En el primer grupo, se hallarían los "curiosos". Solo les atrae, el
poder experimentar si "aquello" realmente funciona. En segundo lugar,
quienes tratan de "aferrarse" a un método que les permita seguir en
contacto, con sus seres queridos que ya dejaron este mundo. Finalmente,
los que desean explorar, investigar o indagar, desde una perspectiva
-según cada cual- parapsicológica, transcendentalista, espiritual, o
incluso extraterrestre. Entre los primeros, observamos que
frecuentemente y tras algunas sesiones, dejan de practicar la Ouija, una
vez saciada su curiosidad y cuando tales experiencias dejan de ser
"novedosas". Entre los segundos, dependiendo del grado de aceptación que
otorguen a los mensajes recibidos, pueden trasformarse en verdaderos
defensores de una forma de comunicación con otros planos de existencia; o
bien desengañados y perdida su fe, desistirán en su empeño. |
Por ello, nunca nos debemos obsesionar con tal práctica, ni con los mensajes. No creamos a pies juntillas todo lo que se nos trasmite a través de sus comunicados. Cuidado con las medias verdades, a veces son más peligrosas que las mentiras. En muchas ocasiones, los participantes solo se acuerdan de aquellas cosas trasmitidas con cierta coherencia y consideradas como "verificables"; pero se hace caso omiso de muchas imprecisiones, ambigüedades y datos contradictorios.
Por otro lado, nunca la deben practicar personas con componentes psicológicos obsesivos. Cualquier mensaje en forma amenazante o catastrofista hacia ellos, puede desembocar en trastornos neuróticos difíciles de superar. No creo que la práctica con la Ouija pueda generar ningún proceso psicopatológico. Pero, si activar ciertos desequilibrios subyacentes, dentro del individuo. Puede destapar contenidos inconscientes y desarrollar una problemática psíquica que hasta ese momento permanecía latente, aunque oculta y ajena a la conciencia del individuo.
Sé, que para quienes han perdido a alguien allegado, la práctica de la Ouija puede convertirse en un consuelo que puede hacer más llevadero los instantes de intenso dolor. Pero no es el momento más oportuno para ser objetivos. En estos casos, la necesidad de creer puede nublar nuestro espíritu crítico. En dicho estado, donde la afectividad y el equilibrio emocional están afligidos, es el momento menos propicio para realizar este tipo de prácticas.
Personalmente creo, que la única finalidad que se le debe otorgar a la práctica de la Ouija, es la de la investigación. Pero siempre que ésta se elabore aportando nuestro más puro espíritu analítico. Practiquémosla con una persona especializada y con experiencia; pero además sensata y equilibrada. Rehuyamos de quien ya de antemano, estén predispuestos a creer fehacientemente todo lo que se comunica. Solo la necesaria racionalización ante este tipo de experiencias puede protegernos de sus riesgos. La desconfianza nunca sobra en estos casos. La prudencia tampoco. El espíritu crítico es imprescindible. Y la única motivación válida para practicar la Ouija, es en mi opinión, la aptitud investigadora.
Y no importa, que nos posicionemos a favor o en contra de un contacto con el Más Allá. No importa que aceptemos la hipótesis espiritista o la mecanicista. Porque incluso descartando que sean entidades ajenas a nosotros, las promotoras de los mensajes, la Ouija puede depararnos también considerables peligros. Y es que, muchas veces, a los "fantasmas" que más hay que temer, son los que se albergan en nuestro interior.
www.pasarmiedo.com
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