Nuestra historia comienza en plena Edad Media, por aquel entonces
el mundo no era ni mucho menos como el que ahora conocemos, ya que las
intrigas políticas, el pillaje, la barbarie estaban a la orden del día.
¡Como ahora! Pensaran nuestros amigos lectores; si, como ahora pero
diez veces más, ya que todo ello estaba aderezado con sangre mucha
sangre y miedo un miedo atroz, básicamente regía la supremacía del más
fuerte.
Hacía el 1431 nacía Vlad III un temible príncipe Valaco conocido como Vlad Țepeș,
(el empalador); gobernante para historiadores, tirano sanguinario para
aquellos que han manipulado su imagen según los intereses políticos de su tiempo, o vampiro romántico para escritores y cineastas.
Pero
que es lo que en verdad sabemos acerca de él, muchos conocen la
leyenda, muchos conocen el mito pero pocos conocen la verdad; su leyenda
perdura hasta nuestros días, ligada más a su personaje literario que al
hombre que realmente fue.
En estas líneas intentaremos discernir como era realmente el hombre que se esconde tras el mito.
Nos encontramos ante un personaje bastante complejo que oscilaba entre la piedad y la crueldad, el espíritu caballeresco
y la traición, la agudeza política y la brutalidad, siendo al mismo
tiempo verdugo y victima, fue objeto de la primera campaña de
desprestigio en el que se utilizo la imprenta para llevarlo acabo.
Vlad Drăculea nació en Sighișoara (Transilvania) el 8 de Noviembre de 1431 convirtiéndose en
futuro príncipe de Valaquia. Hijo de Vlad Dracul (significa Dragón o
Demonio, de donde viene el término Dràcula o Drăculea, que quiere decir
“hijo de Dracul).
Dado
que en la mitología Rumana no existían los dragones por analogía
fonética de Drac (dragón en húngaro) pasó a ser conocido como Dracul que
en rumano significa Diablo o demonio.
Dracul padre de Vlad perteneció a la Orden del Dragón creada en 1428 por Segismundo de Luxemburgo Rey de Hungría y posteriormente emperador Germánico.
Fue
una orden militar cristiana de caballeros, generalmente integrada por
nobles y príncipes, que surgió en Hungría y Croacia a finales de la Edad
Media.
Según una copia que se conserva de sus estatutos la orden estaba obligada a defender a la Santa Cruz y a luchar contra los enemigos de la cristiandad.
En
aquella época Valaquia estaba entre 2 fuegos: los Turcos y los Húngaros
y la pequeña región tenia que aliarse con alguien o ser absorbida.
Vlad II opto por aliarse al Imperio Otomano ya que era una potencia fuerte, por esto como acto de alianza entre ambos imperios Vlad
II se vio obligado a enviar a sus 2 hijos (Vlad III y a su hermano
menor Radu “el Hermoso”) como rehenes al Sultán Murath como acto de
buena fe y sumisión.
Abandonados en un mundo completamente desconocido para ellos, tanto para Vlad un joven adolescente de 13 años en aquella época, como
para su hermano menor Radu no resulto ser bastante fácil ya que su
situación era delicada y potencialmente peligrosa las vidas de Vlad y su
hermano dependían de la fidelidad de su padre Vlad Dracul a su alianza
con los Otomanos.
Durante su cautiverio los dos hermanos fueron educados en lógica, el Corán
y el lenguaje turco. También fueron adiestrados en las artes de la
guerra y se les enseñó a montar a caballo; con el propósito de evitar
una nueva traición por parte del padre de Vlad.
Una
vez obtenido el apoyo de los Turcos, Vlad II Dracul regresó a Valaquia,
para recuperar su trono, que le había sido usurpado por los húngaros.
Mircea
II, el hermano mayor de Vlad III, no estaba satisfecho con la alianza
de su padre con los Turcos. En 1445 reconquistó la fortaleza valaca de
Giurgiu, ejecutando a sus prisioneros Otomanos. Vlad II Dracul
desconocía las intenciones de su hijo y les devolvió la fortaleza, pero
la alianza entre Valaquia y el Imperio Otomano era inestable.
Mientras
tanto, los muchachos se vieron en una postura comprometida en el
momento en el que su padre se negó a pagar el tributo al Sultán;
declarando así la guerra al imperio Otomano.
Esta
traición enseño a Vlad Drăculea que la vida no valía gran cosa, ya que
su mismo padre le había sentenciado casi a muerte al no pagar los
tributos; fue encarcelado, torturado e incluso violado por sus guardias,
forjando así su sombría personalidad.
En noviembre de 1447 Juan Hunyadi (en Rumano Ioan de Hunedoara), invadió Valaquia al mando de un ejército Húngaro,
debido a la alianza de Vlad Dracul con los Otomanos. Mircea II fue
capturado por los boyardos (los nobles de la región) y mercaderes de
Târgoviște, le quemaron los ojos con un hierro al rojo y fue enterrado vivo mientras que su padre fue asesinado mientras huía.
Mientras tanto los Húngaros apoyaron la subida al trono de un príncipe de la familia Donesti (rival de la familia de Vlad).
Vlad
Drăculea decidió ponerse a favor del Imperio Otomano para así poder
recuperar su trono, ya que tras la muerte de su padre y su hermano se
convirtió en el cabeza de familia. Gracias a los turcos que le
proporcionaron un pequeño
ejército consiguió recuperar el trono; aún que su reinado fue bastante
cortó ya que los Húngaros regresaron por sorpresa con más soldados
enviando a Vlad al exilio en Moldavia.
En
1456 consiguió recuperar el trono y reinar bajo el nombre de Vlad III.
Una vez en el trono lo primero que hizo fue ir a por los boyardos ya que
ellos fueron los asesinos de su familia.
Vlad
tenía un fuerte sentido del deber, odiaba las injusticias y en ese
momento estaba preso de ira y venganza, además tenía que eliminar
amenazas, ya que su reinado se podía ver una vez más comprometido y eso
no lo podía volver a permitir.
Para
los codiciosos boyardos la codicia era una fuerza mayor a cualquier
ejercito, pero él aprendió en el cautiverio en su infancia que hay una fuerza aún mucho mayor a la codicia, y esa era el Miedo.
Vlad
consiguió llevar acabo su venganza el día de Pascua de 1459 invito a
los boyardos a una gran cena, pidiéndoles a estos que se pusieran sus
mejores galas, ya que iba a ser una noche muy especial.
Mientras
cenaban Vlad les hizo una pregunta muy sencilla ¿Cuántos voivodas
(príncipes) habían tenido hasta el momento? Los boyardos se quedaron
extrañados y no supieron que contestar, ya que habían sido tantos que
perdieron la cuenta hacia tiempo; esta respuesta fue la confesión que el
príncipe estaba esperando y fue suficiente para sentenciarlos ya que
eran los mismos boyardos los que asesinaban a los voivodas según les
conviniera o la situación política lo requería.
En
ese mismo momento el Príncipe mando entra a la guardia y empalar allí
mismo a los boyardos mas viejos, dejando a los más jóvenes para su nuevo
plan, les obligo a ir desde Târgovişte
hasta un castillo en ruinas que había en un monte cercano al río Argeş;
obligándoles a reconstruir el castillo de Poenari; convirtiendo así el
castillo en su principal baluarte. Los lujosos ropajes de los jóvenes
boyardos con los días y el duro trabajo pronto se convirtieron en
harapos y poco a poco fueron muriendo de cansancio y de agotamiento,
ante el deleite de Vlad.
Drăculea
redujo el rol económico de la nobleza, fue despiadado tanto con
comerciantes que no querían tratos con el, como con las ciudades que no
aceptaban pagarle el tributo, se realizaban ejecuciones tanto a mujeres
hombres y niños por empalamiento.
Un
día un comerciante Florentino se presento en su castillo para denunciar
que le habían robado una bolsa de monedas de oro. El príncipe le dijo
que volviera al día siguiente. Cuando
el mercader volvió al día siguiente tanto los ladrones como los
miembros de su familia se encontraban empalados en el patio del
castillo; frente a ellos, Vlad le devolvió la bolsa robada. Entonces
Vlad le pidió al comerciante que contara las monedas de la bolsa para
comprobar si faltaba alguna. El aterrorizado extranjero las contó cuidadosamente y probablemente demasiado asustado como para mentir musito finalmente:
-Sobra una.
A lo que Vlad contesto:
-Tu honradez te ha salvado, si hubieras intentado quedártela habrías acabado en la estaca más alta; junto con estos.
Con
todo esto inicio su carrera de brutales masacres en las que se le
atribuye entre 40.000 y 100.000 personas entre 1456 y 1462 por lo que se
le comenzó a conocer por el apodo de “Țepeș” que en rumano significa “empalador”.
Con
el tiempo se fue alejando de los Turcos hasta que al final renuncio a
pagarles tributo. Un día se presentaron ante el unos emisarios del
Sultán procedentes de Estambul. Estos iban ataviados con sus ropas
tradicionales, entre ellas el turbante. Vlad les pregunto por que no le mostraban respeto descubriéndose la cabeza ante el; a lo que los emisarios respondieron que no era costumbre en su país. Vlad ofendido decidió reforzar sus costumbres, hizo
llamar a la guardia y les ordeno que les clavaran el turbante al cráneo
con un clavo, así nunca más se podrían volver a quitar el turbante;
hizo que las cabezas llegaran al Sultán como símbolo de que no se
doblegaría ante nadie. Creando así una nueva alianza con los Húngaros.
Todas
estas acciones se vieron intensificadas ante una naciente imprenta, que
se encargo mediante panfletos distribuidos por todas los reinos de dar
propaganda de todas sus atrocidades, convirtiéndolo en un monstruo, un
ser sanguinario más conocido por sus torturas y empalamientos que por lo
que hizo en realidad, persiguiéndole esa fama hasta nuestros días.
La
actual Rumania estaba entonces dividida en 3 partes, la zona sur del
actual país es lo que se conocía por Valaquia, al norte estaba Moldavia y
la tercera seria Transilvania (el país mas allá del bosque) siendo esté
el único ariete del resto de Europa contra los turcos, siendo el único
baluarte de defensa de toda Europa, dando así protección a los Balcanes.
Vlad quiso proteger a su pueblo por lo que lucho valientemente contra
los turcos, convirtiéndose así en un héroe nacional y en un gobernador
muy querido y respetado por el pueblo pese a su brutalidad.
Fue
uno de los primeros en utilizar la guerra biológica contra sus enemigos
ya que utilizo a los enfermos más contagiosos tanto de peste
tuberculosis y demás enfermedades contagiosas de su reino para
infiltrarse entre las líneas enemigas ayudándose así de causar el mayor
numero de bajas posible.
Tanto
musulmanes como cristianos lo tenían por maldito, ya que defendía lo
que le convenía en cada momento. Hacia empalar a todo aquel que se
revelara contra el, tal era el miedo y respeto que causaba que puso en
una fuente de la plaza de la capital de Valaquia, Târgovişte,
una copa de oro, para que todo el mundo bebiera de ella, pero aquel que
la robara se sometería a la justicia del príncipe. Durante los años de
su reinado nadie oso robar la copa de oro; incluso tras su muerte la
copa siguió durante un largo periodo en la fuente, debido al temor que
había infundido Vlad en los habitantes.
Una
vez que resolvió los conflictos internos, Vlad se alió con los Húngaros
especialmente con Matías Corvino y lanzo una serie de campañas contra
losTturcos.
En
1461 libro una de sus batallas mas famosas, el sultán turco Mehmed II
le tendió una trampa; envío a un embajador con la excusa de “tratar un
problema fronterizo” en el lugar de la cita esperaba un destacamento,
Vlad fingió caer en la trampa, pero a su vez, llevó consigo a un
numeroso ejercito de caballería que derroto a los turcos con relativa
facilidad.
Vlad sabia lo que hacia en todo momento, era un gran estratega por lo que en la guerra psicológica no había quien lo ganara.
Mehmed II un hombre considerado tambien de los más sanguinarios que había en el momento pretendió invadir Târgovişte
pero lo que se encontró en las lindes de la ciudad le horrorizo
enfermando ante el panorama que allí se encontró; ante sus atónitos ojos
se brindaba la visión de un bosque de empalados; era un
valle, en el cual se habían talado todos los árboles para obtener
estacas, estacas suficientes como para empalar a más de 23000
prisioneros, tanto Turcos como Húngaros , Búlgaros, colonos Alemanes
repartidos por todo el valle en lo alto de los palos, pudriéndose y
con los intestinos desparramándose sobre la estaca ante los atónitos
ojos de l Sultán; regresando así de inmediato aterrado a Estambul
pensando que eso solo podía ser obra del mismísimo Diablo.
Animado
por estos éxitos Vlad cruzo el Danubio y penetro en territorio Otomano,
donde derroto a las tropas turcas. Fue tal el terror desatado entre los
Turcos por estas inclusiones
que buena parte de la población musulmana de Estambul abandonó la ciudad
por miedo a que fuera conquistada por Vlad.
Mehmed
II enfurecido por el avance de los valacos atacó con un ejército de
150.000 hombres y una flota que ascendió por el Danubio.
Vlad
solo contaba con unos 20.000 hombres por lo que no pudo evitar que los
Turcos ocuparan la capital de Târgovişte, por lo que se sirvió de
estrategias como la guerra de guerrillas y la tierra quemada para
enfrentarse a los Otomanos, además de diversos ataques Vlad y sus
hombres se disfrazaron con ropas turcas y se infiltraron entre sus tropas con el fin de asesinar al Sultán. Los Turcos
se retiraron al fracasar en el asedio de la fortaleza de Chilia, con
sus tropas diezmadas por la peste, dejando a Radu el Hermoso (hermano de
Vlad, que tras su cautiverio se convirtió al Islam). El ejercito turco
dirigido por Radu rodeo la fortaleza de Poenari donde se abría refugiado
el Príncipe Valaco; fue gracias a un arquero fiel a Drăculea,
quien les aviso lanzando una flecha con un mensaje que decía que las
tropas turcas se acercaban. La princesa Cnaejna al leer el mensaje se
arrojo desde la torre al río Argeş para evitar ser apresada ya que
prefería que su cuerpo se pudriera y fuese comido por los peces del
Argeş antes que ser prisionera de los Turcos; desde entonces al río se
le conoce como Râul Doamnei (el Río de la Dama).
Cuenta
la leyenda que Vlad consiguió escapar cambiando las herraduras del
caballo y montándolas al revés así consiguió engañar a sus
perseguidores.
Radu tomó posesión del Trono y actuó como títere de losTturcos.
Esta seria la ultima gran batalla de Vlad que debido a unas intrigas y a unos documentos falsificados por parte de su hermano Radu que involucraban a Vlad como traidor y aliado de los Turcos le
fueron entregados a Matías Corvino que atrapo y recluyo a Vlad en una
prisión; pasados 12 años Corvino se dio cuenta del engaño al que había
sido sometido y lo dejo libre.
En
cuanto se hizo con un pequeño ejercito se lanzo a recuperar el Trono
pero esta vez no le duro mucho tiempo ya que a los pocos días fue
capturado en una emboscada en la que les superaban en numero, murió no
sin antes haberse llevado consigo a unos cuantos soldados, su guardia
personal tambien pereció en la batalla apenas pudieron sobrevivir unos
10 soldados. Tras su muerte su cabeza fue llevada como trofeo a Estambul
para que todo el mundo viese que habían vencido al Príncipe Valaco.
Fue
enterrado en el monasterio en la isla de Snagov en una tumba junto el
altar, aunque en su interior solo se han hallado los restos de un
caballo; quizás los monjes no querían que los restos de un personaje que
fue considerado el mismísimo diablo fuese enterrado en el lugar mas
sagrado del lago; o quien sabe… quizás viva eternamente entre nosotros,
como nos cuenta la leyenda gracias a la obra que realizo Bram Stoker.
Lo
que no cabe ninguna duda es que la obra literaria Dràcula, convirtió a
este personaje que fue Vlad, en un ser atemporal, conocido por todos y
siendo junto a la Sagrada Biblia uno de los libros más vendidos de todos
los tiempos.
Aún
que lo que muy pocos saben es que Stoker jamás estuvo en Transilvania
que fue Arminius Vàmbèry un erudito húngaro y amigo de Stoker el que le
contó acerca de de lo que esconde el país de más allá del bosque de la
magia que lo envuelve sus costumbres y sobre todo de este mítico
personaje que fue Vlad.
Nuria Desvaux
Misterio Estelar 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario