Las bellas y pacíficas montañas
Adirondack, al norte del Estado de Nueva York, son un lugar inesperado
para que se produzca un asesinato múltiple, pero ya se sabe que el
crimen puede llegar a todas partes. Robert Garrow, su esposa Edith, y
sus dos hijos, Michelle, de 15 años, y Robert, de 14, vivían en
Siracusa. Robert era empleado de la panadería de Millbrook, donde se
desempeñaba como maestro mecánico. Lo que no sabían ni su jefe ni sus
vecinos era que el buen Robert tenía un oscuro pasado.
En 1961, Robert había sido condenado por
violación y asalto en Albany. Estuvo ocho años en la cárcel. Mientras
cumplía su condena, Edith le visitaba fielmente en la cárcel y esperaba
que fuera puesto en libertad. Sólo Edith sabía de la violenta pesadilla
de su marido y de su insaciable necesidad de sexo.
Cuatro años después de haber sido puesto
en libertad, el nombre de Robert Garrow apareció en los titulares de la
prensa de todo Estados Unidos. Sus crímenes y el dilema que presentaba a
su abogado, Frank Armani, serían debatidos a través de todo el mundo de
habla inglesa.
El domingo 29 de julio de 1973, Nick
Fiorello, Philip Domblewski, David Freeman y su novia, Carol Ann
Malinowski, estaban acampando en dos tiendas de campaña asentadas entre
las comunidades de Wells y Speculator. Los campings estatales se
encontraban llenos la noche anterior, por lo que la gente joven acampó
en un pequeño descampado de la ruta 8.
Nick y Phil se levantaron temprano y
conducieron hasta Wells. Mientras estaban en el pueblo, Robert Garrow
condujo hasta el camping en su Volkswagen del año 1972 y se estacionó
fuera de la vista de los demás. Silenciosamente, subió hasta llegar a
una de las tiendas y abrió la puerta delantera. Dentro, David y Carol
Ann estaban vistiéndose. David Freeman, sorprendido, sólo pudo susurrar:
"¿Qué es lo que quiere?". Robert murmuró algo como que necesitaba
gasolina. Ordenó a la joven pareja que se vistiera. Sus órdenes fueron
persuasivas. Robert llevaba un rifle de caza.
Mientras David y Carol Ann abandonaban
la carpa, se tranquilizaron al ver a Phil y Nick pasando con su coche
muy cerca de donde se encontraban. Phil pidió explicaciones de lo que
estaba sucediendo. Robert dijo que necesitaba gasolina. David y Carol
Ann, más conscientes del peligro, aseguraron a Phil que sería mejor que
cumpliera con el pedido del intruso.
Robert
Garrow obligó a sus cautivos a adentrarse en el bosque, en donde sacó
un rollo de cuerda. Ató a David y a Nick a un árbol. A Phil y Carol se
los llevó más lejos. Pidió a Carol Ann que amarrara a Phil. Después, una
aterrada Carol Ann, ahora a solas con Robert, tuvo que caminar unos
metros más. Robert la ató a un árbol, diciéndole que tenía que revisar a
los otros.
Unos momentos más tarde, Robert apareció
enfrente de Phil Domblewski. Phil, de 18 años, quien había sido el más
verbal del cuarteto de cautivos, se enfrentó a la ira del loco. Robert,
calmada y metódicamente, apuñaló al indefenso joven en el pecho hasta
que el cuerpo sin vida se desvaneció contra las cuerdas que le sujetaban
al árbol.
Carol Ann escuchó los gritos de Phil.
Sudando profusamente, sus muñecas se pusieron tan resbaladizas que fue
capaz de liberarse de las cuerdas. Silenciosamente, anduvo hacia Phil;
llegó justo en el momento en que Robert Garrow recogía su rifle y
desaparecía en el bosque.
Nick Fiorello se las arregló para
liberarse, corrió hacia su coche y salió en busca de ayuda. David
Freeman, recientemente liberado, tuvo la mala fortuna de tropezarse
directamente en el camino de Robert Garrow. Robert le dijo a David que
Nick se había escapado y le obligó a buscarlo. El intruso y el cautivo
anduvieron en amplios círculos por el bosque. Pasó el tiempo. Nick
regresó acompañado de varios policías en tres coches. Cuando David
escuchó a su amigo, se apartó de Robert, quien salió corriendo hacia el
bosque.
La Policía pronto encontró a Philip
Domblewski, aún atado al árbol. Carol Ann fue encontrada de rodillas,
llorando ante el cuerpo de su amigo. Cuando la Policía ya lo tenía
acorralado, Robert Garrow logró volver a la carretera y se marchó en su
propio coche.
Rápidamente los tres jóvenes rescatados
escogieron la foto de Robert Garrow de entre todas las que les fueron
enseñadas por la policía. La captura estaba en marcha. Había cierta
urgencia. Sólo nueve días antes, Daniel Porter, de 20 años, había sido
encontrado acuchillado hasta la muerte atado a un árbol, a unos 80
kilómetros de distancia de donde se había asesinado a Philip Domblewski.
Porter estaba acampando con su novia, Susan Petz, quien aún se
encontraba desaparecida. La similitud entre los dos incidentes era
increíble.
Once días después del asesinato de
Domblewski, Robert Garrow fue arrestado. Había cometido el error de
intentar contactar con su hermana en Witherbee. A Robert se le vio en
los bosques cercanos a la casa de su hermana. En el tiroteo que le
siguió, el oficial Henry Le Blanc derribó a Robert con un rifle de alta
potencia. Robert se encontraba seriamente herido en la espalda, brazos y
piernas, pero se recuperó lentamente tras ser sometido a una operación
con la cual se extrajeron las balas.
Después de ser acusado de asesinato,
Robert insistió en ser defendido por el abogado de Siracusa, Frank
Armani. Armani había defendido a Robert previamente. Ya que Robert no
tenía dinero y expresó su preferencia por Armani, la corte asignó a
Armani como su abogado.
Rápidamente,
Frank Armani llegó a la conclusión de que su cliente había asesinado a
Philip Domblewski y que su defensa basada en la locura sería su única
esperanza para cumplir condena en un hospital en vez de en la cárcel.
Al interrogar a su cliente, Armani logró
que Robert le confesara que había matado a Daniel Porter y violado y
asesinado a Susan Petz. También le reveló que había violado y asesinado a
Alicia Hauck. Ninguno de los cuerpos había sido encontrado. Esta
información puso al abogado en una situación extremadamente delicada. La
confidencialidad entre abogado y cliente es la piedra angular del
proceso de defensa. Si Armani revelaba la información recientemente
descubierta, rompería esta confidencialidad, una acción que le podría
llevar a la exclusión del colegio de abogados.
Inicialmente, Armani tenía que verificar
las declaraciones de su cliente. Siguiendo instrucciones de Robert,
pudo ver y fotografiar el cadáver de Susan Petz, escondido y abandonado
en una mina. Un colega, el abogado Francis Belge, encontró e hizo fotos
del cuerpo de Alicia Hauck, enterrada en un cementerio.
Frank Armani y Francis Belge, leales a
su código de conducta profesional, no dijeron nada sobre sus horribles
hallazgos. Armani se preparó para defender a su cliente del único cargo
de asesinato de Philip Domblewski.
Mientras tanto, meses más tarde, en
diciembre de 1973, un estudiante de la Universidad de Siracusa se
encontró con el cuerpo de Alicia Hauck en el cementerio de Oakwood. Dos
semanas más tarde, niños de una escuela vieron el pie de Susan Petz
saliendo de los escombros de la mina abandonada.
Robert Garrow era un sospechoso importante en ambos asesinatos, así como en el de Daniel Porter.
En mayo de 1974, Robert Garrow fue
enjuiciado por el asesinato de Philip Domblewski. Garrow era tan odiado
en la zona que se tuvo que poner una policía especial las 24 horas del
día protegiéndole de la ira de la gente. A su abogado también se le
brindó protección policial. Las cartas amenazantes no hacían más que
llegar a su residencia. Desde el banquillo, Robert Garrow admitió el
asesinato de Daniel Porter, Susan Petz, Alicia Hauck y Philip
Domblewski.Tras la confesión dramática, el colega de Frank Armani,
Francis Belge, reveló que ellos sabían lo de los asesinatos, conocían el
lugar exacto donde se encontraban los cadáveres, y habían hecho
fotografías de los cuerpos mucho antes de que fueran encontrados. La
confidencialidad entre ellos y su cliente les había obligado a guardar
silencio. Ahora que Garrow había confesado, se sentían libres de tal
obligación. La noticia de que los dos abogados no habían revelado el
lugar donde se encontraban los cuerpos de las víctimas corrieron a
través de toda la comunidad legal estadounidense. Llevados por la
emoción del momento, sus colegas condenaron a los dos hombres. Mientras
tanto, el juicio continuaba. A Robert Garrow se le declaró culpable de
asesinato y fue sentenciado a 25 años en prisión.
Se presentaron varios cargos contra
Frank Armani y Francis Belge, pero fueron absueltos de cualquier mal
criminal o profesional por un gran jurado del Condado de Onondaga y por
La Asociación Americana de Abogados.
Robert Garrow, confinado a una silla de
ruedas por los resultados de sus heridas, fue encarcelado en la prisión
Donnemora. Cuatro años más tarde, fue transferido a las instalaciones
del correcional de Fishkill. Subrepticiamente, ejercitó sus piernas
hasta que en la noche del 8 de septiembre de 1978, se subió desde su
silla de ruedas y escaló dos verjas de alambre con pinchos hasta lograr
escapar.
Inmediatamente se llevó a cabo una
búsqueda masiva. Tres días más tarde, en algunos bosques fuera de la
institución, el funcionario Dominic Arena se encontró cara a cara con el
hombre más buscado de Estados Unidos. Garrow apuntó y disparó una
pistola que le había pasado, de contrabando, su hijo en la institución.
Arena cayó herido. Más tarde se recuperaría. Funcionarios que le
acompañaban abrieron fuego y Robert Garrow cayó muerto en el suelo,
terminando con su carrera de violaciones y asesinatos.
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