Nació el 24 de julio de 1909 en 
Stamford, Inglaterra. No se tienen antecedentes de desórdenes mentales 
en su familia. Su niñez fue callada y monástica, sin las típicas 
alegrías de niño. Sus padres pertenecían a una secta religiosa llamada 
"La Gente Peculiar" o "La Hermandad de Plymouth"; eran puristas y 
anticlericales. Le leían historias de la Biblia y le prohibían 
participar en deportes o cualquier forma de entretenimiento.
Eso estaba bien para él, pues aborrecía 
ensuciarse. Rara vez se comportaba mal, pero cuando lo hacía, su madre 
le pegaba en las manos con las cerdas de un cepillo. Después Haigh diría
 que este castigo le hacía sangrar, y lamía la sangre, de ahí su apetito
 por ésta. De esa inmersión religiosa, Haigh describió cómo solía 
meditar con la imagen de Cristo sangrante en la Catedral, y eso le había
 afectado y en parte inspirado su apetito por la sangre.
Estuvo en prisión varias veces por robos
 y fraudes. En 1944 estuvo involucrado en un accidente automovilístico. 
Sufrió una herida en la cabeza, que sangró hasta su boca. Afirmó que 
esto revivió en él los sueños de sangre de su ñiñez.
 Fue
 en ese mismo año cuando empezó a asesinar. Respecto a su primera 
víctima de apellido Mc Swan, Haigh afirmó que de repente tuvo la 
necesidad de beber sangre, así que golpeó a Mc Swan en la cabeza con un 
tubo. Luego le cortó la garganta.
Fue
 en ese mismo año cuando empezó a asesinar. Respecto a su primera 
víctima de apellido Mc Swan, Haigh afirmó que de repente tuvo la 
necesidad de beber sangre, así que golpeó a Mc Swan en la cabeza con un 
tubo. Luego le cortó la garganta."Cogí una taza y puse sangre de su cuello y me la bebí"
Dejó al cadáver toda la noche. Fue esa 
noche cuando Haigh soñó con un bosque de sangre: "Vi ante mi un bosque 
de crucifijos...que gradualmente se transformaban en árboles. Al 
principio creí que había rocío, o lluvia, goteando de las ramas, pero al
 acercarme, me di cuenta que era sangre. De pronto el bosque entero 
comenzó a retorcerse y los árboles, tiesos y erectos, escurrían 
sangre...Un hombre fue a cada árbol y recogió la sangre." Ese hombre 
invitó a Haigh a "beber" también.
Encontró un tambor de 40 galones y puso a Mc Swan dentro, después virtió ácido sobre él.
Encontró un tambor de 40 galones y puso a Mc Swan dentro, después virtió ácido sobre él.
Dos meses después según dijo, asesinó a 
una mujer de Hammersmith, quien nunca fue identificada. Después decidió 
asesinar al resto de los Mc Swan. Les golpeó con un tubo y afirmó haber 
bebido su sangre, y los disolvió en baños de ácido. Después con engaños 
se hizo de sus posesiones. También afirmó haber matado a un joven 
llamado Max de Kensington, pero no hubo forma de probarlo. Dos años 
después de gastarse el dinero adquirido de los Mc Swan éste se le había 
acabado, así que buscó otras víctimas, los Henderson. El Dr. Archibald 
Henderson de 52 años y su esposa Rose de 41. Pretendiendo comprar su 
casa, entabló una amistad con ellos y esperó pacientemente casi 5 meses.
 En febrero de 1948, Haigh visitó a los Henderson y pasó varios días con
 ellos. Afirmó que entonces empezó un "ciclo de sueños", indicando los 
sueños sangrientos que lo hacían asesinar. Al mismo tiempo se le acababa
 el dinero. El 12 de febrero, le disparó con su revolver al Sr. 
Henderson en la cabeza y después también le disparó a la Sra. Henderson,
 ató los cuerpos y los dejó toda la noche. De cada uno de ellos tomé mi 
trago de sangre",
En su diario se encontró esa fecha 
indicando las iniciales de los Henderson junto a dos cruces rojas. Los 
disolvió en ácido, excepto un pie que Haigh no se molestó en disponer de
 él. Aunque Haigh afirmó haber asesinado a los Henderson para conseguir 
su sangre, sus actos subsecuentes para apropiarse de sus posesiones y el
 estado de sus finanzas indicaban otra cosa.
Después, según él, asesinó a una chica 
llamada Mary de Eastbourne. Lo cual no fue probado, y no es seguro que 
siquiera haya existido.
Nuevamente gastó el dinero obtenido y 
perdió parte en el juego, así que su siguiente víctima fue Mrs. 
Durand-Deacon, a quien engañó con un proyecto para invertir y, al estar 
ésta examinando algún papel, le disparó por detrás en la cabeza. 
Después, según afirmó Haigh, fue a su coche, buscó un cortaplumas y un 
vaso, y usó estos artículos para extraer sangre de ella para beberla. 
Puso el cuerpo en un tambor de 45 galones con ácido y dejó que este 
hiciera efecto.
De niño Haigh, había hecho un escrito profético describiendo su naturaleza irremediable:
"Debemos aceptar un defecto, aunque encuentre una gracia perfecta y total restauración, no cura una disposición natural"
De niño Haigh, había hecho un escrito profético describiendo su naturaleza irremediable:
"Debemos aceptar un defecto, aunque encuentre una gracia perfecta y total restauración, no cura una disposición natural"
Haigh afirmó haber matado a nueve 
personas, pero nunca se descubrió nada de tres de ellas. Es posible que 
haya dicho lo de esas tres víctimas para probar que no se había 
beneficiado económicamente de ellas y apoyar su historia de que 
asesinaba por la sangre. Haigh tenía la idea de que no podía probarse un
 asesinato sin el cuerpo. El entendía el témino corpus delicti sólo como
 el cadáver de la víctima, sin el cual según él, no podía haber 
incriminación. Así que pensó en la forma de disponer de los cuerpos. En 
prisión experimentó con ácido sulfúrico en ratones, descubriendo la 
relativa facilidad de deshacerse de un cuerpo. Sin embargo no había 
tomado en cuenta el peso de ciertas evidencias, que aún sin un cuerpo, 
podían probar la probable culpabilidad. Además de su confesión dada, 
alardeando de su segura inculpabilidad, se usaron como evidencias 
objetos personales de las víctimas,la dentadura de Mrs. Durand-Deacon, 
etc.
 El
 1 de abril de 1949 se presentaron los cargos contra Haigh. Haigh pensó 
que después de unos años en una institución mental sería liberado y 
continuaría sus asesinatos. Había visto los exagerados periódicos que lo
 describían como un vampiro loco por la sangre y él estaba feliz de 
ello. Además, estando en su celda bebió su orina.
El
 1 de abril de 1949 se presentaron los cargos contra Haigh. Haigh pensó 
que después de unos años en una institución mental sería liberado y 
continuaría sus asesinatos. Había visto los exagerados periódicos que lo
 describían como un vampiro loco por la sangre y él estaba feliz de 
ello. Además, estando en su celda bebió su orina.
Respecto a su evaluación psiquiátrica, 
doce médicos examinaron a Haigh antes y después de su juicio, 
interesados en su compulsión por matar por sangre. Casi siempre dicha 
compulsión es parte de una desviación sexual y es incidental a la 
compulsión sexual en sí. Haigh no indicaba tal perversión. De hecho 
parecía tener poco interés en el sexo. Haigh pasó por varios exámenes, 
incluyendo un electroencefalograma. Los resultados fueron normales. En 
la opinión de muchos doctores, Haigh estaba sano y sólo fingía su 
demencía. El Dr. Henry Yellowlees afirmó sin embargo que Haigh tenía una
 "constitución paranoide". De acuerdo con las descripciones de los años 
40 tal condición resultaba parcialmente hereditaria y parcialmente del 
ambiente, en especial en el del crecimiento. Era una etapa preeliminar 
en las "insanidades paranoides". Al ser Haigh criado en una religión 
fanática y paranoide y criado por una madre que creía demasiado en los 
sueños como instrumentos de adivinación, al infundírsele temor a la 
furia divina en cada falta, y al no permitírsele tener amigos, se había 
creado en "El estudiante solitario" que era "el paranoico potencial". 
Además sus sueños con Cristo sangrante denotaban que siempre fue la 
cuestión de la sangre lo que le preocupaba. Yellowlees usó como 
referencia un libro escrito por el Profesor Tanzi sobre desórdenes 
mentales. En él se consideraban varios tipos de paranoia y Haigh tenía 
la mas rara y terrible, la "paranoia egocéntrica", a veces referida como
 paranoia "ambiciosa" o "mística". La fantasía del paciente se vuelve su
 "hogar" psicológico. Se ve a si mismo como omnipotente. Está en 
contacto con alguna fuerza exterior que lo guía. Yellolees mencionó que 
Haigh le había dicho que había sido guiado por una interpretación de un 
verso del Antiguo Testamento al beber su propia orina. Los paranoicos se
 muestran indiferentes al sexo, porque su instinto está sublimado hacia 
una autoadoración. El creía que al matar a esas personas cumplía un 
destino.
Sabía que esos crímenes eran castigados 
por la ley, pero se creía superior a la ley. Aunque no creyó que Haigh 
inventara lo de los sueños de sangre, si creyó que exageraba sus efectos
 en él mismo. Asimismo creyó que aunque Haigh hubiese probado la sangre,
 era dudoso que la hubiese bebido como afirmó haberlo hecho. Yellowlees 
creyó que era bastante lúcido e inteligente como para saber lo que 
hacía. Sin embargo Haigh había entablado amistad con un empleado en el 
hospital psiquiátrico de Sussex y había adquirido información de las 
enfermedades mentales, de patrones de comportamiento, características y 
hábitos de diferentes desórdenes. En su vida se había hecho pasar por 
abogado, ingeniero, doctor, etc., así que bien podía haber intentado 
hacerse pasar por una persona que sufría un desorden mental.
Haigh ejerció su vampirismo en una época
 en que la ciencia barría las supersticiones y ofrecía explicaciones más
 o menos razonables para el comportamiento humano. Donde antiguamente 
hubiera cabido la excomunión de la Iglesia, una maldición o el anuncio 
de un castigo divino, ahora se anotaba el informe de un psiquiatra que 
examinaba los actos del vampiro a la luz de las teorías de Sigmund 
Freud.
Los abogados defensores de Haigh 
llamaron al doctor Henry Yellowlees, psiquiatra, para que procurara 
situar al vampiro como demente y no como asesino. El doctor presentó un 
análisis de los sueños de Haigh y dijo que eran "catalizadores de sus 
crímenes". Quedó manifiesto que, según una de las enseñanzas freudianas 
básicas, existe una implicación sexual en los crímenes violentos 
(particularmente en el asalto brutal o el asesinato).
Para los científicos, la psicología de 
Haigh era la de un adolescente que se masturba y asocia de inmediato el 
semen con la sangre. Haigh (decían) era capaz de experimentar la misma 
exaltación derramando uno u otro líquido.
El juicio comenzó el 18 de julio de 
1949, alrededor de 4.000 personas asistieron. Haigh se declaró no 
culpable. La defensa fracasó en intentar probar que no era responsable 
de sus actos. Durante el juicio Haigh jugó con un crucigrama. Haigh fue 
sentenciado culpable, al preguntarle el Juez si tenía algo que decir, 
Haigh ladeó la cabeza y dijo-"Nada en absoluto"-. El Juez lo condenó a 
muerte. Haigh escribió su biografía para el periódico que pagó por su 
defensa, escribió cartas a sus padres y a su prometida. Tenía la 
esperanza de reunirse con ellos en el Cielo. Haigh mencionó que creía en
 la reencarnación y dado que su misión no estaba aún terminada, 
regresaría. Insistió en que no tenía miedo a ser ahorcado.
Madame Tussaud le solicitó hacerle un 
molde de su máscara mortuoria para su Museo de Cera, a lo cual Haigh 
estuvo más que complacido en aceptar e incluso heredó sus ropas a la 
"Cámara de los Horrores de Madame Tussaud", dando instrucciones de que 
se mantuviera su figura en perfectas condiciones; los pantalones 
planchados, el cabello partido, los puños de la camisa salidos.
El 6 de agosto de 1949 fue ejecutado en la Prisión de Wandsworth.
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 Robert
 Garrow obligó a sus cautivos a adentrarse en el bosque, en donde sacó 
un rollo de cuerda. Ató a David y a Nick a un árbol. A Phil y Carol se 
los llevó más lejos. Pidió a Carol Ann que amarrara a Phil. Después, una
 aterrada Carol Ann, ahora a solas con Robert, tuvo que caminar unos 
metros más. Robert la ató a un árbol, diciéndole que tenía que revisar a
 los otros.
Robert
 Garrow obligó a sus cautivos a adentrarse en el bosque, en donde sacó 
un rollo de cuerda. Ató a David y a Nick a un árbol. A Phil y Carol se 
los llevó más lejos. Pidió a Carol Ann que amarrara a Phil. Después, una
 aterrada Carol Ann, ahora a solas con Robert, tuvo que caminar unos 
metros más. Robert la ató a un árbol, diciéndole que tenía que revisar a
 los otros. Rápidamente,
 Frank Armani llegó a la conclusión de que su cliente había asesinado a 
Philip Domblewski y que su defensa basada en la locura sería su única 
esperanza para cumplir condena en un hospital en vez de en la cárcel.
Rápidamente,
 Frank Armani llegó a la conclusión de que su cliente había asesinado a 
Philip Domblewski y que su defensa basada en la locura sería su única 
esperanza para cumplir condena en un hospital en vez de en la cárcel.
