Los tesoros que aún permanecen ocultos incluyen varias tumbas pequeñas, con
la posibilidad de encontrarse más de una tumba real importante y de gran
trascendencia para la historia arqueológica.
Con la ayuda de la Fundación Glen Dash, los arqueólogos excavaron en el
valle, donde la realeza fue enterrada durante el Imperio Nuevo (1550-1070 a.C), entre el año 2007 y 2010,
llevando a cabo estudios con tecnología penetrante de radar.
El equipo ha realizado hasta el momento un
número importante de descubrimientos en el valle, como un sistema de control
fluvial creado por los antiguos egipcios pero que, misteriosamente, fallaron en
mantener. El sistema se estaba desmoronando para la época del Rey
Tutankamón, lo que dañó muchas tumbas pero por otra parte ayudó a proteger
los tesoros en la tumba del niño-rey al bloquear la entrada a los
saqueadores.
“La cantidad de datos recolectados es enorme y llevará tiempo analizarla de
forma apropiada”, escribe Afifi Ghonim, quien es el director de campo del
proyecto. “El corpus es tan extenso que tomará años, y quizás décadas, hacer un
estudio completo del área”.El proyecto es parte de “la exploración más extensiva en el Valle de los Reyes desde los tiempos de Howard Carter”, agrega Ghonim refiriéndose al egiptólogo que descubrió la tumba del rey Tut en 1922.
El consenso hasta ahora es que probablemente
haya muchas tumbas pequeñas esparcidas en el Valle, como las recientemente
descubiertas: KV 63 y 64 (aún por estudiar). Pero lo que motiva más en la
investigación es que algunas tumbas grandes y sus tesoros, luego de miles de
años, aún permanecen enterradas en las arenas de Egipto. Por ejemplo, las reinas
de postrimería de la Dinastía XVIII nunca fueron encontradas, al igual que
algunos faraones del Imperio Nuevo como Ramses VIII y Tutmosis II.
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