Un asesino racista
De acuerdo con la página de los más
buscados del programa televisivo "America´s Most Wanted", que circula
fotos de fugitivos con base en reportes oficiales de los cuerpos de
Policía estadounidense y de las agencias de Seguridad, tanto William
Adolfo Cortez Reese como Jeana Seana Cortez --o William Dathar Holbert,
de 31 años, y Laura Michelle Reese, de 27--, eran buscados en varias
ciudades norteamericanas por la presunta comisión de varios delitos
similares a los que se les achacan en Panamá.
El último reporte del programa
estadounidense sobre los dos estadounidenses, transmitido el 11 de marzo
de 2006, denuncia que la pareja protagonizó una carrera de persecución
policial a altas velocidades con un auto que habían robado. De acuerdo
con el perfil sicológico de los dos asesinos, elaborados por detectives
forenses del FBI y suministrado a Interpol y a otras agencias de
Seguridad en los Estados Unidos, el hombre se hacía pasar por otras
personas con documentos falsos de Lucas Gregory Kuhn o Donald Lee
Brukart. Que habían pagado 250 mil dólares por la propiedad, y que los
vendedores les habían entregado documentos y otros papeles en que
valoraban el inmueble en 500 mil dólares. En las investigaciones se
determinó que los documentos eran falsificados. El negocio se cerró el 4
de octubre de 2005.
Las investigaciones dicen que Holbert,
en su ciudad natal, tenía un almacén que vendía mercancías con mensajes
de la "Supremacía Blanca", una cultura racista similar a la de la
Alemania Nazi de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, en el perfil
físico del tipo se lee que tiene tatuada la Cruz Esvástica del régimen
nazista de Adolfo Hitler. En Carolina del Norte, del mismo modo, se
denunció a un tipo con sus características y del mismo nombre, que se
hizo pasar como médico para estafar a mucha gente y luego huir en carros
robados a clientes confiados. Las fotos los delataron: son los mismos
tipos, pero más jóvenes, que aparecieron por Río San Juan.
El 6 de febrero de 2006, en una
carretera rural en Wyoming, un policía de camino detuvo a una camioneta
para multar a su conductor por ir a alta velocidad en medio de una zona
densamente saturada de nieve. Cuando el agente revisó la placa del auto,
y los documentos del conductor y su acompañante, descubrió que el auto
era el mismo que había sido reportado robado a pistola días antes, por
alguien llamado Lucas Kuhn.
Cuando el policía intentaba llamar por
radio, el auto de Holbert emprendió la huida y se originó una
persecución a velocidades de más de 100 millas por hora. La patrulla
policial perdió de vista al fugitivo, y cuando los refuerzos se
presentaron, encontraron a varias millas del punto el auto de los
prófugos estrellado en un campo a orillas del camino. Pocos días
después, en Bismark, Dakota del Norte, se recibió una denuncia de que
una pareja había rentado una furgoneta U-Haul y no la habían regresado.
La persona que la rentó se identificó como Michele Brukart, y el dueño
del negocio de renta de autos la identificó mediante fotografías. Era la
novia de "Wild Bill". La furgoneta fue encontrada en West Palm Beach,
Florida, pero a Holbert y a Reese se les perdió el rastro desde
entonces.
Las denuncias concretas contra ellos son
por hurto de auto y desacato a la autoridad en Wyoming, el 6 de febrero
de 2006; prácticas engañosas en Montana el 12 de agosto de 2005, y
engaño y defraudación con conocimiento en Oak Island, en octubre de
2005.
El perfil define a Holbert como un
hombre blanco de poco más de 30 años, de barba y pelo rubio, corpulento,
con un tatuaje de la Cruz Esvástica en su brazo izquierdo, y dado a los
deportes extremos y a conducir a exceso de velocidad. Se le señala de
golpear con facilidad a empleados de pequeños negocios y de ofender y de
agredir a personas latinas y de raza negra. A la pareja se les buscó
por Florida, Kentucky, Carolina del Norte, Dakota del Norte, Washington,
Wyoming y Seattle.
Luego aparecieron en Panamá en 2007,
donde se hicieron pasar como holandeses para comprar propiedades y
dedicarse a la oferta de servicios turísticos. Se instalaron en Bocas
del Toro, una apacible zona costera del occidente de Panamá, donde se ha
desarrollado el turismo. De allá huyeron a inicio de este año cuando
fueron identificados como sospechosos por la desaparición de varias
personas. "Muertos fijos tenemos dos, uno plenamente identificado como
Bo Icelar, declaró a medios panameños el subdirector de la Dirección de
Investigación Judicial de Panamá, Omar Pinzón.
"Eran unos indígenas que laboraban para
él. Por alguna razón tuvieron algún tipo de diferencia con este señor y a
partir de hace año y medio los familiares de ellos desconocen qué ha
sido de su paradero", explicó el fiscal a cargo, Ángel Calderón. El
asistente del fiscal general, Neftalí Jaén, comentó que Brown (el
desaparecido) era buscado por la justicia de Florida desde hace años,
por tráfico de drogas y otros delitos.
La pareja Cortez, según los
investigadores, montó el escenario ideal para perpetrar sus crímenes: un
complejo turístico en Bocas del Toro, provincia famosa por sus playas y
manglares paradisíacos que atrae a muchos extranjeros adinerados.
"Villa Cortez" posee varias cabañas y era ofrecida en diversas guías
turísticas como sitio de descanso y contacto con la naturaleza. Este
paraje selvático sirvió para que "Wild Bill" operara su negocio
hotelero, cuyo logotipo tenía una calavera similar a las incrustadas en
las camisetas que vendía en Montana con mensajes racistas.
La Policía panameña cree que la pareja
mataba por motivaciones económicas: para adueñarse de inmuebles y otros
bienes de extranjeros llegados a la zona. Cortez "llevaba a cabo
negocios con algunas personas, y sospechosa y repentinamente
desaparecían una vez que (los) finiquitaban o él hacía ver que había una
transacción legítima", explicó Pinzón. Cerca de la finca que regentaba
la pareja capturada en Nicaragua, la Policía descubrió recientemente los
restos de las primeras dos víctimas. En el lugar había una sortija con
la imagen de un indio apache y restos de soga. Un cadáver se identificó
como el de la dueña del hostal, y en otro sitio se hallaron 40 huesos de
un cuerpo que se supone pertenece a Bob Icelar, dueño de otras
propiedades en la zona que luego aparecieron a nombre de la pareja. De
hecho, el hostal -conocido como Hostal Villa Cortez y donde se
encontraron los cadáveres de los estadounidenses Cheryl Lynn Hughes y Bo
Icelar- era propiedad original de Michael Brown. Hughes, asimismo, era
dueña del conocido hostal para mochileros 'Casa del Sapo', en Isla
Carenero, que pasó a manos de Cortez tras su desaparición en marzo,
detalle que resultó sospechosamente extraño y puso en alerta a los
empleados y amigos de Cheryl.