orbe, y descubrieron otros dos objetos redondos dentro de la esfera que a su vez estaban rodeados por un “halo” hechos de un material de densidad inusual. Después de determinar que no era propiedad militar, el orbe fue devuelto a los Betzes. La Marina quería corta la esfera, sin embargo Gerri Betz, el padre de la familia, se negó. En última instancia Berninger concluyó:
“Yo no sé quién lo fabricó, pero creo que es terrestre”, dijo Berninger. “Sabemos que no es un explosivo y no es peligroso.”

Los Betzes utilizaron la esfera durante algún tiempo como prueba de la existencia de vida extraterrestre. Según el The National Enquirer, otorgaría 50.000 dólares a toda persona que pudiera que proporcionar una prueba inequívoca de la existencia de ovnis. Está claro que no ganaron el premio.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo después de que el Dr. James Albert Harder, profesor de la Universidad de California, se involucrara en la investigación. Examinó la esfera y llegó a una dramática conclusión. Él Dr. Harder afirmó, basándose en sus estudios de rayos X, que las dos esferas internas estaban hechas de elementos más pesados ​​que cualquier cosa conocida por la ciencia. Si perforaran la esfera explotaría como una bomba atómica.

Esfera Betz artefacto extraterrestre

A parte de la teoría extraterrestre y su potencial explosivo, también hay otras tantas explicaciones razonables. La teoría principal fue que la “Esfera Betz” en realidad era un rodamiento de una válvula bastante corriente. Aunque la esfera ha desaparecido desde entonces, Lottie Robinson, un residente de Florida, cuando vio una imagen de la esfera la reconoció como suya. Una fábrica de papel la identifico como un cojinete de una válvula usado en algunos de los tubos más grandes de su fábrica. ¿Pero cómo que la Marina de los Estados Unidos no reconoció que se trataba del rodamiento de la válvula de una fábrica?
Los más escépticos sugieren que el hecho de la Marina no reconociera la esfera como el rodamiento de una válvula podría ser debido a que estaba en una escala mayor que los utilizados en aviones militares y vehículos marinos. Además, simplemente se encargaron de determinar que no era de su propiedad y que no era peligroso.
Pero ¿cómo terminó cerca de la casa de los Betzes? Bueno, la versión oficial dice que un escultor con el nombre de James Durling-Jones se encontraba por el área de Jacksonville tres años antes para recoger algunos rodamientos de un amigo suyo y que había a robado del gran complejo industrial donde trabajaba. Afirmó que le entregó dos esferas, una de 20 centímetros y con un peso de unos 10 kilos (igual que la “Esfera Betz”), y la otra bola era de unos 25 centímetros de diámetro con un peso de 30 kilos. Cuando James pasó por la zona de Jacksonville, una de las esferas salio despedida de su autocaravana y se perdió.

Hay que recocer que la historia de James Durling-Jones es muy convincente, ¿pero qué pasa con todos los fenómenos sobrenaturales? La esfera provocaba inusuales fenómenos inexplicables que fueron presenciados por un recocido periodista. Además, que sepamos un rodamiento no tiene otras esferas en su interior y tampoco emiten sonidos como si hubiera un motor en su interior. Y no nos podemos olvidar del comportamiento del perro de la familia, que como hemos comentado en diversas ocasiones, tienen un sexto sentido que les permite detectar variaciones energéticas. Todo parece indicar que la enigmática esfera no era un simple rodamiento. Entonces, ¿podría ser un objeto procedente de otros mundos? ¿O se trataba de una gran bomba nuclear? Sea cual sea la respuesta, el misterio continuará para siempre.






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