Las plantas son como esponjas que captan materiales gracias a las raíces y lo
incorporan a su organismo. Según un estudio publicado en la revista Nature
Communications y realizado por científicos australianos,
comprobando la presencia de oro en las hojas de ciertas plantas, se
puede saber si unos metros bajo la superficie existe un yacimiento de este
preciado metal.
Previamente a este estudio ya se había observado la posibilidad de que las
plantas absorbieran ciertos elementos y los incorporasen a su tejido biológico.
Sin embargo esta es la primera vez que consiguen testearlo en especímenes
naturales, lo cual abre una puerta al desarrollo de nuevos métodos
biogeoquímicos de exploración de los suelos.
El eucalipto es un árbol perfecto para este tipo de investigaciones, pues
funciona como una especie de bomba hidráulica, con raíces profundas y extendidas
por todo el sustrato. Además, como es probable que el oro sea tóxico para la
planta, tiende a trasladarla a las ramas y las hojas, donde es más fácil su
expulsión. Y ahí es sencillo comprobar su presencia gracias a las nuevas
tecnologías.
Sin embargo, que existan trazas de oro no significa que sean aprovechables
directamente, ni que justo excavando unos metros los buscadores de oro puedan
encontrar su preciado tesoro. Como explica Mel Lintern, geoquímico de la
Mancomunidad de Investigación Científica e Industrial de Australia (CSIRO) y
coautor del estudio, "las hojas pueden usarse en combinación con otras
herramientas para hacer la exploración más rentable y ecológica". Y es
que gracias a esta técnica podrían hallarse depósitos de oro enterrados decenas
de metros bajo tierra tapados con sedimentos de hasta 60 millones de años.
Pero la búsqueda de oro no es la única utilidad que los investigadores han
encontrado a este estudio. Como apunta el propio Lintern "los eucalipto son tan
comunes que esta técnica podría ser usada más habitualmente, incluso se
podría utilizar para encontrar otros metales como el zinc y el cobre".
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