The Night Caller
Durante la década de 1960, en Australia
Occidental, surgió un asesino serial que aterrorizó a la ciudad de Perth con 22
crímenes violentos. Eric Edgar Cooke, también
conocido como "The Night Caller" sembró el pánico en la población.
Creciendo en medio de la violencia
Eric Edgar Cooke nació el 25 de febrero de 1931
en Victoria Park, un suburbio de Perth, él era el mayor de los tres hijos que
tuvieron Vivian Thomas Cooke y su esposa Christian Née Edgar de Escocia. Su
padre fue forzado a casarse debido a que Christian estaba embarazada
prematuramente. Por esta razón, su padre no le tenía afecto, e incluso solía
golpearlo cuando estaba muy ebrio. En ocasiones las palizas hacia Eric sucedían
cuando el joven protegía a su madre de la violencia de su padre.
Por la brutalidad de los golpes, Cooke fue hospitalizado
frecuentemente por heridas en la cabeza, y se creía que acabó sufriendo daños
cerebrales. Por sus frecuentes dolores de cabeza ingresó temporalmente a un
asilo. Por sus defectos, Eric era molestado en la escuela, ya que las cirugías
estéticas para corregir su labio leporino le dejaron una leve deformidad facial.
A la edad de 14 años, dejó el colegio para trabajar y ayudar en su casa debido a
que su padre gastaba su sueldo en alcohol y regresaba para desquitarse en casa.
Por esta razón Eric no tenía una vida social. Cansado de tener numerosos empleos
en su adolescencia, pronto se dedicó a crímenes menores y vandalismos.
Su primer gran atraco fue cuando quemó una
iglesia tras ser rechazado en una audición para el coro, por ello pasó 18 meses
en prisión. A la edad de 18 años fue sentenciado a tres años de cárcel con
cargos de incendio provocado y actos de vandalismo en casas a las que entraba.
El 27 de mayo de 1952, cuando tenía 21 años, Cooke se unió a las Fuerzas
Militares Permanentes, pero fue dado de baja tres meses después, cuando se
descubrió que tenía un record criminal.
Un año después, el 14 de octubre de 1953, Cooke
se casó con Sarah Lavin, una mesera de 19 años. La pareja tuvo siete hijos, sin
embargo, Cooke continuaba merodeando las calles, donde era detenido por "fisgón"
y por ofensas menores. En 1955 fue arrestado por robar un carro, posteriormente
fue sentenciando a dos años de trabajos pesados. Tras ser liberado, comenzó a
usar guantes de mujer para no dejar huellas.
Inusuales homicidios
Los extraños asesinatos en Perth no tenían
patrón, usualmente las víctimas eran apuñaladas, estranguladas y disparadas,
motivo por el que la Policía descartó en un principio que se tratase de un
asesino serial. Sin embargo, esto tenía a la población de la ciudad totalmente
aterrorizada. Los inusuales métodos del asesino eran tan extraños como sus
víctimas. Los cuerpos mostraban haber sido apuñalados con cuchillos o tijeras,
también tenían huellas de hachazos y disparos de diferentes rifles.
De acuerdo a los reportes, una víctima murió tras
atender la puerta de su domicilio. Una pareja fue abatida cuando se despertó
mientras Cooke robaba la casa, y dos personas fueron abaleadas mientras dormían.
Una víctima fue estrangulada con el cable de una lámpara, y el cadáver fue
abandonado en el patio de un vecino, donde Eric violó el cadáver con una botella
de whiskey vacía.
En la madrugada del 27 de enero de 1963, se
escucharon varios disparos en un suburbio de Perth. Cooke mató a dos personas en
un carro, entre ellas, un contador a quien le disparó en la cabeza.
Posteriormente, John Sturkey de 18 años, recibió un disparo en la cabeza
mientras dormía en su departamento. En una noche similar un hombre retirado que
atendió a su puerta recibió un disparo en la cabeza.
Cooke no volvió a asesinar por seis meses, hasta
que este patrón se volvió a repetir en agosto de 1963, cuando una estudiante de
18 años fue asesinada de igual forma mientras trabajaba como niñera en el
suburbio de Dalkeith. Fue por este asesinato que Cooke fue aprendido mientras
intentaba recuperar un rifle en un arbusto.
Pescando un asesino
Durante la investigación policiaca, los oficiales
encontraron un rifle calibre 22 en un arbusto; tras llevarlo al departamento de
Balística, descubrieron que el arma fue usada para matar a Shirley McLeod. Los
oficiales regresaron un rifle similar a la escena y ataron un hilo para pescar,
y esperaron a que su dueño lo recogiera. Después de 17 días, el asesino regresó
para recogerlo, y el 1 de septiembre de 1963, se acercó a recoger su rifle y los
oficiales lo apresaron.
En la confesión de Cooke, se descubrió que él
había asesinado a Rosemary Anderson, una adolescente de 19 años a quien arrolló
con su vehículo mientras ella caminaba por la calle, tras haber discutido con su
novio John Button. Los oficiales se quedaron sorprendidos por la memoria del
asesino, quien narró con mucho detalle todos los homicidios y robos que había
realizado.
El asesino fue encontrado culpable de haber
asesinado a una cosmetóloga, a quien apuñaló el 30 de enero de 1959, y también
se le culpó de estrangular a una trabajadora social en West Perth, el 16 de
febrero de 1963.
Juicio y condena
En el juicio de Cooke, el
presidente del Tribunal Supremo, Sir Albert Wolff, lo llamó un "villano
mentiroso sin escrúpulos". La defensa de Cooke dijo que él sufría de
esquizofrenia, pero esto fue ignorado y fue sentenciado a muerte el 28 de
noviembre de 1963.
Por ser encontrado culpable de 8 homicidios y 14
intentos de asesinato, Eric Edgar Cooke fue la última persona en morir en
Australia Occidental, el 26 de octubre de1964. El asesino fue enterrado en el
cementerio Fremantle, sus restos permanecen encima de la tumba de Martha
Rendell, una homicida de niños que fue la última mujer en ser ahorcada en la
prisión de Fremantle, en 1909.
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