Manuel Delgado Villegas nació el 25 de
enero de 1943, en Sevilla, y cometió sus crímenes entre el 21 de enero
de 1964 y el 18 de enero de 1971. Finalmente fue detenido en el Puerto
de Santa María (Cádiz), y entonces aparecieron víctimas de "El
Arropiero" en distintos puntos del territorio español, aunque confesó
muchos crímenes que habrían sido perpetrados fuera del país.
Conocido como "El Arropiero" porque su padre vendía "arrope", un dulce de higos. También llamado
"El estrangulador del puerto". Usaba un
pequeño bigote "a lo Cantinflas". En la Legión aprendió a dar "el golpe
de la muerte", con el canto de la mano en el cuello. Poseía el llamado
"cromosoma de la criminalidad", el XYY. Se le apreciaron tendencias
homosexuales y necrófilas.
"El Arropiero" está considerado el peor
asesino de la historia criminal española. Con sus fuertes manos, a veces
ayudándose de objetos contundentes, acabó con la vida de un número
indeterminado de personas. Utilizaba el mortal golpe en el cuello que
aprendió en la Legión. En algunas ocasiones abusaba sexualmente de los
cadáveres de sus víctimas. Se declaró autor de cuarenta y ocho
asesinatos. La policía redujo esta enorme lista a una más verosímil de
22 crímenes. Su primer abogado defensor, sin embargo, siempre ha pensado
que fue el "más grande asesino de la historia".
Manuel Delgado Villegas dejó atónitos a
los policías que lo interrogaban. Confesó una cantidad tan enorme de
crímenes, y de una manera tan precisa y fría que los agentes de la ley
no quisieron dar crédito a su relato, aunque consiguieron probarle siete
de ellos.
El 21 de enero de 1964, en la playa de
Llorach, en Garraf, "El Arropiero" se acercó a un hombre que dormía
apoyado en un muro y le destrozó el cráneo con una piedra. Después le
robó la cartera y el reloj. El muerto resultó ser Adolfo Folch Muntaner,
un cocinero de 49 años.
El 20 de junio de 1967, en Ibiza,
sorprendió a una joven estudiante francesa, Margaret Helene Boudrie, de
veintiún años. La mató y abusó de su cadáver.
Venancio Hernández Carrasco, vecino de
Chichón, había salido a trabajar en un viñedo de su propiedad, a orillas
del río Tajuña, cuando se vio sorprendido por un hombre que le pidió
comida. Era "El Arropiero". Venancio Hernández le dijo que si quería
comer que trabajase, que era joven y fuerte. Esta recomendación le costó
la vida. Delgado Villegas le atacó con su "golpe legionario", el revés
con el canto de la mano en el cuello, y lo arrojó al río. En Barcelona,
se hizo amigo del dueño de un almacén de muebles, Ramón Estrada
Saldrich.
El 5 de abril de 1969, le pidió mil
pesetas y Estrada se negó a dárselas. El asesino utilizó su golpe
favorito y después trató de estrangularle. Se llevó las sortijas, el
reloj y la cartera, dejando a su víctima inconsciente y malherida.
Moriría más tarde en el hospital.
El 23 de noviembre de 1969, tenía ganas
de mujer. Asaltó a una anciana de sesenta y ocho años de edad, Anastasia
Borrella Moreno, en Mataró, y le propuso relaciones carnales. La mujer
le amenazó con llamar a la Policía y la mató a golpes con un ladrillo,
arrojándola luego por un puente. Bajó para esconderla en un túnel y
abuso de su cadáver. Este acto de necrofilia lo repitió animosamente
todas las noches hasta que el cadáver fue encontrado.
El 3 de diciembre de 1970, Francisco
Marín Ramírez, un estudiante cordobés, cometió un error imperdonable.
Según el criminal, intentó acariciarle mientras ambos iban en una moto.
"El Arropiero" detuvo la moto y le golpeó en el cuello. Francisco se
quedó sin respiración y le pidió que lo llevara al río. Allí, según
Villegas, volvió a insinuársele y por eso lo tiró al agua.
El último asesinato que le probaron fue
la muerte de su novia, Antonia Rodríguez Relinque, de treinta y ocho
años. El día del crimen, la llevó en moto a un lugar, en el campo, donde
mantuvieron relaciones sexuales. Estranguló a Antonia con sus propios
leotardos mientras hacían el amor.
Fue detenido el 18 de enero de 1971
pero, aunque fue culpado por sus crímenes, nunca fue juzgado. Al serle
detectada una grave enfermedad mental, se le declaró falto de
responsabilidad penal y la Audiencia Nacional ordenó en 1978 su
internamiento en un psiquiátrico. Estuvo mucho tiempo recluido en
Carabanchel y después fue trasladado al centro penitenciario de
Fontcalent (Alicante). Allí fue tratado de esquizofrenia, que se
completaba con un cuadro megalomaníaco, desorientación espacio-temporal y
tendencia al autismo. En 1996 fue trasladado al psiquiátrico de Santa
Coloma de Gramanet (Barcelona), para que estuviera más cerca de su
familia. Debido a su desmedida adicción al tabaco, desarrolló una EPOC
(Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) que acabó con su vida el 2 de
febrero de 1998.
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