Aquellos amantes de la mítica Atlántida están de suerte hoy, pues un reciente
descubrimiento fortuito de una estructura piramidal sumergida en el medio del
Océano Atlántico podría re-escribir los libros de historia si futuras
investigaciones en la zona comprueban su artificialidad.
Un marinero portugués ha encontrado una pirámide bajo el océano Atlántico de
60 metros de altura y con la base de unos 8.000 metros cuadrados, es decir, más
grande que un estadio de fútbol.
El marinero Diocleciano Silva localizó la estructura en las Azores
(archipiélago portugués de nueve islas) entre las islas Terceira y San Miguel
con la ayuda de una carta batimétrica, un procedimiento que muestra el relieve
del fondo marino y aporta información adicional de navegación en superficie.
Silva afirma que la base de la pirámide abarca una superficie de unos 8.000
metros cuadrados y sugiere que la estructura no tiene un origen natural.
Recientemente arqueólogos de la Asociación Portuguesa de Investigaciones
Arqueológicas (APIA) han identificado evidencia arqueológica en la isla Pico que
sugiere que la ocupación humana de las Azores antedata la llegada de los
portugueses por miles de años.
La evidencia comprende una gran variedad de estructuras rocosas piramidales,
algunas de 13 metros de altura. Estas edificaciones tal vez hayan sido
construidas de acuerdo a un plan, alineadas con los solsticios de verano, algo
que indicaría un propósito subyacente para las mismas.
El archipiélago de las Azores fue descubierto sin habitantes por los
portugueses alrededor del año 1427.
Durante los últimos años, los arqueólogos afirmaron haber hallado arte
rupestre en la isla de Terceira, las cuales creen tienen miles de años de
antigüedad. Una gran variedad de restos arqueológicos fueron identificados en
cada una de las nueve islas del archipiélago. Entre estos restos ancestrales se
encuentran epígrafes de los tiempos de Roma, santuarios cartagineses, pinturas
en cuevas, y estructuras megalíticas.
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