Un chico está estudiando un sábado para
preparar sus exámenes de graduación. Para relajarse un poco decide ir a
un pub que esta justo debajo de su casa. Se acerca a la barra y pide una
coca-cola para despejarse.
De repente ve a una chica muy guapa y atractiva, era rubia, pelo largo,
ojos claros y cuerpo frágil. Él se acerca a hablar con ella
aprovechando que estaba sola en un extremo de la barra. Se presentan y
se pasan hablando un par de horas hasta que ella dice que se tiene que
ir a su casa ya que es muy tarde. El chico mientras va con ella a la
puerta le intenta convencer de que le deje acompañarle a su casa, ella
se niega.
La chica sale a la calle y empieza a
tiritar, esa noche hace mucho frío y el chico en un acto de
caballerosidad se quita la chaqueta y la envuelve con ella, aprovecha la
situación para abrazar a la chica y acompañarla la mitad del camino a
su casa, ella le pide que la deje continuar sola y él encuentra la
excusa perfecta para volverla a ver otro día. Al dejarle la chaqueta
podrá quedar de nuevo con ella para que se la devuelva. Ella le da su
dirección y se despiden con un tierno beso.
Al día siguiente su corazón parece que
va a explotar cuando se acerca a la dirección que la chica le señaló.
Lleva casi toda la noche sin dormir pensando en ella y llama tímidamente a la puerta. Le recibe una mujer mayor que le pregunta quien es.
El chico pregunta por Laura, el nombre de la chica, y la mujer nerviosa y enfadada le recrimina que allí no hay ninguna Laura y que vaya a hacer bromas pesadas a otro lado.
Desesperado por perder a su amor, el
chico insiste y es entonces cuando advierte que junto a la mesita de
entrada a la casa hay una foto de Laura. La señala y le dice a la señora
que ella es la chica a la que busca.
La mujer encolerizada le agarra de una oreja y le lleva a rastras hasta un cementerio cercano. Por el camino
los ánimos se van suavizando y la mujer le cuenta entre lágrimas que
Laura era su hija menor, había fallecido años atrás. La encontraron
muerta camino a casa, al parecer una noche fría cuando volvía de
divertirse con las amigas sufrió un ataque de asma del que no pudo
sobrevivir.
Al llegar al cementerio y sin mediar
palabra el chico señaló una de las tumbas – “Esa es la tumba de Laura” –
la mujer le preguntó que como podía saberlo si nunca había estado…
Allí sobre su lápida estaba la chaqueta del chico.
Bonito relato!
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