Dos científicos europeos han probado informáticamente el teorema de
Gödel desarrollado a finales del siglo pasado por el matemático austriaco Kurt
Gödel, que concluía que en base a los principios de la lógica debe existir un
ser superior.
Se trata del alemán Christoph Benzmüller, de la Universidad Libre de Berlín,
y el austriaco Bruno Woltzenlogel, de la Universidad Técnica de Viena.
En su momento Gödel argumentó que, por definición, ”no puede existir nada más
grande que un ser supremo”, y propuso un modelo matemático para demostrar su
existencia basado en seis axiomas. Los científicos han demostrado que la
argumentación de Gödel era matemáticamente correcta.
Es necesario indicar que los informáticos subrayan que este trabajo tiene la
intención “de demostrar que una tecnología superior puede ayudar a la ciencia, y
que no es el hecho de que Dios exista o no”.
Desde el punto de vista de un buen titular, es sin duda bastante atractivo:
“Los científicos prueban la existencia de Dios”, escribió el diario alemán
‘Die Welt’. Sin embargo, como era de esperar, hay un ‘pero’
significativo en esa afirmación. De hecho, lo que los investigadores en cuestión
dicen que han probado en realidad es el teorema propuesto por el renombrado
matemático austriaco Kurt Gödel y la verdadera noticia no trata de un ser
supremo, sino que lo que ahora se puede lograr en los campos científicos que
utilizan tecnologías superiores, según publica Spiegel.
Cuando Gödel murió en 1978, dejó tras de sí una teoría tentadora basada en
los principios de la lógica modal que sugería que un ser superior debe existir.
Este razonamiento matemático no tenía como intención convencer de la existencia
de Dios, sino demostrar que el llamado “argumento ontológico” de la existencia
de Dios es válido.
Los detalles de las matemáticas involucradas en la prueba ontológica de Gödel
son complicados pero, en esencia, el austriaco sostenía que, “Dios, por
definición, es lo más perfecto que puede ser pensado. Si pensáramos en Dios como
inexistente, entonces no sería realmente la idea de Dios, pues tendría la
imperfección de no existir. Entonces, la oración ‘Dios existe’ es necesariamente
verdadera. Por lo tanto, Dios existe”.
Incluso en ese momento, el argumento no era exactamente algo novedoso.
Durante siglos, muchos pensadores habían tratado de utilizar este tipo de
razonamiento abstracto para demostrar la posibilidad o necesidad de la
existencia de Dios. Sin embargo, el modelo matemático compuesto por Gödel
propuso una prueba de la idea. Sus teoremas y axiomas —supuestos que no pueden
ser probados— pueden expresarse como ecuaciones matemáticas. Y eso significa que
se pueden probar.
Ahí es donde Benzmüller y su colega Woltzenlogel entran en escena. Usando un
ordenador MacBook ordinario han demostrado que el raciocinio de Gödel era
correcto, al menos en un nivel matemático, por medio de una mayor lógica modal.
Su presentación inicial en el servidor de artículos de investigación arXiv.org
se llama ‘Formalización,
mecanización y automatización de la prueba de la existencia de Dios de
Gödel’.
El hecho de que la formalización de teoremas tan complicados se pueda delegar
a los ordenadores abre todo tipo de posibilidades, señaló Benzmüller a ‘Spiegel
Online’. “Es totalmente increíble que a partir de esta discusión
dirigida por Gödel, todo esto se pueda probar de forma automática en pocos
segundos o incluso menos en un portátil estándar”, agregó.
El nombre de Gödel puede no significar mucho para algunos, pero entre los
científicos goza de una reputación similar a la talla de Albert Einstein, quien
por cierto fue su amigo cercano. Nacido en 1906 en lo que entonces era el
Imperio Austrohúngaro y ahora es la ciudad checa de Brno, Gödel estudió en Viena
antes de mudarse a Estados Unidos después de que estallara la Segunda Guerra
Mundial para trabajar en Princeton, donde Einstein también estaba radicado.
La primera versión de esta prueba ontológica data de notas fechadas en torno
a 1941, pero no fue hasta la década de los 70, cuando Gödel temió que podía
morir, que se hizo pública por primera vez.
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